A las mexicanas y mexicanos:

Generalmente los paquetes económicos anuales entregados por el Ejecutivo Federal a la Cámara de Diputados resultan ajenos para la mayoría de población, aunque en los diferentes medios de comunicación se comentan algunos aspectos, a veces de manera neutral y otras de forma muy sesgada; sin embargo, los comentarios y la información no siempre es especializada o si lo es resulta en exceso técnica.

De ahí que es importante, antes de entrar a un análisis del paquete económico, precisar sus principales criterios y propuestas. Los Criterios Generales de Política Económica para el ejercicio fiscal 2023 , en primer lugar, refrendan el objetivo del Gobierno, orientado a lograr un entorno de seguridad y bienestar general para la población mexicana. Por eso es que el paquete contempla como un pilar fundamental la estabilidad macroeconómica a través de una conducción responsable y eficiente de las finanzas públicas, en apego a los principios de equilibrio y responsabilidad presupuestaria y hacendaria.

Dichos criterios son realistas, ya que prevén la evolución actual de la economía y el contexto económico global, es decir, para el cierre del presente año considera que la actividad económica siga avanzando como hasta ahora, debido a: la recuperación del empleo, el aumento de los ingresos laborales y el consumo interno, así como por el aumento de la capacidad productiva derivada de una mayor inversión pública y privada, al aumento en las exportaciones manufactureras y los ingresos por remesas y turismo. Desde luego, que, toma en cuenta los desbalances resultantes de la pandemia y el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania.

Sobre las bases anteriores, se proyecta que la actividad productiva continúe avanzando para el próximo año en un rango de crecimiento de entre 1.2 y 3.0%, se fortalezca el mercado laboral, el gasto en programas sociales, el impulso a la inversión pública en infraestructura y el aumento del consumo privado. La Inflación anual se estima seguirá una trayectoria descendente y se ubique en un nivel de 3.2% al cierre de 2023, lo cual es congruente con el objetivo inflacionario del Banco de México, por lo que no podemos negar que el apoyo al precio de los combustibles y el paquete contra la inflación y la carestía del Ejecutivo fue exitoso.

Proyecciones en las que podemos confiar, toda vez que, durante los paquetes anteriores del gobierno actual, dichos criterios han sido consistentes y con los resultados esperados, prueba de ello es que, a diferencia de otras Naciones, incluso desarrolladas, la inflación creció estrepitosamente como en España, Estados Unidos y Reino Unido; en la región lideran Venezuela con 137.1%; Argentina con 71%; Chile con 13,1%; y Colombia con 10,2%. La inflación al consumidor en Reino Unido alcanzará al iniciar el próximo año un máximo del 18.6%, lo que significa más de nueve veces el objetivo del Banco de Inglaterra.

Además, el peso mexicano es una de las monedas de los países emergentes que mejor desempeño han tenido, pues no sólo no se ha depreciado frente al dólar, sino que tuvo una apreciación de 4% en los primeros 5 meses del año, gracias a los ajustes de la tasa de interés para contener la inflación y los instrumentos de deuda que dan mayores rendimientos frente los de otros países. Por cierto, hablando de deuda, es oportuno destacar que el gobierno actual cumpliendo a su compromiso no ha adquirido mayor deuda externa y no ha subido los impuestos, sino que ha exigido a los evasores el pago de éstos, fundamentalmente a las grandes corporaciones.

A pesar de las adversidades externas en el primer semestre del año, la economía creció 1.9% a tasa anual y al cierre de este año se espera una recuperación de 2.4%. Lo cual no es poca cosa. La estabilidad macroeconómica se refleja en la estabilidad de la economía nacional, por lo que México hoy es reconocido en el mundo por su estabilidad económica, finanzas públicas sanas y deuda moderada, gracias a las políticas públicas con visión social que evitan la concentración de la riqueza en unas cuantas manos y mejoraran la calidad de vida de los de las personas con bajos ingresos. Dicho de otra manera, gracias a las políticas gubernamentales que anteponen la equidad en la distribución del ingreso.

Actualmente 70% de las familias mexicanas recibe un apoyo social, la recuperación de los salarios de las y los trabajadores que menos ganaban es de 64% y el aumento a los salarios formales de 38% desde que inició la administración actual.

El eje principal de la política tributaria ha sido proteger la economía de los hogares y la política de gasto, por lo que los recursos seguirán orientándose en 2023 a dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, así 84% del total de los programas presupuestarios se vinculan a dichos objetivos.

Es fundamental definir desde qué óptica se hacen los análisis económicos, desde la de la equidad distributiva y la justicia social o desde la visión de quienes más tienen y quieren contribuir menos. Es claro que, la austeridad republicana no les gusta porque implica amarrase el cinturón para aflojar el del pueblo. A quienes denuestan las acciones gubernamentales, habría que preguntarles, ¿por qué ven mal que los trabajadores ganen más o que quienes menos tienen reciban ayudas sociales? ¿Por qué no les gusta que el peso no se devalúe? ¿Por qué está mal que el gobierno no se endeuda? ¿Por qué critican que se contenga la inflación? ¿Por qué no les gusta que la economía crezca, aunque sea poquito? ¿Por qué si ganan mucho no pagan los impuestos correspondientes?

Sus respuestas serán contestadas o retomadas en las próximas publicaciones en materia económica.

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Activista social 
@larapaola1 

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