El llamado “milagro mexicano” llevó a que a mediados de la década de los 70’s el salario mínimo creciera 146 por ciento con una inflación baja y controlada. Es a partir de la crisis de 1976 cuando se produce una caída vertiginosa del poder adquisitivo de los salarios mínimos hasta sumar un 70 por ciento en la segunda década del siglo XXI.
El anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, respecto al incremento del 20 por ciento a los salarios mínimos a nivel general y de 5 por ciento en la zona libre del norte del país, para ubicar la percepción diaria en 123.22 y 185.56 pesos respectivamente, pone fin a poco más de cuatro décadas de estancamiento salarial, que ha llevado a millones de obreros a la sobrevivencia en condiciones de máxima precariedad.
De 1935 al 2018, es decir un largo periodo de 14 sexenios, de los cuales 12 fueron del PRI y 2 del PAN, la tendencia fue, salvo claras excepciones entre 1952-1970, de un deterioro creciente de los salarios, en un contexto de cíclicas crisis económico-financieras que derivaban, entre otras medias, en el control de los salarios para evitar incremento inflacionario y concesiones empresariales para elevar productividad y competitividad con mano de obra barata.
En su libro Hacia Una Economía Moral, el presidente López Obrador adjudica a las políticas neoliberales la grave afectación de los niveles de vida de una gran parte de mexicanos, principalmente los trabajadores sujetos a salario mínimo, ya que solo se privilegiaron las reglas del mercado.
Ahora crece el consenso de que ese ya no es el camino. Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, expresó que es posible pasar del bienestar individual del trabajador al bienestar familiar, de seguir el fortalecimiento salarial, como el que ahora han acordado con el gobierno y organizaciones laborales.
El aumento salarial vigente a partir del primero de enero del 2020 beneficiará a 3.4 millones de asalariados: principalmente a 29 de cada 100 que ganan un salario mínimo y a los 67 de cada cien que obtienen ingresos equivalentes de uno a 5 minisalarios. A partir del próximo año la percepción mínima mensual general queda en 3,746 pesos y en 5,641 en la zona económica libre del norte del país.
Lo que hoy llama la atención detrás del anuncio son las transformaciones esenciales concretadas en este sexenio, sin las cuales no hubiera sido posible ese hecho.
Entre ellas, el proceso de democratización de la vida sindical que, si bien no ha logrado extirpar al cien por ciento la corrupción y componendas de líderes sindicales, si han logrado echar de muchas organizaciones laborales a dirigentes que vendían los contratos y se enriquecían a costa de esquilmar a los trabajadores. Un proceso irreversible.
Un segundo aspecto es la aprobación de un nuevo marco laboral que posibilitó la transparencia de la relación obrero-patronal, en donde los trabajadores han sido empoderados para exigir sus derechos y defender la colectividad de sus agrupaciones, lo cual era impensable que ocurriera en el sistema corporativista que fortaleció al PRI durante décadas.
Y un tercer elemento, no menos importante, es la determinación de la actual administración de atender a los grupos menos favorecidos, entre ellos la clase trabajadora, cuyos ingresos quedaron rezagados por años, incluso frente a la inflación anual, lo que provocaba que tuvieran que laborar más horas percibiendo menos ingresos con menor poder adquisitivo.
La frase que acuñó en su momento el extinto secretario General de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez, de que, año tras año a los trabajadores siempre les tocaba “apretarse más el cinturón”, era en realidad una triste metáfora para ocultar el hambre y la explotación hacia una clase trabajadora que estaba sola, en medio de su pobreza y desesperanza.
De lo que se trata, en el fondo, no es de un ajuste salarial, sino de un acto de justicia social para quienes cargaron literalmente bajo sus hombros el peso de crisis económicas, despilfarro, corrupción y opresión sindical, una deuda social que comienza a ser saldada por el nuevo régimen de la 4T.
Activista social y titular del Fondo Mixto de Promoción Turística de la CDMX.
@LaraPaola