Hasta hace poco, las mujeres en Suiza no podían votar. El sufragio femenino se alcanzó en 1971 a nivel federal y hasta 1990 en todo el país a nivel cantonal. Esto no se habría logrado sin las protestas de mujeres. Luego de este avance había aún más por conquistar, así que en junio de 1991 cientos de miles de suizas participaron en la primera huelga de mujeres para exigir paridad salarial e igualdad en la seguridad social, así como el fin de la discriminación y del acoso sexual.

El 24 de octubre de 1975, las mujeres de Islandia dejaron de trabajar durante 24 horas en protesta por la desigualdad salarial. La marcha se repitió con gran éxito en la misma fecha en los años 1985, 2005 y 2010. Se alcanzaron logros muy importantes. De acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto Georgetown para la Mujer, la Paz y la Seguridad de Washington y el Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo, actualmente Islandia encabeza lista de mejores países para que vivan las mujeres. Una islandesa, Vigdís Finnbogadóttir, se convirtió en la primer mujer elegida democráticamente como presidenta.

La batalla de las mujeres para acceder a una vida libre de violencia también tuvo lugar recientemente en Estados Unidos. El 8 de marzo de 2017, grupos feministas organizaron el #DayWithoutWomen para rechazar los comentarios misóginos del presidente Donald Trump. El paro le dio fuerza a la ola de denuncias de acoso y violación que conformaron el movimiento #MeToo. Los efectos han sido poderosos. Gracias a aquellas que se atrevieron a denunciar, fue posible llevar ante la justicia al productor de Hollywood, Harvey Wenstein, quien apenas la semana pasada fue encontrado culpable de dos cargos sexuales.

Estos tres ejemplos muestran que las mujeres se unieron para hacerse visibles y protestar mediante un paro, pero dejan ver también que el movimiento no se limitó a eso. Ausentarse de las labores durante 24 horas fue solo una de las formas usadas para lograr cambios profundos y a largo plazo. Se trató de un punto de partida, de un impulso para acercarse a una verdadera equidad.

En México muchas mujeres hemos decidido no trabajar el próximo 9 de marzo en protesta por la violencia de género en todas sus formas. Un día antes, marcharemos juntas. Un día después, el esfuerzo por erradicar la hostilidad seguirá y será permanente. Pararemos un día para demostrar que en adelante ya nadie nos va a parar.

alejandrohope@outlook.com. @ahope71

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