La semana pasada de nueva cuenta nos mostró que con los datos económicos pasa que “en este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Esto sucedió al comparar el crecimiento de México y Estados Unidos en el trimestre y no sólo se puso de manifiesto en las redes sociales, sino también entre analistas económicos.

Se difundió el producto interno bruto (PIB) del primer trimestre de 2021 en Estados Unidos (EU), señalándose que en tasa anualizada creció 6.4% respecto al previo, que es como por convención se mide allá, y también subió 0.4% en comparación con el mismo trimestre del año pasado. Un dato impulsado por el gasto de consumo privado, la inversión fija y el gasto de gobierno que compensaron la variación de inventarios y las exportaciones netas de bienes y servicios.

Al día siguiente, en México se anunció que el PIB creció 0.4% respecto al último trimestre de 2020 o que cayó 2.9% respecto al primer trimestre del año pasado, con cifras desestacionalizadas. Pero, con las originales la caída sería de 3.8% en variación anual, siendo el sexto trimestre consecutivo negativo.

No faltó quien dijera que estamos muy mal, porque allá crecieron 6.4% y acá sólo 0.4%. Como ya hemos explicado antes, la comparación no es válida porque la variación trimestral simple fue de 1.6%. Sin embargo, mientras que en variación anual ya creció 0.4% el PIB en EU, en México disminuyó 2.9%.

Los optimistas destacaron que los datos del primer trimestre para México eran muy buenos, porque implicaban un crecimiento mensual de 2.3% en marzo del indicador global de la actividad económica (IGAE), luego de tres meses consecutivos de caídas, por lo que la baja en tasa anual ya sólo era de 0.4%. El dinamismo de marzo fue tan favorable que incluso ayudó a que se superara la proyección de 0.0% del PIB que expertos dieron a conocer cuando se informó el IGAE de febrero el pasado día 26.

Cabe puntualizar que un buen dato mensual no marca tendencia. Recordemos que en febrero hubo problemas con el suministro de electricidad y gas en el norte del país, por lo que muchas empresas tuvieron paros técnicos, acentuados por la interrupción de la cadena de suministro de semiconductores y chips, por lo que la reanudación de la actividad en marzo se dio con intensidad para compensar la nula actividad de los días previos. Estos sesgos llegan a presentarse a pesar de que las cifras estén ajustadas estacionalmente.

Los especialistas en economía del sector privado encuestados por el Banco de México en abril han mejorado sus pronósticos. El crecimiento previsto para este año se revisó al alza de 4.5% a 4.8%. En ese mismo sentido se pronunció Moody’s, que calcula que el PIB crecerá 5.6% respecto a una estimación previa de 3.5%, aunque advirtió de un marco político débil y una creciente alza de la deuda pública. Para 2022, los expertos y la calificadora coinciden en que la economía crecerá 2.7%. Sin embargo, en el mediano plazo, esta última espera que el crecimiento regrese a su tasa potencial de 2%, similar a lo proyectado por otros organismos.

Cabe destacar que la semana pasada Moody’s ratificó la calificación Baa1 de México, pero mantuvo la perspectiva negativa. Tomó la decisión considerando que se contuvo el deterioro de las cuentas fiscales y que la contracción económica –en parte provocada por la austeridad fiscal– se revertirá en el mediano plazo por el fuerte crecimiento en EU. Incluso, se reconocen los esfuerzos del gobierno por luchar en contra de la evasión de impuestos y por mejorar la recaudación; sin embargo, espera la planeada reforma fiscal para 2022.

Entre los riesgos de menor crecimiento destacó que la baja inversión refleja sentimientos negativos y persistentes preocupaciones del sector privado acerca de regulaciones adicionales y de cambios legales que pudieran afectar las condiciones de los negocios, así como las recurrentes confrontaciones con el gobierno. Por este motivo prevé que la inversión se mantenga débil en el mediano plazo, afectando el potencial de crecimiento.

Los especialistas del sector privado esperan que la inflación cierre el año en 4.56%, cuando hace un mes habían previsto 4.14%. La burbuja de precios que llevará la inflación de abril a niveles del 6% –mañana se anuncia la cifra– y que ha sido impulsada por alza de materias primas y alimentos como el maíz, los energéticos, metales, así como, por el incremento del precio de insumos como los chips y semiconductores, pudieran provocar que el incremento de costos sea más duradero.

Sin embargo, persiste una fuerte incertidumbre y hay factores que pudieran dañar la estabilidad financiera que las calificadoras le reconocen al país: 1) la amenaza de una tercera ola de contagios que obligue a aplicar políticas de confinamiento, 2) presiones inflacionarias que lleven a subir las tasas de interés en EU y con efectos en los flujos de capitales, que provoquen una mayor depreciación del tipo de cambio y que impacten en la inflación interna, obligando a revertir la baja de tasas de interés, 3) retrasos en las exportaciones de manufacturas por problemas ocasionados en la cadena de suministros (chips y semiconductores), 4) menor inversión como efecto de la pérdida de confianza ocasionada por la nueva Ley de la Industria Eléctrica y de la reforma a la Ley de Hidrocarburos, que están en litigios judiciales.

En conclusión, se espera mayor crecimiento e inflación para este año. Tampoco sería extraño si consideramos que la base de comparación es favorable, ya que en 2020 el PIB de México cayó 8.2%, pero los sectores más vinculados al exterior tendrán un mejor dinamismo; sin embargo, la débil demanda interna frenará el crecimiento general. Por su parte, la inflación podría romper el techo de 5% a finales de año porque no es fácil frenar su inercia.

ADENDA

1) Janet Yellen, secretaria del Tesoro tuvo que aclarar que ella no está prediciendo ni recomendando que la Reserva Federal (Fed) suba las tasas de interés, al aludir sobre el riesgo futuro de sobrecalentamiento. Recalcó que las presiones inflacionarias son temporales; sin embargo, el crecimiento de la economía mundial y los cuellos de botella están ocasionado incrementos significativos en los costos. No olvidemos que no hace mucho era la presidenta de la Fed.

2) Kamala Harris se entrevista el 8 de junio con el presidente de México. ¿Sólo van a hablar de migración?

Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx

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