A las mexicanas y mexicanos: El paquete de reformas presentadas por el presidente de la República refrenda su compromiso, particularmente con quienes menos tienen, así como para recuperar y salvaguardad el patrimonio nacional que por décadas fue saqueado. Continúa por la ruta transformadora planteada en 2018 para consolidar un nuevo régimen, establecer el equilibrio entre los Poderes del Estado y garantizar el buen uso y destino del dinero público. A nadie deben sorprender las propuestas, pues están a la altura de las demandas ciudadanas y de los grandes problemas que debemos enfrentar como la pobreza y la corrupción.
Los opinadores de siempre señalan en tono de denostación que las reformas están cargadas de un claro tinte ideológico. Tienen razón, pero no hay nada malo en ello, ya que ninguna reforma de gran calado puede adolecer del elemento ideológico porque éste es la base para la toma de decisiones. Para decirlo de forma más simple, no es lo mismo una reforma diseñada desde la ideología neoliberal que desde la nacionalista, en la primera los intereses de mercado están por encima de los nacionales mientras que en la segunda lo prioritario es el bienestar de la nación integrada por el pueblo, los recursos naturales y las instituciones fundamentales.
Irremediablemente, el grado de aceptación y legitimidad que las reformas tengan frente a la ciudadanía se verá reflejada en las urnas, lo que evidentemente incomoda muchísimo a los partidos de oposición, que solo tienen dos alternativas posibles: una, votar a favor de las reformas y reconocer que la política económica y social del Ejecutivo es adecuada; y otra, votar en contra de los intereses nacionales.
Las reformas apunta al bienestar de las personas adultas mayores al garantizar su derecho a una pensión a partir de los 65 años de edad y a las personas con discapacidad una pensión universal, habilitación y rehabilitación. Para apoyar al campo se plantea un jornal a campesinos que siembren árboles frutales y maderables; apoyos directos a pescadores y campesinos; precios de garantía para compraventa de alimentos básicos y fertilizantes gratuitos a pequeños productores. Las becas a estudiantes de escasos recursos se incrementarán cada año de manera progresiva; y las y los jóvenes de 18 y 19 años que no estudien ni trabajen recibirán un salario mínimo para capacitarse.
Las reformas también plantean reconocer al maíz como un alimento básico y elemento de identidad nacional, y prohibir para consumo humano y siembra el genéticamente modificado; reconocer la preferencia de acceso al agua para consumo humano y uso doméstico, así como prohibir las concesiones para la minería a cielo abierto y el fracking para extracción de hidrocarburos.
Prevén que el Estado garantice atención médica integral, universal y gratuita, incluyendo estudios médicos, intervenciones quirúrgicas y los medicamentos necesarios; y posibilitan al Infonavit para construir vivienda social, así como reconocer el derecho a la vivienda en arrendamiento a través de una renta social equivalente a 30% del salario del trabajador, para que después de 10 años pueda comprar la vivienda rentada a un costo justo y tomándole en cuenta las rentas pagadas.
La viabilidad de las propuestas depende del uso focalizado de los recursos públicos, evitando cualquier tipo de dispendio, para que el dinero del pueblo regrese al pueblo. Andrés Manuel hizo lo correcto: gobernar hasta el final. Lanzó 20 tiros de precisión que fueron asumidos cabalmente por Claudia Sheinbaum y celebrados por la gran mayoría de la ciudadanía.