Pablo Álvarez Icaza Longoria

Visiones diferentes entre economistas y financieros

Pablo Álvarez Icaza Longoria
22/02/2024 |09:07
Pablo Álvarez Icaza Longoria
autor de OpiniónVer perfil

A la memoria de Carlos Urzúa, gran economista y excelente persona.

Las proyecciones de los economistas y de analistas financieros no siempre coinciden. El ejemplo más reciente fue el desempeño económico del 2023. Hace un año los economistas anticipamos un bajo crecimiento e incluso el riesgo de una recesión en el segundo semestre, considerando el efecto rezagado de la política monetaria restrictiva en la mayoría de los países, que frenaría la inversión y el consumo privado.

Sin embargo, eso no ocurrió e incluso en Estados Unidos (EU) el PIB creció más en 2023 que en 2022, 2.5% vs. 1.9%. En esto influyó la política de gasto y fomento a la inversión de la administración Biden, que son proyectos de largo alcance y van más allá del vaivén a corto plazo, el efecto de demanda deprimida más evidente en comercio, servicios y turismo, un mercado laboral muy robusto y el enorme impulso que ha significado la inteligencia artificial (IA).

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También es cierto que la coyuntura puede proporcionar señales contradictorias siguiendo con el caso de EU. En enero la nómina no agrícola aportó 353 mil puestos de trabajo, pero en cambio las ventas al menudeo cayeron 0.8% respecto a diciembre, luego de un crecimiento de 3.3% del PIB en el cuarto trimestre en tasa anualizada. Algunos insistieron en que el dato de las ventas presagiaba un debilitamiento del consumo y que la cifra de la nómina era un poco engañosa porque los ajustes estacionales sobrestimaban el dato. Los contrarios argumentaban al revés, haciendo hincapié en que la nevada de enero de este año fue más fuerte que la de hace un año y por eso la caída fue más acentuada y que el mercado laboral sigue registrando un dinamismo aceptable, aunque menos holgado que antes.

En muchas ocasiones las opiniones no son desinteresadas y menos cuando nos acercamos a la temporada electoral. Quienes buscan una baja de tasas de interés enfatizarán que la economía se está debilitando y que la inflación, con sus tropiezos temporales, va con tendencia descendente. Por el contrario, quienes destacan los riesgos de un movimiento prematuro, pondrán énfasis en los datos que muestran fortaleza de la economía.

Para este año, economistas y financieros están más de acuerdo en EU. Ambos grupos apuestan a un aterrizaje suave, esto es, un menor crecimiento en 2024, con alza del PIB del 2% y una inflación que va a seguir descendiendo lentamente, lo que contribuirá a que la Reserva Federal (Fed) vaya recortando la tasa de fondos federales, que es la de referencia. Incluso, los índices bursátiles han estado de nuevo cerca de alcanzar récords históricos a pesar de un mal inicio de año.

Sin embargo, esta vez los financieros ya no están tan optimistas considerando que la fortaleza bursátil se ha sostenido en pocas empresas, las inversiones de riesgo están lejos de los niveles que tenían cuando las tasas eran muy bajas, las ventas de vehículos eléctricos no han subido tanto, lo que ha influido en que el precio de materias primas como litio y níquel haya caído, provocando que algunos proyectos de empresas productoras de semiconductores se pospongan, además de que los problemas de la economía china son más profundos de lo que parece.

En el caso de México, los indicadores económicos también aportan visiones contrapuestas. Mientras que el PIB oportuno anunciado por Inegi mostraba señales de desaceleración en el cuarto trimestre de 2023, lo mismo que las cifras de ventas comerciales de diciembre, especialmente al mayoreo muestran una tendencia de baja; por el contrario, las encuestas empresariales correspondientes a enero que anunció el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a principios de mes, y especialmente el ligero repunte del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) que creció 2.2% en enero frente a 2.0% de diciembre, contradicen la postura de que la economía seguiría desacelerándose en el primer trimestre del año. Incluso, los ingresos totales de los servicios reportados ayer presentaron un desempeño favorable en diciembre creciendo 1% respecto a noviembre y con una tendencia franca al alza.

Adicionalmente, si observamos las tendencias de las remuneraciones medias reales de los servicios y del comercio al por menor y por mayor, se esperaría que el consumo de los trabajadores se mantenga muy dinámico en los próximos meses. Sin embargo, en ambos sectores el personal ocupado ya no tiende a crecer, por lo que las empresas del sector terciario podrían comenzar a tener complicaciones con los costos y prefieren ser más cautelosas al contratar más personal.

En conclusión, para México sigo pensando que habrá un desempeño económico aceptable en el primer semestre, pero que la desaceleración comenzará en el segundo pasadas las elecciones y con la incertidumbre intrínseca del cambio de gobierno en octubre, sobre todo por el proceso electoral en EU, hay señales preocupantes de deterioro de las relaciones exteriores con el vecino del norte. En general, los economistas tendemos a ser más pesimistas que los financieros, pero a veces es conveniente tener un principio de realidad, sin perder la confianza en el futuro.

Adenda

1) Inegi anuncia las cifras del PIB del cuarto trimestre. Podremos ver cómo les fue a los sectores económicos en particular.

2) También se difunde la inflación de la primera quincena de febrero. Lo relevante será si la variación anual confirma la tendencia a la baja que al parecer comenzó en la segunda quincena de enero.

3) A pesar de que hubo legisladoras/es que hicieron un buen trabajo, los partidos políticos no les dieron la oportunidad de la reelección. Luego no se extrañen del desprestigio del Congreso.

4) La concentración ciudadana en el Zócalo puede ser un anticipo de que la competencia electoral será bastante reñida en la Ciudad de México y municipios conurbanos. La crisis hídrica se volverá inevitablemente un tema de agenda de campañas.

5) La iglesia católica en Guerrero reconoció que, pese a sus esfuerzos, la tregua propuesta no funcionó porque las organizaciones rivales no quisieron llegar a acuerdos.


Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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