A las mexicanas y mexicanos: La transformación de México es un proceso continuado, vigoroso, trascendente e incluyente, tal y como corresponde a un Estado democrático. Es un movimiento surgido del pueblo, de los grupos y sectores históricamente discriminados e invisibilizados, quienes han empeñado su mayor esfuerzo en reivindicar sus derechos y construir un país más justo e igualitario.

Tendremos a la mejor presidenta de la República, a una mujer de izquierda, sensible, genuina y alejada de servilismos e intereses mercantilistas. Una gobernante al servicio del país y no de un grupo, leal a sus valores y de alta calidad ética y moral.

Sin temor a equivocarnos, podemos tener la certeza de que el próximo año la transformación no solamente tendrá rostro de mujer, sino que será liderada por la fuerza y el talento femenino de una estadista que sabrá atender y entender las necesidades y demandas de la sociedad, así como saldar la deuda histórica que el Estado tiene con miles de mexicanas y mexicanos.

El camino para las mujeres no ha sido fácil, los persistentes obstáculos por momentos lo han vuelto intransitable; sin embargo, nuestra lucha se ha caracterizado por ser ininterrumpida, extensa y longeva, de ahí que la participación de las mujeres en la vida pública, en la ciencia, en la tecnología, en las finanzas y en todos y cada uno de los sectores productivos, aunque aún existen disparidades, es una realidad que no admite regresionismos ni contradicciones.

Las mujeres desde el poder público daremos continuidad a la revolución de las conciencias, desde la presidencia de la República, las gubernaturas, las senadurías, las magistraturas, las diputaciones, los ayuntamientos, las alcaldías, las regidurías y las sindicaturas. El proceso electoral 2024 constituirá un parteaguas en la vida democrática nacional y un significativo avance en la lucha por el establecimiento de la igualdad entre los géneros y la justicia social.

El triunfo de Morena en el Estado de México y la consecuente caída del Grupo Atlacomulco confirmó la extinción del viejo régimen y del Estado patriarcal, un logro que será clave para dar continuidad al proyecto transformador a nivel nacional.

El pensamiento individual será sustituido por el colectivo y el feminismo enriquecido con las voces de las nuevas generaciones que abrirán paso a una nueva etapa en la que la revolución de las conciencias sustituya a la de las armas.

Sabemos de cierto que Claudia Sheinbaum gobernará para todas y todos con empatía, de frente a la sociedad y con las manos limpias, porque es una mexicana responsable, que cumple con sus compromisos y que posee una irrenunciable vocación de servicio. Gobernará desde su ser mujer; aportará la visión e innovación que por décadas estuvieron ausentes debido a la intolerancia del partido hegemónico.

Su nombre en las boletas electorales no responderá a una estrategia electoral ni mucho menos a una alianza indeseable, sino que será una consecuencia natural de su desempeño, de sus méritos políticos, de su altura de miras y de la confianza ciudadana que se ha ganado a pulso.

Vislumbramos desde ahora un porvenir promisorio que cimbrará las estructuras que sostienen las muchas violencias y abusos que tanto lastimaron a la sociedad hasta demolerlas de una vez por todas y para siempre.

Éste es el tiempo de las mujeres porque es el tiempo del pueblo.

Activista Social

@larapaola1

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