La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima -conocida como COP por sus siglas en inglés- se celebra anualmente desde 1995, y la cumbre de este año es la número 26 (COP26). Más de un centenar de jefes de Estado asisten a esta conferencia donde el tema principal de la agenda es revisar los avances en los compromisos climáticos de los países, y también analizar cómo financiar y garantizar la justicia para las personas que menos han contribuido al cambio climático pero que sufren las consecuencias más graves. Para muchos, esta cumbre es la última oportunidad de la humanidad para tratar de frenar las consecuencias del cambio climático.
Hace unos días tuve la oportunidad de exponer mis ideas dentro de la COP26, invitado por la iniciativa Climate Scorecard, sobre el estado de las políticas de mitigación climática en México y cómo se puede trabajar para fortalecerlas. Me di cuenta de que, cada país tiene sus problemas, y aunque puede ser frustrante que las negociaciones de la política climática global no sean tan rápidas como queremos, se aprecia que casi todos los países tienen las mismas intenciones de contribuir hacia objetivos globales ambiciosos. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer como el definir reglas para la implementación del Acuerdo de París, establecer un mercado global de compensación de carbono, y delinear planes de acción para limitar el aumento de las temperaturas a 1.5 grados Celsius. Mucho trabajo por hacer, y aún hay muchos países que faltan de involucrarse en mayor medida en la acción climática, entre ellos México.
¿Cómo llega México a la COP26?
El país ratificó sus Compromisos Nacionalmente Determinados (NDC, por sus siglas en inglés) en diciembre de 2020, comprometiéndose a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 22% para el 2030 y un 50% para el 2050. Sin embargo, el problema radica en que estos son los mismos compromisos que hizo en 2015 para el Acuerdo de París, es decir, no ha ambicionado en aumentar sus compromisos climáticos.
Climate Action Tracker consideró que los objetivos y las políticas climáticas de México son "altamente insuficientes", ya que son inconsistentes con cualquier interpretación de una contribución equitativa y conducen a un aumento -en lugar de una disminución- de las emisiones. La elección de México de priorizar la generación de combustibles fósiles por encima de las energías renovables, según Climate Action Tracker, sitúa al país en un camino aún más incompatible con los esfuerzos necesarios para mantenerse dentro del límite de temperatura. Sus intenciones para la industria eléctrica, en particular la elección de seguir invirtiendo en carbón, son diametralmente opuestas a lo necesario para mantenerse por debajo de los 1.5 grados Celsius.
El Acuerdo de París tiene como objetivo mejorar la respuesta global a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales en este siglo, y de continuar con los esfuerzos para mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 1.5 grados.
La Red de Acción por el Clima Debido, una red mundial que cuenta con más de 1,500 organizaciones de sociedad civil de 130 naciones, criticó a México por su falta de acción contra el calentamiento global y su escasa legislación climática. Y, por no hacer un intento por llevar a cabo una transición energética.
¿Qué ha hecho México? En la COP26, México exigió un mayor financiamiento para combatir el cambio climático para las naciones subdesarrolladas, además de suscribir algunos acuerdos y llevar las demandas del gobierno. México fue una de las naciones que se adhirió formalmente a la declaratoria para la protección de bosques y uso de la tierra; un compromiso de los líderes del mundo para trabajar de manera colectiva con el fin de detener y revertir la pérdida de los bosques para 2030. Además, México se sumó al Compromiso Global de Metano, una propuesta de la Unión Europea y los Estados Unidos para reducir las emisiones de metano cuyo potencial de calentamiento global es 28 veces mayor al del CO2.
La COP26 es una oportunidad decisiva para que no sólo Mexico, sino el mundo, recuperen el espíritu de cooperación global que se vivió en París y comiencen a ambicionar en la acción climática. Los resultados y los detalles de los acuerdos de la COP26 serán vitales para lograr esquemas de financiamiento sostenible, estrategias de descarbonización, transferencias de tecnologías y cooperación en el desarrollo de capacidades por parte de la comunidad internacional para combatir el cambio climático.