En 2019 se daba un debate entre especialistas sobre si México estaba o no en recesión. Las voces cercanas al gobierno insistían en que no era así, que se trataba de una ralentización común en los inicios de una nueva administración; las opuestas argumentaban que la desaceleración ya se había convertido en una contracción y, por ende, era incuestionable el hecho. Ambas posturas tenían elementos para fundamentar sus afirmaciones.
Si observamos la gráfica del Indicador Coincidente con enfoque del ciclo de negocios o clásico, podríamos respaldar que la economía mexicana ya había comenzado la recesión, puesto que este había alcanzado un punto máximo (pico) en agosto de 2018. En contrapartida, si bien se reconocía el descenso, la caída de la actividad económica hasta diciembre de 2019 no era lo suficientemente pronunciada ni generalizada en la mayoría de los sectores económicos, ni tampoco se reflejaba en su producción y en el empleo para considerarla así.
Incluso, algunos analistas para evitar la polémica prefirieron decir que México ya se encontraba en una “recesión técnica”, porque ya se habían registrado al menos dos trimestres consecutivos de caídas del PIB. Los economistas serios obviamente rechazamos este argumento mediático, porque en nuestro país desde hace años existía un índice coincidente.
Con la introducción de la metodología de la OCDE en 2010, basada en los ciclos de crecimiento, se había generado confusión con su lectura, porque los medios habían interpretado la “recesión de crecimiento” como una recesión económica. Por ello, economistas como Jonathan Heath insistieron en que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) siguiera publicando el indicador coincidente bajo el enfoque de negocios. Una explicación muy completa de ello se puede encontrar en su estupendo libro, ‘Lo que indican los indicadores’ (2012), publicado por Inegi.
Para finales de 2019, el asunto se había vuelto una auténtica “papa caliente” para el Inegi, que es quien elabora los indicadores adelantados y coincidentes, puesto que la definición de las fechas lo podría colocar en ruta de confrontación con el gobierno entrante o con los opositores. El referente más importante está en Estados Unidos (EU), donde se estableció un Comité de Fechas de Ciclo de Negocios (BCDC, por sus siglas en inglés) en 1978, conformado por ocho destacados economistas de las más prestigiadas universidades, miembros de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER). Es una organización gremial sin fines de lucro, con autonomía del gobierno, el sector privado y de los partidos políticos, con reconocimiento e imparcialidad ampliamente aceptada.
El BCDC aclara que no usa el PIB para definir los ciclos económicos puesto que es una variable trimestral. Por ende, propone hacerlo a través de dos variables: 1) el ingreso por persona disponible neto en términos reales, que es una variable mensual que incluye la mayor parte del ingreso bruto doméstico (la medición del PIB por el enfoque del ingreso), y 2) la nómina no agrícola. A su vez, se pueden incorporar otras variables como la producción industrial, las ventas al mayoreo y al menudeo ajustadas por precios.
Cabe comentar que The Conference Board (CB), organización privada, construye un índice coincidente, compuesto por estas cuatro variables a las que les asigna ponderadores. Se publica alrededor de 21 días después del cierre de mes, con la particularidad de que dos son datos observados, pero de carácter preliminar (nómina no agrícola y producción industrial) y las otras dos son estimaciones. Sin embargo, no fijan las fichas del inicio o fin de una recesión, sino que se basan en lo que establece el BCDC, cuando el índice alcanza un pico o un valle, respectivamente.
El BCDC aclara que la determinación de las fechas se hace retrospectivamente, una vez que se confirman claramente las tendencias. Por ejemplo, el fin de la anterior recesión se estableció en junio de 2009, pero se anunció hasta septiembre de 2010; en cambio, el último ciclo económico concluyó en febrero de 2020 y fue determinado sólo cuatro meses después, porque el desplome de la actividad económica fue abrupto y contundente; sin embargo, el fin de la recesión no lo definirán hasta que estén seguros de que no habrá una recaída.
Previniendo el conflicto que representaba para Inegi fijar las fechas, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) le propuso establecer el 30 de mayo de 2019 un convenio específico de colaboración, destinado a integrar un Grupo Técnico de Expertos para el diseño de un Comité para el Fechado de los Ciclos de la Economía de México.
En febrero de 2020, este grupo le entregó al Inegi un reporte, donde hacía recomendaciones para la conformación del comité de fechas. Estuvo integrado por el Dr. Arturo Antón Sarabia, el Dr. Luis Antonio Foncerrada Pascal, el Dr. Víctor Manuel Guerrero Guzmán, el Dr. Jonathan Ernest Heath Constable, el Dr. Gerardo Leyva Parra, el Dr. Pablo Mejía Reyes, el Dr. Juan Carlos Moreno-Brid y el Dr. Ernesto Sepúlveda Villarreal. La coordinación técnica estuvo a cargo de la Mtra. María Teresa Guijarro Arrillaga.
Posteriormente, el Inegi le pidió al Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) que instalará el Comité de fechado de los ciclos de la economía de México, lo que ocurrió el pasado día 3 de febrero. Del grupo original, quedaron Foncerrada (U. Anáhuac), Heath (Banco de México), Leyva (Inegi) y Mejía (UAEM). Se incorporaron Graciela González Farías (CIMAT), María de Lourdes Dieck Assad (ITESM) y Gabriel Casillas Olvera (Banorte).
El grupo de los siete está conformado por matemáticos y economistas de amplia experiencia en el sector privado, público y en la academia. Es un grupo plural con visiones complementarias e indudable prestigio profesional. Algunas son figuras públicas más conocidas; otras, personas con presencia más discreta, pero todas tienen un perfil técnico altamente reconocido. Considero un acierto la inclusión de quienes tienen trayectoria empresarial, porque entienden bien el pulso de los negocios; pero también, de quienes han estado más cerca de la elaboración de las estadísticas.
Esperaríamos que, una vez instalado, ya puedan responder la pregunta que todos nos hacemos: ¿cuándo comenzó la recesión en México?
Catedrático de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx