Las cifras de visitantes internacionales de México proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son favorables en general, pero en los desagregados hay fuertes contrastes que vale la pena comentar a detalle, porque se pueden ver como un vaso medio lleno o medio vacío.
Lo primero que destacó es que a pesar de que México es miembro de la Organización Mundial de Turismo (OMT) desde su creación (1974), Inegi sigue utilizando el término viajeros internacionales en su encuesta cuando lo correcto es visitantes, que incluye a turistas y excursionistas (visitantes sin pernocta). No cabe duda que las inercias se siguen imponiendo, lo que resulta desalentador si consideramos que existe un Comité Técnico Especializado al respecto. Los viajeros también incluyen a personas que viajan, pero que no lo hacen por motivos turísticos.
La cifra de llegada de turistas internacionales superó 45 millones en 2019 y fue 9% mayor a la del año anterior. Sin embargo, ello se debió a que los turistas fronterizos crecieron 18.1% a 21.3 millones; en contraste, los de internación, que es el segmento más relevante, sólo subieron 1.9% a 21.3 millones.
Lo preocupante es que desde 2015, cuando crecieron 14.4%, este tipo de turistas se ha venido desacelerando, es decir que han crecido a tasas positivas cada vez menores.
El mito del éxito de las campañas de promoción turística internacional no se ve reflejado en los datos duros y fue gracias al vertiginoso crecimiento del turismo fronterizo que México se podrá sostener en la séptima posición de la clasificación mundial de llegadas de turistas internacionales de la OMT en 2019.
Inegi (y antes también Banco de México) desglosa turistas al interior por vía área y terrestre. Los primeros crecieron 1.4% a 19.6 millones, y los segundos hicieron lo propio en 4.7%, a 4.1 millones. Es decir que el arribo de turistas por vía área prácticamente se estancó el año pasado. Esto no tuvo que ver con la economía de Estados Unidos, que creció un aceptable 2.3%, sino más bien con factores internos como la inseguridad y la violencia, que se reflejan en las alertas de viaje, así como con el sargazo en el Caribe o la pérdida de competitividad frente a otros destinos de la región.
Pero no nos vayamos con la finta: los gastos de promoción en un mercado altamente competitivo sí son relevantes, pero no se ha hecho una evaluación del efecto de las campañas de publicidad realizadas en los años anteriores. Esto sería indispensable para poder tener un mejor diseño de la política turística. Esperemos que el programa sectorial que todavía no se ha dado a conocer arroje alguna luz al respecto.
Cabe aclarar que la OMT, por convención, no considera a los excursionistas en la clasificación de turismo internacional. Pero, en el caso de ingresos y egresos, es decir el gasto total excluyendo pasajes de avión, sí los incluye. La puntualización es pertinente porque los universos del flujo de personas y de captación de divisas son distintos.
Si observamos las cifras de las entradas aéreas de visitantes extranjeros por país de residencia a diciembre de 2019 proporcionadas por la Unidad de Política Migratoria (que no incluyen a los mexicanos residentes en el extranjero) y difundidas por Datatur, vinculadas a las de turistas al interior, los procedentes de Estados Unidos (EU) apenas crecieron 0.2% a 10.8 millones, los de Canadá subieron 5.9% a 2.3 millones, mientras que los de Reino Unido cayeron 1.3% a 549.4 miles y los de Colombia aumentaron 8.5% a 536.1 mil visitantes.
Los ingresos por visitantes internacionales subieron 9.0% en 2019 a 24 mil 562.6 millones de dólares (mdd) alentados porque la captación por turismo de internación creció 9.2% a 21 mil 034.9 mdd. El único componente cuyo gasto total cayó, en 0.6%, fue el de excursionistas fronterizos, a mil 593.2 mdd, pero ello se debió a que el flujo de personas cayó 7.7% a 43.3 millones porque las revisiones migratorias para entrar a EU reducen los cruces en la zona; sin embargo, su gasto medio creció 7.7%.
Si nos centramos en el segmento más relevante, el turismo de internación el resultado es positivo porque el gasto total creció a consecuencia de que su gasto medio subió 7.1%, aunque el flujo penas lo hizo en 1.9%. Cabe resaltar que quienes arriban al país por vía área tuvieron un gasto promedio de mil dólares con 89 centavos, creciendo 8.1% y sin campañas de promoción. Esto nos confirma que son factores económicos y de gustos del consumidor los que determinan más el comportamiento de los turistas.
Respecto a los egresos de los visitantes internacionales, estos se desplomaron 12.3% en 2019 a 9 mil 847.8 mdd a pesar de la fuerte apreciación del tipo de cambio, lo que fue ocasionado por el descenso de la actividad económica en México. Incluso, la caída del gasto del turismo de internación fue de 16.3% a 6 mil 325.1 mdd, profundizándose en el componente de quienes salen del país por vía aérea.
Como consecuencia de lo anterior, la balanza turística en 2019 fue de 14 mil 714.8 mdd, esto es 30.3% superior a la del año anterior (11 mil 296.9 mdd). En la propaganda oficial nos van a vender este resultado como un gran logro del turismo.
Obviamente, quienes tienen una visión mercantilista considerarán este dato como favorable porque se redujo el gasto en el extranjero, que era el enfoque prevaleciente durante el desarrollo estabilizar. Pero, la realidad es que tampoco hubo un incremento del turismo doméstico, como lo reflejan los datos del cuestionario hotelero y que lo confirmaremos cuando se divulgue el producto interno bruto del subsector de servicios de alojamiento temporal de 2019.
ADENDA
El sector a nivel mundial que más saldrá dañado por el coronavirus será el turismo, por los efectos de las contingencias sanitarias. Sin embargo, lo que es válido para un todo podría no serlo para todas sus partes (falacias de composición), y el de México podría beneficiarse por la desviación de flujos turísticos que ya no irían al lejano oriente.
Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx