La información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022 refleja una mejoría importante respecto a los datos de 2020, como era de esperarse. Esto se debe en gran parte a que la base de comparación es favorable ante la crisis económica y sanitaria que padeció la sociedad en 2020, por lo que algunas comparaciones habría que hacerlas respecto a 2018 o 2016.
Cabe hacer hincapié que las cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se presentan a precios de 2022, por lo que los porcentajes no reflejan los efectos de la inflación, esto es, las comparaciones son a precios reales y mantuvieron la misma metodología desde 2016, por lo que solo son comparables desde entonces.
El Ingreso corriente subió 11% comparado con los de 2020. Por grandes rubros, los del trabajo 14.3% influido por el incremento de la masa salarial, esto es por los aumentos salariales y por la recuperación del empleo.
Las rentas en propiedad, aunque subieron 6.8% respecto a 2020, son 41.1% menores a los de 2016, derivado de que los ingresos provenientes de cooperativas, sociedades y empresas que funcionan como sociedades, se colapsaron entre 2016 y 2018, pero las políticas públicas para revertir esta situación, e incluso, estos ingresos son 7.5% menores a los de 2018.
Por lo que respecta a las transferencias crecieron 8.0% respecto a 2020, impulsadas por los fuertes incrementos de Ingresos provenientes de otros países, mejor conocidos como remesas (39.2%) y de beneficios provenientes de programas gubernamentales (33.6%), así como, el de Jubilaciones y pensiones (5.8%), que compensan las caídas registradas en otros rubros, destacando por su importancia relativa el de transferencias en especie de otros hogares (-4.2%) que ha venido cayendo desde 2016, por lo que es 15.7% menor al de ese año. Las jubilaciones y pensiones, así como el gasto en programas sociales juegan un papel más relevante en los ingresos de los hogares, pero se ha advertido que acelerarán las presiones a las finanzas públicas, por lo que una reforma fiscal será inevitable a futuro.
Las transferencias son tan importantes que el coeficiente de Gini, que es la medida convencional de la concentración del ingreso, es mucho menor (0.402) que cuando se calcula sin incluirlas (0.460). Los registros son mejores en ambos casos comparados con 2020, 0.415 y 0.468, pero el mayor avance se da con transferencias, esto es, de apoyos externos a los hogares, lo que puede influir en las preferencias electorales.
Al comparar los incrementos por deciles en relación a los de 2020, todos registraron incrementos, siendo el menor el X (7.8%). Sin embargo, si lo comparamos con los valores de 2016, el incremento más elevado fue el del I (20.4%) y van creciendo progresivamente menos hasta el IX (2.6%), para mostrar una caída en el X (-13.2%). Esto va de la mano con la mejora del Gini en el periodo. Sin embargo, cabe advertir como lo hace Inegi en una nota al pie de página: “El coeficiente de Gini generalmente está influido por la subdeclaración de los ingresos de las personas en los estratos más altos.”
Por lo que respecta a los gastos en los hogares, el total creció 11.5% y el corriente total, 13.2%. El gasto monetario creció 17.2% en 2020. Es interesante analizarlo porque se desglosa su composición. El 76.5% del gasto monetario se concentra en alimentos, bebidas y tabaco (37.7%); transporte y comunicaciones (19.3%); educación y esparcimiento (9.8%); y, vivienda y servicios (9.5%). Sin embargo, a pesar de una mejoría relativa educación y esparcimiento está mucho más abajo de la participación del 12.1% que tenía en 2018, porque algunos estudiantes ya no regresaron a escuelas privadas, el turismo doméstico y los gastos de diversión no han vuelto a los niveles que tenían antes, a pesar de los grandes crecimientos como veremos en seguida en estos dos últimos años.
Casi todos los rubros generales crecen en comparación con 2020, destacando educación y esparcimiento (49.7%) y vestido y calzado (49.6%) por efecto de la pandemia y la demanda reprimida, luego de varios meses de confinamiento. Le siguen en importancia transporte y comunicaciones (21.8%), alimentos, bebidas y tabaco (16%); cuidados personales (12.6%), transferencias de gasto, que son ayudas en dinero a parientes, a otras personas y pagos diversos de servicios públicos como licencias, pasaportes, etc. (9.8%), limpieza y cuidados de la casa (8.9%) y vivienda y servicios (1.2%): en contrapartida los de salud, al pasar la emergencia sanitaria cayeron 6.8%, pero siguen siendo mayores en 30.8% de 2018, cuando todavía existía el Seguro Popular. Es decir, el dato sigue reflejando que los hogares ahora tienen que sufragar más gastos por las deficiencias en los servicios públicos.
Cabe comentar que el gasto en alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar creció 70.6% en comparación con el de 2020, que es un reflejo de la normalización de un sector como el de restaurantes y bares que fue fuertemente golpeado por la pandemia.
Por otra parte, el desempeño del ingreso corriente promedio por entidad federativa en 2022 fue más elevado en Baja California Sur (turismo), Ciudad de México (negocios en general), Baja California (negocios), Nuevo León (actividad económica) y Chihuahua (manufactura exportadora). Las más bajas: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Tlaxcala, que son los estados más pobres del país.
Las cinco entidades que registraron el mayor gasto corriente monetario promedio fueron Ciudad de México, Baja California, Querétaro, Nuevo León y Baja California Sur; mientras que las de menor registro fueron las mismas que las de ingreso, siendo el gasto todavía más bajo en las áreas rurales.
Inegi está en proceso de estimar una ENIGH para los cuatro trimestres de 2022, que servirá para construir mejores ponderadores para medir la inflación, dada la fuerte estacionalidad del gasto, que, para hacer mejores estimaciones de los diferentes rubros como el turismo. Pero sigue quedando en duda si el periodo del registro del gasto turístico deja fuera las temporadas altas.
En conclusión, aunque hay una mejoría importante respecto a 2020 en ingresos y gastos; pero quedaron algunos daños permanentes de personas que perdieron sus empleos y negocios con la crisis de ese año. Algunas decisiones gubernamentales han elevado las erogaciones de las familias, porque el sistema de salud presenta serias carencias, que no han sido solventadas.
ADENDA
1) La Reserva Federal (Fed) subió la tasa de fondos federales 0.25% o 25 puntos base como se esperaba a 5.50%. Los analistas piensan que será la última, pero la Fed al menos realizará otro incremento porque el mercado laboral sigue estando muy fuerte y la inflación subyacente sigue siendo elevada. En México, pasa algo similar, pero difícilmente el banco central replicará el movimiento de las tasas de interés de referencia.
2) El Fondo Monetario Internacional (FMI) al actualizar sus perspectivas para 2023 y 2024 del producto interno bruto (PIB), revisa al alza las de este año y las mantiene para el próximo. Aunque algunos de los riesgos que planteó se resolvieron favorablemente como el acuerdo con el techo de endeudamiento de Estados Unidos (EU) y problemas en el sistema bancario que fueron atajados por las autoridades; sin embargo, considera que persisten los riesgos como el resurgimiento de los precios de los alimentos por el fin de la tregua rusa a su libre traslado en el Mar Negro y los daños que se han provocado en las cosechas por el fenómeno del Niño a nivel mundial, así como, los costos del endeudamiento de algunos países por las elevadas tasas de interés.
3) El FMI considera que el turismo se desacelerará en 2024. Coincido y en el caso de México ya hay señales de menor dinamismo.
4) Las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) en 2022 muestran una mejoría respecto a 2021. Sin embargo, la duda que queda es si ello se debe a un subregistro al dispararse los casos de personas desaparecidas. Sigo pensando que la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) refleja mejor la problemática.
5) Hoy sale la primera estimación del PIB de EU del segundo trimestre, en México el lunes. En ambos casos la fortaleza del consumo privado y del sector terciario están impulsando el crecimiento; en México también la inversión, alentada por el gasto público. El Informe de las finanzas públicas confirmará esta hipótesis.
Profesor de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx