Hace dos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer la Actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial. La mención directa a México es escasa y sólo se destaca que redujo la estimación de crecimiento del PIB de 2.4 a 2.2% en 2024 “debido a la moderación de la demanda”. En otros aspectos, se trata de referencias en lo general donde podrían interpretarse como alusiones a casos particulares como el de nuestro país.

El organismo advierte que el resultado de las elecciones ha aumentado la incertidumbre, aunque se refiere más al caso de Estados Unidos (EU) por sus efectos globales. “Estos posibles cambios implican riesgos de despilfarro fiscal que empeorarán la dinámica de la deuda, con consecuencias negativas para los rendimientos a largo plazo y una escalada del proteccionismo. Los aranceles comerciales, junto a la expansión de las políticas industriales en todo el mundo, pueden generar efectos de contagio transfronterizos dañinos, así como desatar represalias, que darían como resultado una costosa carrera mutuamente destructiva.”

En relación al tema que queremos desarrollar, el FMI advierte que: “El riesgo de inflación elevada ha aumentado las perspectivas de que las tasas de interés permanezcan altas durante aún más tiempo, lo que a su vez incrementa los riesgos externos, fiscales y financieros.” Esto en buena medida afectará también al consumo y a la inversión, por lo que extraña que los cambios de las proyecciones económicas hayan sido marginales, por más que diga que las revisiones al alza compensaron a las que van a la baja.

El organismo considera que el descenso de la inflación mundial será más paulatino, debido a que se prevé que la de precios de los servicios sea más persistente, a que la reanudación de las tensiones comerciales y geopolíticas, generan elevación de los aranceles que terminan aumentando los precios a los consumidores, así como por los de las materias primas más altos. En este último caso debido a un mayor dinamismo de la economía China y de la India, pero también a que los recortes de producción de países petroleros han sido más eficientes.

Por lo que respecta a la resistencia de la inflación en los servicios, aspecto en el que integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México también han llamado la atención, el FMI destaca:

“Los riesgos de una inflación persistente en el sector de servicios están ligados tanto a la fijación de salarios como de precios, dado que la mano de obra representa una alta proporción de los costos en ese sector. Si va acompañado de una escasa productividad, el mayor crecimiento de los salarios nominales, que en ciertos casos denota la remontada de los salarios reales, podría dificultar la moderación de las alzas de precios por parte de las empresas, en especial cuando los márgenes de beneficios ya están comprimidos.”

Es decir, se advierte que las empresas van a trasladar el incremento de los costos a los consumidores. En el caso de México ya hay evidencias al respecto, puesto que la variación del Índice Nacional de Precios Productor de mercancías y servicios intermedios, finales y producción total, incluido petróleo clasificación por origen de junio que respectivamente se ubican en 5.21%, 5.02% y 5.07%, así como la tendencia creciente que se ha acelerado desde hace cuatro meses.

Las señales de alerta también provienen de la inflación al consumidor. En junio, los servicios en general registraron una tasa anual de 5.15%, pero las colegiaturas y otros servicios, que incluyen loncherías, fondas y taquerías, restaurantes y similares, servicio de telefonía móvil, mantenimiento de automóvil, consulta médica, servicios turísticos en paquete, entre otros, los porcentajes fueron 6.35% y 5.96% respectivamente.

Sin embargo, los focos rojos están en la inflación no subyacente cuya variación en la segunda quincena de junio se disparó a 8.61% en tasa anual, impulsada por frutas y verduras (22.13%) y energéticos (7.12%). La sequía, el fracaso de los apoyos al campo, las extorsiones a los agricultores, se reflejan en el primer caso; en los energéticos, la depreciación del tipo de cambio le pega a la gasolina importada, y las dificultades en las finanzas públicas imposibilitan seguir otorgando subsidios para evitar alzas de precios.

Con este escenario, será muy difícil que el Banco de México reduzca la tasa de interés objetivo los próximos meses, e incluso ante alguna presión en el tipo de cambio se vea obligado a subirla de nueva cuenta.

Sin embargo, podemos acercarnos a una trampa fiscal. El FMI advierte: “La persistencia de elevadas tasas de interés podría incrementar aún más los costos de endeudamiento e incidir en la estabilidad financiera si las mejoras fiscales no compensan las tasas reales más altas en un contexto de menor crecimiento potencial”, que por cierto es el caso de México. Pero en contrapartida, una fuerte consolidación fiscal nos meterá en una recesión. ¿Cómo salir de este embrollo?

Adenda

1. El huracán “Donald” amenaza con afectar el clima mundial de 2024 a 2028.

2. Si no hay cambios, hoy los anuncios de titulares Turismo, Cultura y Trabajo.

* Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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