El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció 2.8% en tasa anualizada del tercer trimestre respecto al segundo, ligeramente menor al 3.0% del trimestre previo. La Oficina de Análisis Económico señaló que el favorable desempeño del gasto de consumo privado en bienes y servicios, de manera especial por los vehículos y autopartes, medicamentos, hospedaje, servicios de alimentos y cuidados de salud. La desaceleración estuvo explicada por una reducción de la inversión en inventarios y una fuerte caída de la inversión no residencial.
Diversos medios especializados han reconocido que durante la administración Biden la economía ha sobrepasado las expectativas de los economistas. En 2021, el PIB creció 6.1% en 2022, 2.5% en 2022, 2.9% en 2023 y se espera que aumente 2.8% en 2024. La inflación luego, de que llegó a 9.1% en julio de 2022, en septiembre ya se ubicaba en 2.4% en variación anual.
Por su parte, el salario real ha crecido, la tasa de desempleo, aunque subido un poco en los últimos meses está en niveles bastante moderados, debido a que un mercado laboral bastante sólido y los ahorros generados en la pandemia han permitido compensar los mayores costos de los préstamos, que han afectado al mercado inmobiliario y encarecido de la renta de las viviendas.
A pesar de un favorable balance, muchas personas siguen pensando que la economía funcionó mejor con Donald Trump, cuando los datos duros no apoyan esa afirmación. Varios analistas han destacado esto, por lo que podemos pensar que la propaganda republicana ha sido muy efectiva, y que ha explotado exitosamente el prejuicio y creencia de que el libre comercio ha recortado los empleos porque las empresas se han trasladado a México, que la inmigración ha generado reducción de salarios y provocado incremento de la inseguridad.
Trump se ha presentado como el defensor de los trabajadores blancos no calificados, y le ha funcionado esa estrategia con este grupo que cree que los culpables de los problemas económicos y sociales son los inmigrantes. Fenómeno que se ha presentado ampliamente en Europa, donde los partidos de derecha han ganado las elecciones prometiendo políticas migratorias más estrictas. Incluso, gobiernos liberales como el canadiense han orientado los cambios en esa dirección. Por ello que los partidarios del mandatario se sienten en libertad de mandar mensajes racistas y discriminatorios en la plaza Times Square.
Medios especializados y expertos han mostrado que la propuesta de Kamala Harris es más adecuada en términos de generar menos déficit fiscal e inflación que la de Trump, por el impacto del alza de los aranceles en los precios de los consumidores. Las propuestas fiscales de Trump favorecen más a los sectores de altos ingresos, los programas sociales son inexistentes y en contrapartida, afectará severamente el Medicare. Sin embargo, mucha gente no se ha percatado de ello, en ese sentido la campaña de Harris ha fallado en no hacerles ver esta situación a los votantes.
Si bien es cierto que el tipo de cambio, se mueve por factores internos y externos, en esta ocasión el temor de que Trump puede ganar las elecciones el próximo 5 de noviembre, ha causado bastante nerviosismo entre los inversionistas, que sí creen que pueda implementar una política proteccionista agresiva contra México y que no son nada más bravuconadas electorales.
En conclusión, aunque los datos duros muestran a una economía estadounidense en buen estado, la mala percepción de algunos votantes pudiera beneficiar electoralmente a Trump. También se considera que temas extraeconómicos pudieron tener más peso en los electorales como es la agenda antiinmigrante del republicano.
Adenda
1. El PIB de México creció 1% en el tercer trimestre en comparación con el segundo, más que en EU (0.7%). Anualizada las tasas en 4.1% vs. 2.8% comentado antes. Sin embargo, mientras que en EU la desaceleración fue ligera, en nuestro país fue más marcada, por lo que el crecimiento esperado en 2024 es de 1.5% vs. 2.8% en EU.
2. Habrá que estar atentos a las cifras de nómina no agrícola de EU que se divulgarán el viernes.
3. La Supremacía Constitucional, así fue definida por los promotores de la reforma ya aprobada por el Senado para cancelar la posibilidad de que, mediante amparos, acciones de inconstitucionalidad o controversias puedan ser impugnadas las reformas constitucionales y con carácter retroactivo exhibe al oficialismo, que desconoce al Poder Judicial vigente y que la crisis constitucional lo tiene sin cuidado. El nombre es más que revelador, ya que impedirá al Poder Judicial modificar cualquier reforma constitucional aprobada por el Congreso, incluso si fuese en contra de Acuerdos y Tratados Internacionales o violase derechos humanos.
4. El proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara para invalidar parcialmente la reforma judicial fue descalificado por la presidenta Claudia Sheinbaum con el argumento de que no pueden legislar, cuando en realidad el tema de fondo es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación sí tiene facultades para determinar si una reforma es constitucional, y ello no es atribución ni del Ejecutivo ni del Legislativo.
5. La mandataria indicó que continuará el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros. Mientras que el Congreso avaló a las personas integrantes del Comité de Evaluación de dichas candidaturas, con un perfil claramente morenista.
* Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN