A las mexicanas y mexicanos: Las encuestas, sondeos de opinión y ánimo del pueblo son la crónica de un triunfo anunciado. Mayoritariamente la preferencia de la ciudadanía y de la militancia de Morena han acompañado a Claudia Sheinbaum desde que anunció formalmente su intención de competir por la candidatura a la presidencia de la República. La intención de voto y la confianza del electorado han crecido con el paso de las semanas, al tiempo que el proyecto transformador se consolida debido a los buenos resultados que ha tenido durante estos cinco años, particularmente, en materia de política económica y social, así como en el combate a la corrupción.
La pobreza disminuyó de manera histórica y como lo señalaron diversos analistas, esto se debe a una mejor y más justa distribución del ingreso a través de los programas sociales y al recurrente aumento al salario. Además, no debemos perder de vista que la cobertura a los programas sociales no conllevó un aumento de impuestos, sino que pudo ampliarse y aumentar el monto de los apoyos gracias a una mejor recaudación fiscal y a las nuevas normas que impiden la condonación de impuestos. Quienes más ganan como es el caso de las grandes empresas pagan lo que les corresponde, sin privilegios y sin corrupción, lo que ha hecho la diferencia.
Ante esta realidad, las voces detractoras han tenido que aceptar, aunque a regañadientes, los avances del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que es tan clara la evidencia de que la ruta ha sido la adecuada que resulta incuestionable. Las fake news han sido insuficientes, la imaginación se le está agotando a la oposición y los resultados hacen caer por su propio peso el cúmulo de mentiras que han difundido.
Por eso es que, al no tener más argumentos para denostar las acciones emprendidas, se preguntan ¿cuánto tiempo más se podrá sostener esta buena racha y si éste es realmente el camino para el crecimiento sostenido que pueda combatir las muchas desigualdades? La respuesta es sí, sí es el camino adecuado y sí es posible sostener los buenos resultados, sobre todo, si le damos continuidad a la historia que comenzamos a escribir en 2018.
El pueblo sabe lo importante que es la continuidad porque lo siente en su vida cotidiana, lo ve en su mesa, en la escuela de sus hijos, en los servicios de salud y en sus bolsillos. Tiene claro que la verdadera continuidad está en manos de Claudia, no por decreto, sino por su historia, por su hechura, por sus ideales y convicciones, por sus orígenes y porque es una mujer con talento.
Las tres personas aspirantes a la candidatura de Morena, por mucho, son mejores que las de la oposición, de eso no existe la menor duda. No obstante, Claudia posee características que la hacen ser la mejor entre los mejores, lo cual le otorga suficiente seguridad a la sociedad y a su candidatura. De ahí la ventaja que mantiene sobre las candidatas y candidatos de todas las fuerzas políticas.
Hay que entender que no es un asunto únicamente de capacidades, sino de cómo éstas se ponen al servicio del pueblo; tampoco es un tema solo de ideologías, sino de valores y prioridades. Por el bien de todos, primero los pobres fue un postulado contundente que marcó un parteaguas en la política y en la democracia mexicana. La paridad en todo es un principio constitucional y es la concreción de un ideal de justicia e igualdad.
El marketing y las viejas formas se han diluido ante la presencia franca y honesta de una mujer que se ha sabido mostrar tal cual es sin máscaras ni dobleces. Y ha demostrado en este proceso que es mucho. No hay duda, tendremos presidenta.
Activista social
@larapaola1