A las mexicanas y mexicanos: De acuerdo a diversos medios de comunicación y a la información oficial de las autoridades locales, el pasado 13 de enero de 2024 la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo cumplimentó una orden de cateo dictada por un Juez de Control, en un bar de la capital de dicha entidad de donde fueron rescatadas 25 mujeres presuntamente víctimas de trata de personas, originarias de Cuba, Venezuela y Colombia.
Por otro lado, la Fiscalía General del Estado de Tabasco informó que el 14 de enero del presente año fueron localizadas en un hotel del municipio de Cárdenas 8 mujeres colombianas que habían sido reportadas como desaparecidas por el Consulado de su país en Cancún el 12 de enero pasado, las labores de investigación y rescate se realizaron en colaboración con el gobierno estatal, la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Coordinación Nacional Antisecuestro.
Afortunadamente en ambas entidades, las víctimas se encuentran a resguardo; no obstante, es preciso enfatizar que este atroz delito va en aumento, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, por lo que es necesario redoblar esfuerzos institucionales y desde la sociedad para erradicarlo. Celebro la actuación de las autoridades y la coordinación de esfuerzos.
Las investigaciones de las autoridades de Tabasco arrojan que Saulo David S. Z., alias “El Jaguar” es el líder del grupo criminal implicado en la red de trata de mujeres ligada al Cartel Jalisco Nueva Generación, por lo que se ha girado un operativo de alerta para aprenderlo.
Las primeras líneas de investigación señalan que el modus operandi de la red criminal consiste en enganchar a las mujeres en Colombia y traerlas a México, una vez en el país les dicen que tienen una deuda de 120 mil pesos y se les retira el pasaporte, obligándolas a trabajar como escorts en eventos privados.
Una vez más queda claro que el detonante principal de la trata de personas es la demanda, es decir los clientes o consumidores finales que demandan y pagan por servicios sexuales y pornografía, son ellos quienes disfrutan y pagan para someter a las personas los que alientan el delito. Son tan culpables como los enganchadores, trasladadores y explotadores.
La trata de personas es un delito con un alto componente de género, ya que en la prostitución forzada y la pornografía las principales víctimas son mujeres, adolescentes y niñas. Es una conducta aberrante que deja huellas físicas y psicológicas imborrables, ya que sobaja la dignidad humana.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos en su informe de 2019 sobre la “Situación de la Trata de Personas en México” reveló que se identificaron 5 mil 245 víctimas de delitos en materia de trata de personas, de las cuales 85% son niñas y mujeres, y 15% niños y hombres. Asimismo, indicó que las víctimas extranjeras representan 13% del total, de las cuales 88% corresponden a mujeres provenientes de 28 países distintos, casi todas pertenecientes a Sudamérica y Centroamérica.
Es fundamental hacer notar que 70% de los delitos de trata de personas se inscriben en el ámbito sexual, lo que marca una ruta clara de cómo abordar la problemática para su prevención. Es evidente que tenemos que transitar hacia nuevas masculinidades y descosificar a las mujeres del imaginario colectivo, porque nadie, absolutamente nadie debe ser tratada como mercancía, como un objeto utilitario susceptible de ser desechado.
Diversas organizaciones internacionales, civiles y gubernamentales han señalado que en México el delito de trata de personas forma parte de los tres ilícitos más lucrativos para la delincuencia organizada junto con el narcotráfico y el tráfico de armas.
No podemos tapar el sol con un dedo, es verdad que somos un país de tránsito y destino de personas sujetas a explotación, pero también es igualmente cierto que somos un país de consumidores y abusadores sexuales, las cifras hablan por sí solas.
Activista social
@larapaola1
