Paralelamente a la realización de la primera fotografía de la historia hecha por el francés Nicéphore Niepce, en 1826, sobre una plancha de peltre, que maravilló a los hombres, apareció otro pionero, también francés, en 1939, con un procedimiento que descubrió, denominado “daguerrotipo”, que pegó con tubo. Mundialmente empezó una verdadera euforia de la gente por verse retratada. Por un tiempo Niepce y Daguerre pelearon por el lugar de la primera fotografía de la historia ante las sociedades científicas de la época, ganó Niepce, quien acabó por asociarse con Daguerre. Podemos entonces deducir “grosso modo” que Niepce inventó la cámara fotográfica con un obturador y Daguerre descubrió el procedimiento para hacer los daguerrotipos, el cual se difundió de inmediato por todo el planeta.
Fue un verdadero “boom” y surgió la nueva la profesión de fotógrafo; entonces empezaron a abrirse estudios fotográficos por todo el mundo.
Sin embargo, el método de Daguerre producía piezas únicas que no se podían reproducir. El procedimiento consistía en capturar la imagen fotográfica que penetra en el recinto oscuro de la cámara en una plancha de metal en negativo que luego se convertía en positiva con químicos muy tóxicos, como el mercurio. Tal vez ustedes habrán visto algún daguerrotipo antiguo de nuestros ancestros y se darán cuenta que hay que moverlo para encontrar la imagen positiva.
El éxito de la fotografía fue enorme y atrajo el interés de muchos científicos que experimentaron nuevas formas para capturar la imagen fotográfica lograda gracias al fenómeno físico y mágico de la “camera oscura”.
Por primera vez la humanidad pudo conocer “Las maravillas del mundo” gracias a los fotógrafos viajeros que se aventuraron por el mundo para capturar las imágenes reales de edificios, monumentos, pirámides, montañas, sin duda alguna que eran de verdad… (continuará).
