México está entre los diez países con más recursos de litio en el mundo. Se trata de una gran noticia porque el litio es la base de la producción de baterías para teléfonos, vehículos eléctricos y aviones de última generación. Se trata, además, de un elemento crucial en la generación de energía limpia y renovable debido a que permite su almacenamiento. Las turbinas eólicas y los paneles solares generan energía de forma intermitente por razones obvias, por lo que contar con mecanismos para almacenarla es esencial para su viabilidad.

Se estima que el litio que hay en nuestro país tiene un valor de 600,000 millones de dólares. Si bien hay otras naciones de la región con reservas mucho mayores como Bolivia y Argentina, México tiene una ventaja geográfica crucial para hacer más productiva su explotación. En la renegociación del tratado comercial para América del Norte surgió una regla automotriz que plantea que los vehículos eléctricos deben tener en sus baterías un 75% de valor de contenido regional. Eso hace que las condiciones para su aprovechamiento sean muy favorables.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lo sabe, por eso nacionalizó este mineral y creó una empresa de litio estatal. El plan es que LitioMx controle toda la extracción y explotación. Las mayores reservas del mineral están en Sonora (casi la totalidad), por lo que la idea es generar ahí un polo de energías renovables que aproveche también los poderosos paneles solares del proyecto de Puerto Peñasco.

Eso explica que el encuentro del presidente con el enviado especial de los Estados Unidos para el Cambio Climático, John Kerry, el viernes pasado haya ocurrido en Hermosillo. Ahí se habló de las inversiones en energía limpia que contempla el Plan Sonora y se refrendaron los compromisos en materia de generación de energías limpias. Kerry hizo énfasis en la necesidad de que las 20 principales economías del mundo hagan todo lo posible por evitar el calentamiento global a 1.5°C.

México se ha comprometido a que en 2024, al menos el 35 por ciento de la energía que consuma será de fuentes renovables y limpias. Se ha propuesto también reducir las emisiones de gas metano en los procesos de producción petrolera y se ha planteado que para el 2030 la mitad de los vehículos generarán cero emisiones contaminantes.

Es una visión esperanzadora que contrasta con aquella que se aferra a una refinería cara y potencialmente inundada. Es la de un México que sí queremos ver porque contempla a las próximas generaciones y se esfuerza por dejarles un planeta habitable.

Sin embargo, esa visión aún se puede enriquecer si se anima a apostar por la ciencia y la tecnología. México no tiene aún lo necesario en términos de conocimiento e infraestructura para extraer el litio. Lo urgente es empezar por ahí. Pero lo deseable sería llevar el esfuerzo más allá para convertir a ese mineral en el gran detonador de la industria nacional. No tenemos por qué seguir siendo solamente un exportador de materias primas. El litio es valioso pero las baterías que se hacen con él lo son más. Con desarrollo científico y tecnológico podríamos construirlas aquí y generar mayor riqueza para los mexicanos. Ojalá exista la apertura para considerarlo y la inteligencia para ejecutarlo.

@PaolaRojas

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