Este 2 de enero regresamos a la realidad y las perspectivas no son buenas. Eso ya lo sabíamos el año pasado y no quiere decir que, como la situación del país no será favorable, tenga que ser así para todos los sectores y hogares en particular. En 2000, cuando trabajaba en una consultoría, di un pronóstico negativo para el crecimiento del PIB de 2001 -como finalmente ocurrió- y un importante cliente se enojó por ello, ya que entraba en contradicción con su estrategia de negocios.
En aquel entonces, el estado de ánimo era muy bueno, el PRI había perdido las elecciones a la presidencia, estábamos entusiasmados con la llegada del siglo XXI y que no había pasado nada con el “error del dígito” de 99 al 00. Moody’s ya había otorgado el grado de inversión al soberano de México antes de las elecciones y se había firmado el tratado de libre comercio con Europa, además inmersos en el paradigma de la nueva economía y de la globalización.
El año pasado, las perspectivas eran tan inciertas que preferí dar dos escenarios. Esta vez no será el caso, son marcadamente negativas, y para que no se diga que apliqué el recurso del economista que presume que en promedio le atinó, sólo daré una estimación puntual. Corro el riesgo de que me quede corto ante los riesgos que se presentarán en este 2025.
PIB. Crecimiento de 0.4%, afectado por la consolidación fiscal, la falta de confianza de los inversionistas y la política proteccionista de Trump que dañará al sector exportador, así como el deterioro de la inseguridad pública. No extrañaría que las expectativas se revisen a la baja a lo largo del año como pasó en 2024.
Inflación. 3.42% a fin de año. Menores presiones de demanda, depreciación moderada del tipo de cambio, efecto rezagado de la política monetaria restrictiva y anclaje de las expectativas inflacionarias contribuyen a moderarla, no sin dejar de presentarse algunos altibajos, como los registrados en un pasado reciente.
Tipo de cambio. 22.75 al cierre, pero podríamos verlo en niveles de 24 como reacción a los anuncios de Trump, el deterioro del estado de derecho en México y la falta de certeza jurídica que generará la pérdida de autonomía e independencia del poder judicial. La depreciación del tipo de cambio atenuará un poco la reducción de las exportaciones ocasionada por las medidas proteccionistas que aplicará Estados Unidos (EU) contra México.
Cetes 28 días. 7% al fin de periodo, considerando la disminución de la inflación y la necesidad de que la política monetaria no afecte tanto el consumo y la inversión, así como aliviar el costo financiero interno de la deuda pública. La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México son bastante cercanos a la SHCP y ha habido señales de mayor relajación de la política monetaria. Sin embargo, el diferencial de tasas con EU atenuaría la baja considerando la prima de riesgo de depreciación que contemplan los inversionistas extranjeros en cartera.
Déficit público tradicional -4.1% del PIB, ampliado -5%. La consolidación fiscal del gobierno implementada con base en austeridad y mayor esfuerzo recaudatorio, quedan lejos de las metas respectivas oficiales (-3.2% y 3.9%) debido a la inercia que conllevan los programas sociales, el creciente cargo al erario de los programas prioritarios heredados (Tren Maya, AIFA, etc.) y del rescate financiero de Pemex, CFE, entre otras; así como a menores ingresos tributarios por la ralentización de la actividad económica y porque continúa la caída de los ingresos petroleros. Una reforma fiscal será inevitable para el 2026, a riesgo de que se reduzca la calificación o se coloque en perspectiva negativa según el caso, lo que empeoraría las cosas.
PIB de EU. Crecimiento de 2.6% alentado por la reducción de impuestos a las empresas, la caída de las importaciones por las políticas proteccionistas, la inversión en sectores innovadores y en inteligencia artificial.
Tasa de fondos federales. 3.75% promedio a pesar de que la inflación se resiste a disminuir con más intensidad, la presión que tendrá la Reserva Federal para bajar más rápido la tasa de referencia se intensificará a lo largo del año, no sólo por presión de los inversionistas, sino también por parte del presidente Trump.
Precio del petróleo. El promedio de dólares por barril será de 69.5, muy similar al observado de 2023 y al estimado en 2024 (71.4). La caída de los ingresos petroleros vendrá más por la reducción de la plataforma de exportación.
A pesar de que las perspectivas no son positivas, nunca hay que perder la esperanza pensando más allá del corto plazo (un año), considerando que estamos inmersos en ciclos económicos y políticos que a veces no son favorables, recordando que los tiempos de crisis también son de oportunidad para hacer cambios importantes. ¡Ojalá en este 2025 que recién comienza tengamos salud, lo demás ya se irá dando como quiera que sea!
Adenda
1. El tipo de cambio FIX cerró en 20.7862, y el interbancario en 20.8829, muy lejos del estimado en los CGPE 2025 (19.7). Falló el diagnóstico de que la volatilidad sólo era un tema electoral de EU.
2. La inflación se dará el próximo jueves y con ello la Unidad de Medida y Actualización para 2025. Los contadores estarán muy atentos al dato.
3. La elección de magistrados y jueces no demostrará que somos el país más democrático del mundo, sino que regresamos a una etapa autoritaria de democracia controlada y militarizada.
*Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad
Email: pabloail@yahoo.com.mx