El expresidente Luis Echeverría murió este sábado con 100 años de edad. La polémica lo alcanzó hasta el día de su muerte. Muchas voces que recordaron su responsabilidad en las matanzas de Tlatelolco de 1968 y del “Halconazo”, en 1971, se convirtieron en su epitafio.

Se habló durante años de asesinatos y desapariciones ocurridos en su gestión. En 2002 se inició una investigación desde la Fiscalía Especial para Delitos del Pasado por crímenes cometidos durante la llamada Guerra Sucia. Se le acusó de genocidio y un tribunal le ordenó permanecer en arresto domiciliario. Fue entonces que declaró que en México jamás se habían cometido crímenes de lesa humanidad. Lo dijo desde la comodidad de su jardín donde cumplió con su breve condena. Ese mismo tribunal lo exoneró luego de los cargos y la fiscalía simplemente desapareció. Así de barato le resultó hacer lo que hizo. Así de suave fue la justicia con él.

Su legado en términos económicos fue también desastroso. Echeverría se propuso ayudar a los pobres a través del Programa Integral para el Desarrollo Rural, pero ni logró disminuir la pobreza ni existió una adecuada fiscalización del programa. Intentó desplazar a las empresas y convertir al Estado en el principal generador de empleos con muy malos resultados. Durante su mandato la inflación no dejó de crecer y llegó a alcanzar el 27 por ciento anual.

Luis Echeverría impulsó la confrontación entre mexicanos. Usaba frases como “emisarios del pasado” y “agentes del imperio” para promover la polarización. A los medios de comunicación críticos los atacó constantemente. Con él dejó de existir el Excélsior de Julio Scherer García.

Violencia, desapariciones, ataques a la libertad de expresión, confrontación, asesinatos, guerra sucia… No viví su Presidencia. No quisiera vivir nada que se le parezca.

@PaolaRojas

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