A las mexicanas y mexicanos:
La obsoleta gestión de los recursos hídricos, la simulación, la negligencia, la corrupción, el acaparamiento y la falta de inversión fueron en la Ciudad de México una constante durante las administraciones pasadas, teniendo como resultado el desabasto en diversas zonas de la capital, particularmente donde habitan las personas más vulnerables, hasta alcanzar niveles críticos conforme la población fue aumentando.
Si bien es verdad que, la escasez de agua es un problema mundial debido al cambio climático y el calentamiento global, no podemos soslayar que la política privatizadora de los gobiernos neoliberales del orbe, han sido la causa fundamental de la riqueza hídrica de una minoría a costa de la falta de agua de la mayoría. Basta con mirar lo que sucede en las entidades del norte del país como Nuevo León o en Aguascalientes, Querétaro y Morelos, o bien, lo que sucede en Europa que está enfrentando la peor sequía de su historia.
Es por eso que resulta relevante el trabajo e inversión que está realizando la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en conjunto con los gobiernos del Estado de México y Michoacán, para garantizar a las y los capitalinos el acceso al agua.
El convenio Recuperación de Caudales en el Canal El Bosque Colorines, firmado entre las tres entidades federativas, es inédito debido a la visión metropolitana, sobre todo por el destino de los recursos. La CDMX decidió invertir en Michoacán porque ahí está el Cutzamala de donde se abastece nuestra urbe, lo cual beneficiará a quienes la habitamos y a más de mil agricultores michoacanos, cuya producción agrícola depende de este sistema, otorgándoles mejores sistemas de riego y rehabilitación de canales, así como la rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas en la presa del bosque, para evitar la extracción irregular de agua y eficientar su uso.
En palabras de la jafa de Gobierno, “es un proyecto donde el Estado de México y nosotros, ponemos cerca de 300 millones de pesos, no son recursos federales, son recursos, de los que se paga a Conagua, nos lo regresan a un fideicomiso y ese recurso decidimos, por primera vez, no invertirlo en la Zona Metropolitana del Valle de México, sino invertirlo afuera”.
Es una forma novedosa de invertir con justicia; invertir en Michoacán significa tener una visión de cuenca, de Nación y de solidaridad propias de un auténtico Federalismo. La cual, es congruente con la política del Gobierno Federal en la que no se autorizarán concesiones nuevas en acuíferos sobreexplotados y se priorizarán concesiones para el uso doméstico, que tiene como base un enfoque de desarrollo, cuyos pilares son la equidad y el bienestar social.
México enfrenta grandes retos hídricos, por lo que la inversión realizada es un ejemplo para las demás entidades federativas, y es una acción que repercute directamente en la salud y la calidad de vida de las y los capitalinos.
Quienes se levantan a las tres o cuatro de la mañana para llenar algunas cubetas de agua para realizar las actividades mínimas vitales y cotidianas tienen claro el significado la importancia de las acciones del Gobiernos Federal y de la CDMX, al igual que lo entienden las y los ciudadanos que han adoptado una nueva cultura hídrica en sus hogares y negocios.
Precisamente en el entendimiento y en las acciones está la diferencia. Una diferencia que es tangible en las acciones, en el discurso, en los valores, en el compromiso y en la responsabilidad. La diferencia está en el proyecto de Nación y su continuidad.
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@larapaola1