El tipo de cambio al mayoreo cerró en 16.5517 el 20 de mayo, según lo reportó Banco de México; se comenzó a presionar ligeramente por factores externos, principalmente al finalizar la jornada en 17.0012 el 30 de mayo y regresar a 16.962 al día siguiente. Sin embargo, con el anuncio de que la virtual presidenta Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) ganó con 59% y con más de 35 de millones de votos, pero que a su vez la coalición Sigamos Haciendo Historia había logrado mayoría calificada en la Cámara de Diputados y de Senadores, los inversionistas se pusieron sumamente nerviosos, por lo que la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cayó 6.11% el lunes 3 de junio y la paridad se depreció 4.4% a 17.7141.

Al día siguiente, el secretario de Hacienda hizo un breve anuncio de cinco puntos, destacando aspectos relevantes para tranquilizar a los mercados; la bolsa recuperó algo de terreno, subiendo 3.24%, pero el tipo de cambio cerró en 17.8828. La calma sólo regresó hasta el miércoles, cuando el FIX ya se ubicó en 17.5592.

La mayoría calificada en ambas cámaras permite que cualquier ley que se apruebe no pueda ser impugnada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); para ello se requiere que una coalición tenga 334 y 86 legisladores en la de diputados y en la de senadores, respectivamente. Como la Constitución en su artículo 54, Frac. IV establece que “Ningún partido político podrá contar con más de 300 diputados por ambos principios” (mayoría relativa y representación proporcional), Morena, como partido hegemónico, requiere de la alianza del Partido Verde y del Trabajo.

En este sentido, quedó la vía libre para que, en septiembre, cuando se instale el nuevo Congreso, las 20 reformas propuestas por el presidente el pasado 5 de febrero pasen sin problema alguno. Como lo han destacado analistas políticos, esto implica que cambie el régimen político vigente desde la reforma electoral de 1996, con lo que un partido político con mayoría relativa en los 300 distritos, al desaparecer los plurinominales, pueda tener la mayoría calificada; lo mismo con solo 64 senadores, al desaparecer los de primera minoría y plurinominales.

A su vez, al ser electos los consejeros electorales, se vuelven representantes del partido hegemónico, independientemente de si están capacitados para el cargo. Análogamente, al ser votados los ministros de la SCJN, podríamos tener personajes que defiendan solo los intereses del partido mayoritario, sin la penosa necesidad de que sean nombrados por el Presidente, en caso de falta de acuerdo en el Senado, como ocurrió recientemente.

Ante la falta de certeza jurídica que esto implica, se hizo énfasis en que se respetará la autonomía del Banco de México y que se garantizará el adecuado funcionamiento de la inversión privada y extranjera. Sin embargo, lo que tranquilizó a los mercados fueron tres aspectos: 1) la esperanza de que algunas reformas propuestas por el actual Presidente sean matizadas por la próxima mandataria, en un ejercicio de autocontención del nuevo gobierno, 2) la posibilidad de que el oficialismo no alcance la mayoría absoluta en el Senado, y 3) que la sociedad estratégica con Estados Unidos permita llegar a acuerdos básicos que no conflictúen la relación, como era en la época del desarrollo estabilizador, donde la potencia mundial no se metía en temas internos de México, siempre y cuando se garantizaran condiciones de negocios adecuadas y favorables a las inversiones estadounidenses.

La conformación del gabinete será otro tema pendiente para dar confianza. Rogelio Ramírez de la O está confirmado, otros vendrán de cercanía y acuerdos; por ejemplo, Juan Ramón de la Fuente a Relaciones Exteriores para tratar la complicada relación con Estados Unidos; Martí Batres en Gobernación; Omar García Harfuch en Seguridad Pública, en el entendido de que será una negociación complicada con los diversos grupos y con el Presidente saliente.

El empresariado es un grupo muy simulador. CSP lo sabe, pero también hizo un esfuerzo de acercamiento con ellos. La no asistencia a la reunión de consejeros de CitiBanamex fue resuelta con la de BBVA, donde se le chispoteó lo de que era un trámite. Después de la paliza del 2 de junio, no estaba tan lejos de la realidad. Pero lo que más preocupa es que las elecciones vuelvan a ser como en el siglo pasado, donde la gente sólo se entretenga especulando quien pudiera ser la/el bueno.

No será completamente igual, porque ahora votaremos por consejeros electorales y magistrados, aunque los elegidos lo serán de antemano por el partido dominante. Paradojas de la vida, vamos camino al autoritarismo por una vía democrática. Tenía razón Mario Vargas Llosa: somos la dictadura perfecta y en un proceso de militarización que dejó como herencia el actual gobierno.

ADENDA

1. Las encuestas no fallaron. El voto oculto incluso le dio más ventaja al oficialismo.

2. Mi padre tenía una frase que aplica en el dominó y con los políticos: Dios apendeja a quienes quieren perder. La propuesta de cobrar el Metro por distancia hundió a Taboada en la Ciudad de México.

3. PRI, PAN y PRD se repartieron las candidaturas y excluyeron a la ciudadanía. No se extrañen del resultado.

4. No hubo voto de castigo a Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco, etc., ni a las candidaturas, o hubo otros factores que compensaron el rechazo. Es muy temprano para sacar una conclusión. Aunque no hubo fraude, sí fue elección de Estado.

5. México es un régimen híbrido que combina elementos de democracia formal y autoritarismo. Si pasa el Plan C, será una democracia defectuosa.

En memoria de Finley Bryan

Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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