Conté a ustedes, en mi artículo anterior, mis dos primeras visitas a Los Pinos cuando fungía como residencia de los presidentes de México. Las recordaba yo en mi trayecto, hace algunas semanas, hacia lo que hoy se ha convertido en el Centro Cultural los Pinos.
Seguí recordando en el camino, entre el lento tráfico de los automóviles, los motociclistas imprudentes que se cruzan, los ciclistas “deportistas” traga-smog —tan frecuentes hoy en esta ingrata ciudad—, mi tercera visita a Los Pinos, que no se entendería sin narrar los antecedentes de cómo conocí a don Carlos Salinas de Gortari:
Resultó que me llamó Carlos Payán, director entonces del periódico La Jornada y de la revista Mexico Journal, que se publicaba en inglés, a color, con el mismo formato de Time, para solicitar mis servicios fotográficos para retratar a los tres precandidatos del PRI a la Presidencia. Me dijo: “Necesito las fotografías de los tres para tenerlas ya listas para la portada del Mexico Journal en cuanto salga el resultado. Debes entregarlas en transparencias en color de la mejor calidad” (recuerden que entonces no había Internet ni cámaras digitales).
Los tres precandidatos del PRI en 1988 eran Alfredo del Mazo, Manuel Bartlett y Carlos Salinas de Gortari. Payán me dio los teléfonos de cada uno.
Hice al fin la foto (sin flash, naturalmente) del precandidato Bartlett, así es que la primera misión estaba cumplida.
Para fotografiar al precandidato Salinas de Gortari todo fue muy fácil. Cuando hablé para pedir la cita, de inmediato me la dieron para la mañana siguiente. Me presenté a la hora señalada en las oficinas que habían montado en San Ángel y antes de que preparara mi equipo y montara la cámara en el tripé, salió Salinas muy amable y sonriente al jardín arbolado de la residencia. Estaba muy bien trajeado, con su mirada vivaz entendió mi apuración y pacientemente entabló una amena conversación con Leticia, mi asistente, mientras preparé todo. Luego, con soltura, me permitió tomarle cerca de cuatro rollos en color.
Después de revelar di por terminada la misión y le llevé a Payán únicamente una selección de las mejores fotos que, consideraba yo, para la portada. A los tres días salió el resultado de la votación y el candidato del PRI a la Presidencia fue Salinas.
Al día siguiente salieron muchas revistas con la fotografía de Salinas en la portada, inclusive la revista Time, y también México Journal con mi fotografía y crédito correspondiente. A las pocas horas de que los puestos de periódicos estuvieran colmados con la imagen del flamante candidato sonó el teléfono, me llamaba de la oficina del licenciado Carlos Salinas de Gortari, doña Margarita González Gamio, a quien justamente acababa yo de conocer en una comida en casa de la pintora Carmen Parra... (Continuará.)