Pablo Álvarez Icaza Longoria

Incierta tendencia de la inflación

Pablo Álvarez Icaza Longoria
26/10/2023 |00:00
Pablo Álvarez Icaza Longoria
autor de OpiniónVer perfil

La inflación al consumidor en México de la primera quincena de octubre fue de 4.27% en variación anual, más baja de lo que se esperaba y contradice las proyecciones de los especialistas que a fin de año la ubican en 4.5%, así como la proyección de 4.7% promedio para el cuarto trimestre del Banco de México (Banxico). En estas páginas, a contracorriente, estimaba el 24 de agosto una inflación alrededor del 4% y sigo pensando en ese pronóstico, máxime si el dato reciente lo apoya.

Está claro que la inflación se resiste a bajar, especialmente porque la subyacente, que se mueve más por comportamiento de mercado sigue siendo elevada (5.54% vs. 5.74% de la segunda quincena de septiembre) impulsada por presiones de demanda de los servicios que en la primera quincena de octubre registraron una variación más elevada que la de hace un año (5.33% vs 5.29%). En todos los demás componentes generales, las cifras son menores, y en algunos casos ampliamente.

Sin embargo, el riesgo del repunte es elevado, pero más bien lo veo en 2024, considerando que el proceso electoral pudiese alentar un fuerte crecimiento del gasto corriente, puesto que el gasto de inversión y la inversión física caerán -11.1% y -23%, respectivamente, de acuerdo a lo propuesto en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2024, porque las erogaciones se concentrarán en concluir los proyectos iniciados en el sexenio.

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Los conflictos geopolíticos han propiciado una economía mundial más fragmentada y ello podría ocasionar el alza del precio de los alimentos, del petróleo y por ende de la gasolina ocasionando más inflación en el mundo y en México, si a lo le sumamos los efectos en las cosechas de los desastres naturales. Por ende, el trabajo de los bancos centrales se vuelve más complicado.

Aunque los especialistas en economía nos han vendido el escenario de “aterrizaje suave” en 2024, esto es, menor crecimiento que podría ayudar a frenar la inflación y generar un descenso paulatino y ordenado de las tasas de interés, descartando por completo la posibilidad de recesión que tanta angustia causó hace un año, ésta sigue latente.

Por otra parte, en México tendremos elecciones el 2 de junio de 2024 y en Estados Unidos (EU) en noviembre. En ambos casos, la política fiscal es ampliamente expansiva y está generando fuerte presión a las finanzas públicas. Se está generando un factor de riesgo que en un pasado había estado bajo control.

También el riesgo político de que regrese Trump o se le elija a un candidato peor, con el permanente golpeteo electoral contra México durante la campaña, es de preocupar. En el lado, mexicano, la regresión autoritaria intentando controlar al poder judicial y a los tribunales electorales, también abre un factor de riesgo que no estaba antes y del que ya se habla en los Consejos de Administración de las empresas, aunque poco en público.

Todos estos riesgos que, por supuesto no se mencionan en los CGPE, pero allí están, ello sin considerar las controversias comerciales pendientes, el desgaste de la relación con EU por la negación de que en México se produce fentanilo, así como del asunto migratorio, en la que la Cumbre de Palenque, lejos de ayudar complica más las cosas, y obliga al presidente Biden a endurecerse por la presión republicana.

Banxico entre los factores de riesgo ubicaba una fuerte volatilidad de los mercados financieros que pudiesen ocasionar una depreciación del tipo de cambio. Si bien es cierto que el efecto traspaso no es tan fuerte ni tan inmediato como en un pasado, no deja de ser irrelevante por el incremento de los costos y de la inflación importada y por eso sigue estando presente. Tanto es así, que una vez que pasa el “susto” el tipo de cambio se vuelve a apreciar. ¿En dónde están quienes decían que el tipo de cambio iba a llegar a 16?

En contrapartida, hay que reconocer que los analistas financieros les ganaron la partida a los economistas hace un año cuando rechazaron el escenario de recesión por lo que el mercado alcista comenzó en octubre de 2022; sin embargo, es muy atípico porque está concentrado en pocas acciones, especialmente en las empresas vinculadas a la alta tecnología, que nos recuerda mucho a la burbuja de finales del siglo XX. Tesla dixit.

En conclusión, tenemos que entender cómo funciona la economía ahora, pero sin renunciar a sus fundamentos. Hace 22 años la mayoría de los economistas rechazaban el impacto que la Nueva Economía en el incremento de la productividad; ahora no sé si con la Inteligencia Artificial se está repitiendo el mismo error. Por otra parte, estábamos en el paradigma de la globalización y ahora el mundo está fragmentado y en conflicto abierto, por lo que las condiciones son completamente diferentes y no sirven las mismas recetas.

ADENDA

1) Contra lo que anticipaban las encuestas, Javier Milei quedó en segundo lugar con 30% de la votación, por lo que irá a la segunda vuelta el 19 de noviembre vs. Sergio Massa, quien alcanzó 36.6% en el llamado boletaje. La clave ahora estará en cómo se comportan los partidarios de Patricia Bulrich que se fue al tercero con 23.8%. Los desplantes fascistas de Milei fueron determinantes en asustar al electorado; lo preocupante es que cosechó el mismo número de votos que en las primarias en agosto, por lo que tiene una base dura de seguidores.

2) Los recursos disponibles para atender desastres naturales, ahora resultan indispensables luego de los fuertes daños a la infraestructura que han dejado los huracanes. Para eso era el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), pero con la supresión de los fideicomisos en 2020, la agilidad para atender emergencias se retrasa. En realidad, se trata de sacar recursos de donde sea para financiar los proyectos prioritarios de la 4T. Los nuevos aprobados para las fuerzas armadas, tienen ese sentido. No sabemos qué pasó con la propuesta de la Ley General Integral del Riesgo de Desastres y Protección.

3) El PIB de Estados Unidos del tercer trimestre será de 4% en tasa anualizada vs. 2.1% del segundo, lo que podría alentar la expectativa de alza de tasas de interés y ocasionar volatilidad en las próximas semanas.

Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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