Si bien la decisión de Moody's Investors Service (Moody's) de bajar la evaluación del riesgo crediticio base (BCA, por sus siglas en inglés) de Petróleos Mexicanos (Pemex) a Ca desde Caa3 siendo una doble rebaja el pasado 9 de febrero, no tuvo impacto en el tipo de cambio en los días posteriores, porque ya estaba descontada por los inversionistas, no deja de ser trascendente considerando que la calificadora toma la medida destacando los “mayores requerimientos de capital, un mayor costo de capital y a los elevados vencimientos de deuda que enfrentará en los siguientes dos a tres años.” Estos alcanzarán un máximo de 13 mil 700 millones de dólares en 2026.

También redujo a B3 desde B1 la calificación de familia corporativa (CFR, por sus siglas en inglés de Pemex, las calificaciones respaldadas senior quirografarias de las notas existentes de la compañía, así como las calificaciones respaldadas senior quirografarias de Pemex Project Funding Master Trust. En este caso fundamentó la disminución considerando que el apoyo que recibe la compañía del gobierno pasó de muy alto a alto, así como el deterioro de las finanzas públicas en 2024 por el mayor gasto social y costo de endeudamiento, lo que limitará los recursos que pueda obtener a futuro.

Anticipa que la carga financiera para el próximo gobierno será más pesada y que la baja de calificación ya contempla la posibilidad de que Pemex “podría realizar una transacción como un intercambio de deuda, una recompra o cualquier otra transacción que pudiera reducir la deuda a través de un importante descuento de par o cualquier otro cambio que Moody's pudiera considerar como canje de deuda forzoso,” y de facto considerado como incumplimiento de pago. Cabe hacer hincapié que sólo se hace alusión a los acreedores financieros cuyas pérdidas esperadas podrían ser superiores, pero que ello se evaluaría en un periodo de 12 a 18 meses.

El decreto que eliminó los llamados gravámenes de Derecho de Utilidad Compartida (DUC) y Derecho sobre Extracción de Hidrocarburos a Pemex correspondientes a los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023, así como enero de 2024 publicado el martes pasado, fue interpretado como una respuesta a Moody’s de que el respaldo sigue siendo muy alto, máxime según Reuters que dicho beneficio sería de entre los 70 mil millones y 110 mil millones de pesos (unos 6 mil 400 millones de dólares).

La calificadora advierte que la perspectiva negativa no cambiará a menos que Pemex realice una reforma estructural en su estrategia de negocios, que permita mejorar los indicadores crediticios y la generación de flujo de efectivo, lo que evidentemente sólo podrá llevarse a cabo en el siguiente gobierno, cuyos resultados tardarán en verse reflejados algunos años después, dado el grave deterioro en que se encuentra la empresa.

La fuerte baja de la calificación de Pemex generó algunas inquietudes sobre la carga a las finanzas públicas, ya que en caso de mantenerse los crecientes apoyos a la paraestatal, ello reduciría recursos para sufragar el creciente gasto social, los mayores pasivos contingentes, ya sea por las pensiones y otros conceptos, las erogaciones para financiar proyectos de inversión que no son autosuficientes o rentables (Tren Maya, diversos aeropuertos, etc.), el elevado costo de la deuda, que seguirá subiendo por el mayor déficit público.

El comunicado de Moody’s refiere información de las finanzas públicas del cuarto trimestre y a los resultados financieros de Pemex del tercero. Cabe señalar que la inversión física directa de Pemex disminuyó en 9.8% real anual en 2023, por lo que los datos duros no apoyan el discurso oficial de que se apoya a la paraestatal. Es decir, la calificadora ya no esperó el correspondiente al cuarto trimestre que se anunciará en algunos días, ni entró al detalle del creciente adeudo con los proveedores, que han sido obligados a aceptar descuento o diferimiento de pagos, ocasionándoles fuertes costos y pérdidas.

En este sentido, está latente la posibilidad de que, considerando el impacto de Pemex en las finanzas públicas, Moody’s pudiera rebajar la calificación soberana de México en semanas, o esperar a que en el proyecto de gobierno de la próxima administración que asumirá el cargo el 1 de octubre se contemple alguna reforma fiscal, que permita hacer frente a estos requerimientos.

Queda la sensación de que al tapar los hoyos que va dejando Pemex en su operación con crecientes apoyos de parte del Gobierno federal como los otorgados vía DUC, se van dejando mayores complicaciones para hacer frente a gastos de salud, educación, cultura, seguridad, entre otros, o que estos son solventados con un mayor déficit público que ocasionará más endeudamiento, por lo que la crisis que enfrenta la paraestatal se está convirtiendo en un factor de riesgo para las finanzas públicas del país.

Es cierto que la actual administración heredó una empresa en crisis, pero también lo es el fracaso de su plan de negocios apostando a la reconfiguración de refinerías obsoletas, y a una nueva que inicialmente iba a costar 8 mil millones de dólares y que ya supera los 18 mil millones a cargo de la Secretaría de Energía y que no ha entrado en funcionamiento, la ha dejado en una situación peor. En este sentido, considero que la acción de calificación de Moody’s estuvo bien fundamentada. El diagnóstico sobre el estado que guarda se verá más claramente cuando en unos meses Pemex entregue la Forma 20-F a la Comisión de Valores de los Estados Unidos de América, la Securities and Exchange Commission (SEC).

Adenda

1) Banco de México abrió la posibilidad de bajar la tasa de referencia en su próxima reunión de política monetaria basado en la tendencia a la baja de la inflación subyacente y en que la restricción monetaria comenzó antes que la Reserva Federal de Estados Unidos.

2) Las buenas: el ingreso por turismo alcanzó un récord de 30 mil 809.5 millones de dólares en 2023 creciendo 10% respecto al año pasado, y el gasto medio de turistas por vía aérea subió 1.8% a mil 125.95 dólares en 2023, 1.8% superior al de 2022. Las malas: el gasto total de turistas terrestres y fronterizos de diciembre de 2023 en variación anual fueron negativos en 18.3% y 0.4% respectivamente, dejando entrever que el tema de la inseguridad está afectando a estos segmentos.

3) El Indicador Oportuno de la Actividad Económica de enero a anunciarse el día 19 nos daría indicios sobre el repunte de la economía a principios de año.

Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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