Seguir desdeñando las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles a México partiendo de la premisa de que los republicanos no están bien informados, no es una buena estrategia por parte del gobierno mexicano. La mención hacia la mandataria mexicana fue muy directa el lunes pasado en Carolina del Norte: "Supuestamente, una mujer muy agradable, dicen, yo no la conozco. Y voy a informarle desde el primer día o mucho antes, que si no detienen esta avalancha de criminales y drogas que entran a nuestro país voy a imponer un arancel del 25 por ciento a todo lo que mandan a Estados Unidos".
La respuesta de la presidenta mexicana fue que va a haber una buena relación con Estados Unidos (EU), cuando se le cuestionó al respecto en su conferencia diaria del martes, mismo mensaje que reiteró ayer al enfatizar que no había motivo alguno de preocupación tras la victoria virtual de Donald Trump en las elecciones.
Los estrategas de comunicación de la Presidencia se siguen equivocando en los mensajes que mandan. Ese tipo de respuestas pudieron haberse pasado por alto por la administración Biden, pero ahora podrían generar una reacción negativa al dar la impresión de “no me estás tomando en serio”.
Si bien, algunas de las acusaciones de Trump son falsas, como la de imponer aranceles a autos chinos fabricados en México, de lo que no hay evidencia, si logró enfriar algunos planes que tenían algunas empresas para realizarlo. Otros amagos a empresas como John Deere y Stellantis, de aplicarles aranceles si decidieran llevar su producción al vecino del sur, tienen visos de ser más verosímiles, porque ya se han hecho en el pasado y el mensaje es una advertencia de que no se amplíen las inversiones.
Tampoco podemos obviar que Katherine Tai, la representante comercial de EU ha insistido en diversas comparecencias en el Congreso de las controversias que hay contra México, y no sería extraño que estos asuntos que estaban en proceso de negociación o de espera, se vayan a reactivar los próximos meses.
Pero más allá de estas menciones concretas, Trump ha reiterado que, en 2026, más que hacer una revisión de rutina del T-MEC está buscando una renegociación total del acuerdo comercial. Por eso, cuando se perfiló su victoria el tipo de cambio Forex se disparó hasta 20.80, para regresar a 20.62, pero luego al responder al boom del mercado accionario, bajó a 20.1660, cercano al cierre interbancario del martes (20.0788). Esto no quiere decir, que el peligro haya desaparecido, pero quedó la esperanza de que el próximo presidente no tome decisiones en contra de los intereses de las corporaciones norteamericanas.
Adicionalmente, las reformas constitucionales aprobadas y en curso como la del sector energético, la desaparición de organismos autónomos, entre otras, contravienen disposiciones pactadas en el T-MEC, por lo que, aunque las autoridades no lo reconozcan, ofrecen un flanco muy vulnerable con el futuro gobierno de Trump. Se le ha otorgado motivos suficientes para en el marco del acuerdo, imponer sanciones.
Peor aún, Trump ya advirtió que no seguirá el procedimiento que impugnación prevista en el T-MEC, sino que aplicará medidas contra México alegando aspectos de seguridad nacional o de combate al terrorismo. El bloqueo fronterizo de entrada va a retrasar el intercambio de bienes y servicios entre los dos países afectando más al nuestro en una demostración de fuerza.
Diversos estudios habían mostrado que el país más perjudicado en caso de Trump ganará sería México, no sólo por el intercambio comercial, sino por la deportación masiva de indocumentados nacionales y extranjeros, que nuestro país no está en condiciones de absorber. El incremento de las restricciones migratorias también tendrá un efecto no menor en los flujos turísticos entre los dos países, especialmente en los movimientos fronterizos.
Por lo pronto las bolsas reaccionaron con euforia a la victoria de Trump alentadas porque las reducciones de impuestos a las empresas, impulsarán las inversiones y los márgenes de ganancia. En el corto plazo, la economía crecerá más ampliamente, porque además se presionará a la Reserva Federal para que reduzca más agresivamente la tasa de fondos federales.
Tanto el mayor déficit público como el incremento de los aranceles generarán inflación, pero el efecto no será tan inmediato sino en el mediano plazo. Una postura más proteccionista generará un menor crecimiento de la economía mundial, sobre todo ante la eventualidad de represalias por los países afectados.
Los efectos negativos de las medidas de Trump lo resentirán los estadounidenses en el mediano plazo. Sin embargo, no hay garantía de que tengan la libertad de corregir para ese entonces, porque el trumpismo trasciende al personaje. Los pueblos tienen a los dirigentes que merecen y puede ser un síntoma claro de la decadencia de la potencia mundial. Al tiempo.
Adenda
1. Inflación de octubre hoy en México. Atentos al dato mensual y quincenal, especialmente a la subyacente.
2. El Estado de derecho no debe depender sólo de que el Ejecutivo dé garantías de su cumplimiento, sino de que se tenga un sistema de justicia independiente, autónomo e imparcial. Esto se perdió con la reforma al Poder Judicial de septiembre y con la Supremacía Constitucional, que subordina a la Suprema Corte de Justicia de la Nacional al poder legislativo y judicial y elimina los controles de convencionalidad.
Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN