A las mexicanas y mexicanos:
Quisiera aprovechar este espacio, para hacer un recorrido cronológico de la vida de quien es y ha sido el eje rector de este diario desde hace poco más de medio siglo. Se dice fácil, pero la constancia de Juan Francisco Ealy Ortiz se ha sostenido contra viento y marea, lo mismo que transitado entre dos siglos, para condecorar una gran carrera.
Con el fin de poner la trayectoria de Ealy Ortiz en una perspectiva más ilustrativa, habría que remontarnos a los sucesos históricos y mediáticos que han acontecido desde que lleva la batuta de esta casa editorial: referente incuestionable de los grandes diarios nacionales. La desintegración de los Beatles, la inauguración del Metro capitalino, La guerra de Vietnam, la renuncia de Richard Nixon, el accidente nuclear de Chernobil, el temblor del 85, la mano de Dios, la caída del Muro de Berlín, el surgimiento del EZLN, el Tratado de Libre Comercio y la segunda devaluación del peso, la liberación y victoria electoral de Nelson Mandela, el surgimiento de las redes sociales, el desplome de las Torres Gemelas, el fin de la hegemonía priista, el temblor de 2017, la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, la paridad de género en el Congreso y el inicio de la cuarta transformación, tan sólo para resaltar los más emblemáticos.
La gestión administrativa de Ealy Ortiz no tardó en surtir efecto, para colocar a EL UNIVERSAL en el mejor lugar del Periodismo Nacional y convertirlo en uno de los periódicos de mayor circulación en el país. Todo esto gracias a una mente visionaria y un entendimiento de su tiempo fuera de molde que empleó para mejorar la calidad del diario mediante una renovación de fondo de la tecnología utilizada para la impresión.
Hablar de Juan Francisco Ealy Ortiz es hacer referencia implícita de la historia moderna de EL UNIVERSAL. No podemos separar al diario del hombre ya que se trata de una institución viviente. Una institución que se ha empeñado en preservar los lineamientos antirreeleccionistas, objetivos y principios progresistas trazados por el ingeniero, periodista y constituyente de la República Félix Palavicini Loría, en 1917, amigo y compañero de lucha social de mi abuelo el ingeniero Alfredo Félix Díaz Escobar. “Mi pluma es amiga, pero no esclava”, reza la máxima de Palavicini, para resumir en siete palabras la idea editorial y el espíritu de uno de los diarios más influyentes de nuestro país.
Ealy Ortiz ha demostrado estar a la altura del reto que asumió el lejano 23 de octubre de 1969, conservando y fortaleciendo los sólidos cimientos del diario en su transición al siglo XXI.
Sería literalmente imposible enlistar todos sus logros y aportaciones a la sociedad en unos cuantos párrafos, pero no está de más mencionar algunos de éstos. Participó en un sinnúmero de instituciones y organismos como la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG); el Consejo Nacional de la Publicidad (CNP), y la Asociación de Editores de Periódicos Diarios de la República Mexicana; fue miembro activo de la Asociación de Editores de los Estados. En 1980, fundó la Junta Asesora Latinoamericana de la United Press International (UPI), lo mismo que con la fundación filantrópica, Ealy Ortiz, A.C, misma que sigue presidiendo. En la actualidad encabeza la Comisión de Impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa y es un incansable promotor de la profesionalización del periodismo científico; ha sido galardonado con incontables premios, tanto en México como en el extranjero, por su extraordinaria labor y activismo en pro de los derechos humanos.
En nuestros días donde casi todo es efímero, una vida tan vasta de entrega y profesionalismo merece ser celebrada.
