El jueves pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Nuevo Modelo de Contratación Consolidada de Medicamentos e Insumos Médicos, para el periodo de 2025-2026, que tendrá una inversión de 130 mil millones de pesos. El objetivo, según sus propias palabras, es hacer más eficiente y transparente la compra de fármacos, para así finalmente garantizar el abasto de medicinas y materiales necesarios en el sector salud.
Ese es, sin duda, uno de los rubros que a México le urge atender. A los grandes rezagos históricos en salud pública, la administración anterior sumó la desaparición del Seguro Popular y el fracaso del Insabi, por lo que estábamos mal y terminamos peor.
Hubo muchos esfuerzos loables. Por ejemplo, en julio de 2020, el Gobierno de México y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) firmaron un acuerdo para que ésta les apoyara en la adquisición de recursos sanitarios. La idea era lograr más transparencia y mejores precios.
Lamentablemente no funcionó. Un año después, familiares de niños con cáncer ya estaban firmando otra carta pública, para denunciar el fracaso de ese acuerdo y la deficiencia en las instancias gubernamentales enfocadas en la política de salud. En ese mismo año, la pandemia golpeó más a estos pacientes, porque a la insuficiencia de medicinas, se sumó la falta de espacios y de personal de salud.
Han sido muchos los intentos y las promesas de mejorar estos servicios. Sin embargo, la propuesta actual tiene algunas novedades. En esta megacompra se plantea por primera vez el uso de la digitalización de trámites. Esto quiere decir que tanto proveedores, como cualquier persona interesada, podrán acceder al portal para la “Difusión y discusión pública de las Compras Consolidadas de Medicamentos e Insumos Médicos del Sector Salud” (discusion.salud.gob.mx). Ahí, será posible consultar, analizar y realizar propuestas a fin de fortalecer los elementos técnicos, legales y administrativos que permitan construir un proyecto de salud definitivo.
En este nuevo modelo participarán 26 instituciones públicas de salud, entre ellas, el IMSS, el IMSS-Bienestar; el ISSSTE; los Institutos Nacionales de Salud; y hasta la Secretaría de Marina.
Sheinbaum no habla de un sistema de salud pública mejor que el de Dinamarca, y al referirse a la megafarmacia, sólo menciona que esta será una bodega. Marcar esa pequeña, pero significativa diferencia, hace que su discurso sea más realista y serio. El tiempo dirá si esta megacompra servirá para cubrir el desabasto de medicamentos. Por lo pronto, las diferencias en el fondo y la forma son ciertamente alentadoras.
@PaolaRojas