A las mexicanas y mexicanos: Transcurridos los tiempos de campaña, iniciado el momento de la reflexión individual previo a las votaciones del domingo 2 de junio, no queda ya la menor duda de que el próximo sexenio será de la primer presidenta de la República mujer.

A lo largo de tres meses de recorridos por todas las regiones del país, de escuchar las demandas de los diversos sectores, de recorrer el campo, la industria y zonas urbanas, queda demostrado que quien encabeza el proyecto de la 4T en la contienda electoral cuenta con experiencia, tiene un perfil académico, ha hecho de la honestidad su principal bandera y ofrece buenos resultados.

El domingo 2 de junio se espera el apoyo al proyecto de transformación nacional, la propuesta política, social, económica y financiera de la Cuarta Transformación. Su abanderada a la Presidencia de la República ha expuesto de cara a todo el país un Plan de Nación viable, consistente, realista, con un profundo sentido humanista y sobre todo con un claro sentido de justicia social.

A solo unas horas de la mayor elección que se vaya a realizar en México, son más las voces, en todos los ámbitos, que reconocen que la abanderada de izquierda proyecta congruencia, no admite poses ni dobleces y siempre es ella misma.

Lo que se registra en los cierres de campaña y de las adhesiones de amplios grupos de la sociedad, se concluye que la mujer que representa al movimiento de transformación nacional es frontal, clara y por momentos didáctica, cualidades que le permiten transmitir con plena convicción la importancia del Humanismo Mexicano.

Profundas convicciones sociales y experiencia con el ejercicio del servicio público forjaron a una mujer empática, sensible a las demandas y necesidades de los diversos grupos de la sociedad, en especial de las mujeres, que han sido sus aliadas indiscutibles, en quienes descansa su confianza y certeza de cumplir los nuevos retos.

La gente sabe que colocará al país de cara a la modernización y el desarrollo. Su eventual arribo a la silla presidencial significa no volver al pasado de corrupción, pero también, dar paso a nuevas y mejores oportunidades de empleo, educación y bienestar.

El apoyo a ella es el apoyo al movimiento feminista, el de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, el de las personas adultas mayores y con discapacidad, el de la juventudes, el del magisterio, el de la clase trabajadora, el de las enfermeras, y el de las clases medias.

Se ha sabido conquistar cada voto, se ha ganado el cariño, la confianza y el respeto día con día.

Es esta postulación presidencial, la de la 4T, la que ha generado confianza en los inversionistas extranjeros y nacionales; la que renueva la esperanza de millones de mexicanas y mexicanos, y es la que pone en el centro a las mujeres, quienes constituimos más de la mitad de la población.

Una victoria que marcará el comienzo de una nueva etapa para nuestro país. Desde luego, seguirá la transformación, pero cambiará la manera de hacer política, se adoptarán nuevos paradigmas y prevalecerá la visión de la primer mujer presidente de la República que en su voz y su mirada lleva la de millones más.

Se ganó la campaña, se ganó cada debate, se ganó la confianza del pueblo y, que duda cabe, se ganará el domingo 2 de junio, la presidencia de la República, confirmando así que es tiempo de mujeres, de una mujer de izquierda.

En un ejercicio democrático invito a todas las mexicanas y mexicanos a votar por quien consideren los mejores aspirantes.

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