Es muy preocupante lo que ocurre con miles de menores en México. Hay niños y jóvenes que, luego de 18 meses de educación a distancia por la pandemia, no regresaron a clases. De acuerdo al Inegi, 5.2 millones de estudiantes entre los 3 y los 29 años de edad, no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021. Sin educación, el futuro para ellos es muy poco alentador.

Lo terrible es que, para aquellos que sí regresaron a las aulas, existen también riesgos importantes. De acuerdo al asesor del Centro Regional de Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe, Walter Murcia, las escuelas se han convertido en uno de los principales lugares de reclutamiento para los criminales. En el informe presentado por la iniciativa Tejiendo Redes Infancia, se destaca que los planteles educativos también son aprovechados por las bandas delincuenciales para esconder drogas o armas. La violencia creciente ha llevado a que la principal causa de muerte en jóvenes de entre 10 a 19 años sea el asesinato.

Por otro lado, hay menores que se enfrentan a abusos sexuales en la escuela. La Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia ha documentado que la mayoría de los casos se dan en jardines de niños. Los más vulnerables son los menores entre 3 y 7 años. Las autoridades educativas deberían avisar a las fiscalías desde que detectan los primeros indicios de abuso, pero no siempre ocurre así. Lo preocupante es que, de acuerdo a Juan Martin Pérez García, Coordinador General de Tejiendo Redes Infancia, ya no se trata solamente de casos aislados. En la actualidad, la explotación en contra de los niños es una más de las actividades del crimen organizado. Con el crecimiento de la pornografía infantil y el turismo sexual, los menores están permanentemente amenazados.

La escuela ha dejado de ser un refugio. Si a eso sumamos el aumento de la violencia intrafamiliar, nos encontramos con un panorama desolador para la infancia. Por eso es urgente que se implementen políticas públicas para proteger a los menores. La Secretaría de Educación Pública no puede ser solamente la antesala para buscar una gubernatura. Debe estar en el centro del esfuerzo para que las escuelas sigan siendo espacios seguros.

Los niños han quedado fuera de los programas sociales y del cobijo gubernamental. Si la estrategia para combatir la inseguridad es efectivamente el reducir las causas de la violencia, entonces la atención a los menores tiene que ser prioritaria.

@PaolaRojas

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