A Emilio Álvarez Icaza Longoria, defensor de los derechos humanos.

Los signos de los tiempos, esta es una frase que utilizaba mi padre para entender lo que estaba pasando en la coyuntura. En este momento son de retroceso en el mundo. En Europa, la derecha pide con urgencia cerrar las fronteras a los extranjeros, especialmente a los árabes y africanos. Los culpan de la delincuencia, de la falta de empleo o de su precarización, de las deficiencias del sistema de salud, del incremento del déficit público, y un largo etcétera. Pero lo mismo sucede en Colombia que ha recibido una avalancha de personas venezolanas que huyen del caos económico y social que ha dejado como herencia el chavismo y que el régimen de Maduro se ha encargado de empeorar.

La llegada al poder de los sectores más xenófobos y racistas en ambas partes del océano Atlántico, donde los políticos sin ningún rubor repiten que hay que evitar “la mezcla de sangres”, para no perder la identidad nacional, nos remonta a los tiempos del nazismo. El racismo sin descaro ni disimulo echa para atrás todas las campañas de la FIFA.  En las redes sociales, se ridiculiza como eran los equipos europeos de futbol hace 50 años y como ahora se “cuelan” los afrodescendientes. Los memes cumplen muy bien ese dicho de que “entre broma y broma, la verdad se asoma”.

“Fuera máscaras, dejemos de ser políticamente correctos” dicen los sectores nacionalistas populistas de derecha e izquierda. Vemos a Donald Trump envalentonado luego de la patética actuación del presidente Joe Biden que no se atrevió a desmentir al candidato republicano en el debate del último jueves de junio. Pareciera que Macron y Biden ya entregaron la plaza o un cogobierno donde únicamente les queda endurecer sus posturas frente a la migración para recuperar la popularidad.

En México, tenemos un populismo de izquierda que ha aceptado las condiciones que les han impuesto los gobiernos de Trump y de Biden. El tercer país seguro de facto y aceptando las condiciones de deportación. México impone la visa a ciudadanos venezolanos, brasileños y peruanos a petición de Estados Unidos. El gobierno mexicano declara que fue una decisión soberana. México deporta a los venezolanos en lugar de que lo haga el gobierno estadounidense. El asunto es tan burdo, que la propaganda los muestra felices porque recibieron dinero del gobierno mexicano para aceptar el regreso de donde huyeron.

Y los mexicanos no escapamos de este rechazo. Cuántos turistas han sido detenidos en Madrid, París, Londres, etc. y regresados de nuevo a México al no poder comprobar que sólo van a pasear. Sucede, incluso con visa aprobada por las embajadas. Pero eso no pasa, hasta que aparecen en los medios y las redes sociales los casos.

La llegada de la derecha a los gobiernos además del incremento de las tendencias proteccionistas, también refuerza el cierre de fronteras. Salvo que usted demuestre que tiene la solvencia económica suficiente para convencer al cónsul que va a regresar a su país al concluir el viaje no recibirá la visa. No es broma, el otorgamiento depende cada vez más de este factor.

No soy un experto en temas de migración, pero se vuelve más urgente ante la grave situación que se presenta en el mundo y en México porque estamos padeciendo una crisis de derechos humanos en toda la urbe. En este sentido me congratulo por la realización de la 12ª edición de la Conferencia de Migración. “Este evento sirve como un foro global para académicos, formuladores de políticas, profesionales, estudiantes y otras personas interesadas en participar en debates significativos y discusiones basadas en investigaciones sobre los impactos de la movilidad humana en todo el mundo.”

Se inauguró el pasado 3 de julio, siendo el organismo huésped la Universidad Iberoamericana. Lo mismo usted podrá encontrar deliberaciones entre economistas sobre cómo entender el flujo de remesas por la importancia de los padres y de quienes regresan a México como los receptores de esos recursos, que sobre la ventaja que tienen los migrantes mexicanos calificados para reinsertarse en el mercado laboral de Estados Unidos, donde los asiáticos están mejor posicionados.

Son tiempos de turbulencia en lo ambiental y en lo social, pero también de los justos, de quienes deben proteger a las personas perseguidas por los gobiernos que los quieren expulsar o desaparecer, porque los derechos humanos son un estorbo.

Adenda

1.- Suena el rumor de que, por políticas de austeridad, se pretende desaparecer a la Secretaría de Turismo y hacerla subsecretaría de Economía. Cruel paradoja, el único presidente que propuso su desaparición, fue Felipe Calderón. No cabe duda que los extremos se juntan. Pero también es un reflejo de la poca importancia que tuvo el tema en la plataforma de la coalición de “Sigamos Haciendo Historia”.

2.- En qué se parecen Trump y AMLO: detestan al NYT y al WSJ.

3.- La incertidumbre es un factor de desaceleración económica porque inversionistas y consumidores se vuelven más cautelosos.

4.- ¿Dónde quedó el Fonden? En un programa presupuestario sin recursos para atender las emergencias.

* Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN

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