A las mexicanas y mexicanos: La Cámara de Diputados designó a la presidenta consejera del INE y a otros tres consejeros mediante un proceso de insaculación, debido a que las y los legisladores no alcanzaron el consenso necesario. El procedimiento fue inédito y, por lo tanto, fue denostado por las mismas voces de siempre. Y es que el sorteo realizado es un procedimiento denominado insaculación que popularmente se le ha denominado ‘tómbola’, el cual de ninguna manera es vergonzoso, arbitrario, ilegal o inmoral, al contrario. Es un mecanismo transparente, pertinente y adecuado que evita las complicidades y corrupción de antaño.

Con tono de burla esas voces ignorantes y tendenciosas señalaron que la democracia estaba en manos de una tómbola, sin antes reconocer que las personas de las quintetas que integraron los sorteos pasaron por evaluaciones durante semanas, en consecuencia, las mejores calificadas fueron sujetas a insaculación. Dichas evaluaciones fueron realizadas por un Comité Técnico integrado por expertos en la materia ampliamente reconocidos y que no pertenecen a ningún partido político, de ahí que gozaron de la aprobación unánime de todos los grupos parlamentarios.

Al no alcanzar los acuerdos para las designaciones, la propuesta sugerida por el Presidente de la República fue la insaculación, lo que hizo eco y cobró sentido entre las y los diputados, debido a que este procedimiento evita el conflicto y también los acuerdos construidos con base a intereses personales tal y como se hacía en el pasado.

Si somos completamente honestos, debemos aceptar que una vez superados los requisitos que demuestran que las personas son aptas para ocupar un cargo y una vez superadas las pruebas para garantizar su idoneidad, la diferencia para elegirlas responde a criterios personales que tienen que ver más con filias, fobias o intereses particulares, lo que puede resultar en componendas oscuras entre las cúpulas partidistas y legislativas; sin embargo, un sorteo transparente entre las mejores candidaturas resuelve la problemática de fondo y forma, tal y como sucedió.

Lo anterior legitimó el proceso y a quienes integran ahora el INE, privilegiando el fortalecimiento institucional y el avance de la democracia, además dejó de manifiesto que pudiendo intentar algún acuerdo forzado y alejado de la ética a partir de concertacesiones, el Presidente de la República no lo permitió ni Morena lo intentó. Prefirieron la tómbola a pesar de que había personajes de clarísima convicción neoliberal y de inobjetable cercanía con Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, quienes ocuparon los más altos cargos electorales a raíz de componendas entre los gobiernos de Calderón y de Peña Nieto.

Se optó por el respeto a la Constitución, la transparencia y el fortalecimiento democrático aun a sabiendas de que esto pudiera resultar contrario a los intereses de la Cuarta Transformación, que, aunque legítimos no pueden ni deben estar jamás por encima de la norma jurídica fundamental ni de sus más altos principios.

La tarea no ha terminado, hay que evitar que el Tribunal se exceda en sus facultades disponiendo textualmente que sus interpretaciones tendrán como límite el tenor literal de la Constitución y sus leyes. Asimismo, continuar con el recurso de inconformidad que, formalizado por el Ejecutivo ante la Suprema Corte, es inadmisible que un solo juzgador ordene la suspensión de cuatro leyes aprobadas por el Congreso de la Unión y publicadas por el Ejecutivo, lo que constituye una clara violación al Estado de Derecho.

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