En las últimas semanas, el World Economic Forum emitió su informe anual de riesgos globales, donde cada año analiza la evolución del panorama de los riesgos mundiales. En dicho estudio participaron 1,500 expertos, a quienes se les pidió evaluar 34 riesgos globales en un horizonte temporal a corto y largo plazo (dos y diez años respectivamente). Su objetivo principal es proporcionar a los decisores una visión completa del futuro para poder balancear las crisis actuales y establecer las prioridades subsiguientes para desarrollar políticas públicas que minimicen dichas amenazas. En 2023, la polarización y los conflictos regionales plantearon desafíos significativos para los líderes mundiales. En un mundo altamente globalizado, los procesos regionales adquirieron dimensiones internacionales, intensificando tensiones. En esta columna les comparto los principales resultados del Informe sobre Riesgos Mundiales.

Partimos de una definición de riesgo de impacto: Es la probabilidad de que la influencia de una empresa sobre las personas y el planeta sea diferente a lo esperado, y que esta diferencia sea material desde la perspectiva de las personas o el planeta que experimentan dicho impacto. (Fuente: IMP/Impact Frontiers). Estos riesgos deben de entenderse bajo un enfoque holístico, el cual integre los aspectos económicos, medioambientales y sociales. Dicho enfoque ya no es solo preferible, sino esencial para el desarrollo sostenible.

Los principales riesgos en un horizonte de diez años son: 1) Fenómenos meteorológicos extremos. 2) Cambios críticos en los sistemas terrestres. 3) Pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas. Como se puede ver, estos peligros son dominados por amenazas relacionadas al clima. En este sentido, los países enfrentan impactos de condiciones climáticas extremas sin precedentes, ya que los esfuerzos y recursos de adaptación no son suficientes. Y en específico, el clima extremo es el principal riesgo con mayores probabilidades de provocar una crisis material a escala mundial. En otras palabras, los planes de acción se quedan cortos frente al tipo, la escala y la intensidad de los eventos relacionados con el clima que ya están teniendo lugar. Adicionalmente, el informe también señala que otros riesgos son la recesión económica, la escasez de suministro energético, la inflación y las enfermedades infecciosas.

Los fenómenos meteorológicos son cada vez más intensos y frecuentes, pensemos en olas de calor, estrés hídrico, inundaciones devastadoras y tormentas poderosas. Estas fuerzas disruptivas amenazan vidas, medios de subsistencia e infraestructura. La acción climática es urgente, los riesgos medioambientales podrían llegar a un punto sin retorno. De no actuar, muchas economías seguirán sin estar preparadas para aquellos impactos “no lineales” del cambio climático.

Por otro lado, los principales riesgos en un horizonte de dos años son: 1) Desinformación y noticias falsas. 2) Fenómenos meteorológicos extremos. 3) Polarización de la sociedad. Estos riesgos a corto plazo muestran una expectativa de empeoramiento en las condiciones globales a largo plazo, con polarización y crisis sociopolítica y climática. Es sorprendente que el riesgo de la desinformación y la propagación de noticias falsas lidere la lista convirtiéndose en el mayor riesgo en los próximos dos años. Dichas amenazas afectarán específicamente a varios países (como a México) donde se celebrarán elecciones presidenciales, lo que ha provocado inquietudes sobre la propagación de información falsa y sus consecuencias en la libertad y seguridad de prensa. Sumado a esto, existen la censura y violaciones de los derechos humanos, generando un ambiente preocupante en un año electoral. El informe también advierte un mundo donde las consecuencias son la erosión de la confianza, la obstaculización de acciones y potencialmente la desestabilización de las sociedades. Finalmente, estas consecuencias pueden potenciarse con el mal uso de la inteligencia artificial.

Considerando las soluciones posibles a dichas problemáticas, los conductores estructurales que podrían marcan la evolución en los próximos años son: cambios en el tamaño, crecimiento y estructura de la población; vías de desarrollo de las tecnologías de vanguardia; la evolución material de la concentración y las fuentes de poder geopolítico; y, trayectorias relacionadas con el calentamiento global y consecuencias conexas para los sistemas terrestres.

El Informe sobre Riesgos Mundiales 2024 es un crudo -pero necesario- recordatorio de los retos a los que nos enfrentamos hoy en día. Lo que destaca en el informe de este año no es sólo la mayor concientización sobre el cambio climático, las perturbaciones tecnológicas y las tensiones geopolíticas, sino también el cambio en la percepción global del riesgo.

Este cambio es fundamental para los líderes académicos, empresariales y políticos del mundo. En mi experiencia, comprender y adaptarse a dichos cambios de percepción del riesgo es elemental para impulsar estrategias eficaces y resistentes. Además, las complejidades actuales nos obligan a pensar más allá de los modelos tradicionales, fomentando una cultura de innovación y colaboración. Finalmente, la identificación y gestión de riesgos se llevan a cabo a través de la experiencia y conocimientos para guiar a las organizaciones y entidades hacia la resiliencia y reimaginación de sus operaciones y estrategias, alineándolas con una nueva conciencia global hacia un futuro sostenible y equitativo.

Pablo Necoechea

@pablonecoechea

Pablo Necoechea, experto en sustentabilidad y responsabilidad social empresarial. Es Licenciado y Maestro en Desarrollo Económico por la Universidad Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Maestro en Innovación y Competitividad por Deusto Business School, Maestro en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, y Candidato a Doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Pablo ha trabajado como investigador en temas de energía y sustentabilidad para el European Centre for Energy and Resource Security (EUCERS) del King's College London. Además de haber sido consultor senior en firmas reconocidas especializadas en Consultoría; ha desempeñado papeles como funcionario público gestionando proyectos de sustentabilidad. Y, ha compartido sus conocimientos como profesor universitario en la Universidad Anáhuac Norte, y como Gerente y Director ESG y Sustentabilidad en reconocidas empresas en México. Actualmente es Gerente Nacional de Sostenibilidad y Cambio Climático en el Tecnológico de Monterrey.

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