A las mexicanas y mexicanos: el triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México será contundente, tanto por el amplio margen con que ganará la contienda, como por el impacto que tendrá a nivel nacional.

¡Claro que los votos son importantes! pero no son lo único, la presencia de Delfina y los diversos liderazgos que ha reunido en torno a su candidatura merecen un análisis amplio de lo que está sucediendo en el país y de los nuevos paradigmas que la ciudadanía ha adoptado sobre quiénes deben ser sus gobernantes y qué características deben tener para gozar de su confianza.

Es evidente que mayoritariamente las y los mexicanos apuestan por la transformación del régimen político y no por la alternancia como sucedió en el año 2000. Hoy a diferencia de aquel entonces existe un rechazo total hacia el PRI, PAN y PRD a quienes no quieren volver a ver en el poder ni en pintura.

La triada partidista del viejo régimen se desmorona rápidamente en lo individual y como alianza; los discursos de campaña resultan insostenibles e inverosímiles; su dirigencia y su candidata simplemente ya no conectan con la gente, por eso es que optaron por una campaña mediática y privilegiaron la estrategia de aire. Se quedaron sin bases, sin voto duro y sin esa maquinaria partidista que por décadas les funcionó bien, así que la campaña de tierra la hacen con el hígado y en soledad.

El grupo Atlacomulco enfermó de sarcopenia, se quedó sin músculo. Nadie quiere estar cerca de los perdedores y tampoco de los corruptos. Fueron años y años de ignominia, de humillaciones, de cinismo limítrofe y de dispendio, llegó la hora de comenzar a saldar las deudas.

El mítico y compacto grupo tiene sus orígenes en el gobierno de Isidro Fabela en 1942, por lo que el triunfo de Delfina Gómez le pondrá punto final a una historia de más de 80 años para comenzar a escribir una nueva.

La maestra Delfina es una candidata de a pie, sólida y que conoce a la perfección su territorio, pero, sobre todo, que entiende bien a las y los mexiquenses porque hablan un lenguaje común. Ella sabe que tiene la batalla ganada en las urnas y también entre la sociedad, porque su llegada a la gubernatura significará el fin de una dinastía masculina dominante que acostumbraba a mirar con desdén a las mujeres, a las personas pobres y a los grupos indígenas.

La ciudadanía no quiere candidatos de molde ni gobernantes confeccionados por el marketing, por eso es que el triunfo de Morena en el Edomex será el preludio de 2024. Estoy segura de que la elección será nutrida por una amplia participación de la ciudadanía, quien sabe bien lo que significa su voto y el valor de éste; no dejará que el PRIAN albergue ninguna esperanza durante varios periodos, saldrá a las urnas para dejar evidencia de sus aspiraciones, de su enojo y de sus esperanzas de transformación.

Coincido con quienes esperan una participación de al menos 60 por ciento del electorado, porque la gente sabe lo que está en juego. La candidata de la alianza integrada por el PVEM, el PT y Morena llegará a la gubernatura acompañada por más de 12.5 millones de electores y aproximadamente 17 millones de mujeres y hombres que, más allá de su edad, filiación partidista y circunstancias personales esperan que la transformación haga lo propio sobre las muchas realidades que se viven en la entidad, y que, se convirtieron en un callejón sin salida.

La decisión ya la tomó el pueblo mexiquense. Estamos ante la crónica de un triunfo anunciado.

Delfina decidió y lo hizo bien. Optó por ser ella misma. ¡Enhorabuena!

Activista Social

@larapaola1

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