Esas fueron las palabras que sólo una madre con el coraje y la determinación de un gigante pueden expresar —por encima de un dolor que se me antoja indescriptible— al reconocer la ropa y los accesorios de su hija en los restos de un cuerpo que 18 días después confirmarían como el de Fernanda Sañudo Lira . Nora le prometió que la encontraría viva o muerta, y le cumplió.
Nora Lira Muñoz
es la incansable y determinada líder de un colectivo de mujeres llamado “Rastreadoras de Ciudad Obregón” . Fue este grupo el que la acompañó al poblado de Bataconcica , en el municipio sonorense de Bácum , a pocos metros de un basurero clandestino para encontrar los restos de su hija. Nora recibió una llamada anónima con este dato el día 2 de octubre; el mismo día que se cumplían dos años de la desaparición de Fernanda.
Es tan terrible el aumento de la violencia de género en nuestro país, que ya no hay cómo esconderlo. El mismo secretario de Seguridad, Alfonso Durazo , deja su cargo luego de reconocer que no han logrado contener los feminicidios . Se va para buscar la gubernatura de Sonora , precisamente el estado en el que Nora perdió y encontró a su hija.
Una de las grandes crisis causadas por el Covid-19 ha sido el aumento de la violencia de género reflejado en el incremento de llamadas de emergencia y las tasas de incidencia de delitos contra la mujer. ¿Cómo hacer entender al gobierno que la violencia de género no puede esperar su atención? ¿Cómo podemos honrar a estas madres qué dedican su vida a dar con los cuerpos o los asesinos de sus hijos?
Recientemente se estrenó “Las 3 muertes de Marisela Escobedo” , un documental imperdible para entender la lucha, el coraje, la frustración y la injusticia del país en el que vivimos. Marisela es esa mujer que no se detiene, que busca justicia para su hija, que no encuentra entre las autoridades aliados, que a pesar de todo persiste. La única manera de frenarla fue matándola. Eso hicieron, y es que matar a una mujer es fácil en México. La impunidad está prácticamente garantizada.
¿Por qué no reaccionamos como sociedad a la dureza de estos feminicidios? ¿Por qué volteamos para otro lado? Toca no dejarlas solas y exigir junto con ellas que las autoridades no crucen los brazos.