A las mexicanas y mexicanos: En días pasados la candidata a la Presidencia de la República Claudia Sheinbaum Pardo presentó su estrategia para combatir la corrupción a partir de ocho ejes prioritarios. Destaca no solo el contenido de sus propuestas, sino el enfoque de derechos humanos con que aborda la problemática, entre los que destacan a la buena administración pública y a vivir en un ambiente libre de corrupción, así como políticas de prevención de la corrupción, profesionalización y política de recursos humanos de la Administración Pública Federal y una nueva política de contrataciones públicas.

1. Hacer del combate a la corrupción una política de Estado. Desarrollar capacidades institucionales en los tres órdenes y niveles de gobierno para prevenir y combatir efectivamente la corrupción.

2. Convocar a un gran acuerdo nacional y social para un buen gobierno.

3. Crear la Agencia Federal Anticorrupción, que dependerá de la Presidencia de la República y tendrá funciones de investigación, persecución y sanción de las responsabilidades administrativas de los servidores públicos y de los particulares que celebran contrataciones públicas o se les otorgan concesiones.

4. Rediseñar a la Secretaría de la Función Pública, a fin de que la Agencia Federal Anticorrupción asuma las atribuciones que en materia de combate a la corrupción tiene la Secretaría de la Función Pública.

5. Instrumentar un modelo nacional para detectar, investigar y sancionar actos de corrupción, lo que requiere una nueva Ley General para investigar y sancionar los delitos por hechos de corrupción, que contemple fiscalías y tribunales anticorrupción para investigar y procesar los delitos por hechos de corrupción y delitos conexos, bajo estándares homologados en todo el país.

6. Enfrentar la corrupción en cadena, es decir enfrentar el flagelo desde la seguridad y la justicia, lo que incluye, ampliar los plazos de prescripción de casos de corrupción y aumentar las penas para los casos graves; poner en marcha una política de Estado para que todas las instituciones públicas realicen con integridad y eficiencia sus adquisiciones, contratación de servicios, obras públicas y concesiones; una reforma profunda de las corporaciones policíacas, las procuradurías y fiscalías, ministerios públicos y del sistema judicial, a nivel federal y local; y asegurar transparencia e integridad en la labor de los notarios públicos.

7. Mejores y transparentar las contrataciones públicas, ya que es en los contratos públicos en donde se suelen cometer actos de corrupción.

8. Impulsar criterios generales de la estrategia anticorrupción, con la colaboración entre los municipios, estados y la federación para el combate a la corrupción; diseñar un esquema nacional de alertadores y denunciantes de corrupción que promuevan la denuncia y protejan a quienes denuncian; así como la profesionalización y certificación de servidores públicos especializados en la materia.

La propuesta parte del reconocimiento de que la corrupción no es un asunto cultural como se decía antes, sino que se generó durante años en los gobiernos corruptos donde hubo impunidad. El ejemplo de que sí se puede lograr es que los 2.4 billones de pesos que antes eran parte de la corrupción y los privilegios, hoy se traducen en obras públicas estratégicas y en programas sociales”.

La doctora Sheinbaum una vez más, lanza una estrategia congruente, novedosa, de largo aliento y de avanzada, lo cual pone en el debate público lo verdaderamente importante.

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