Los consumidores y los empresarios muestran optimismo sobre el desempeño de la economía. Así lo señalan el indicador de confianza del consumidor y los sondeos al sector productivo de febrero divulgados a principios de mes. En ese mismo sentido, la venta y producción de vehículos ligeros reportados ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ayer.
Sin embargo, las cifras preliminares del PIB del cuarto trimestre de 2023 y de agregados macroeconómicos mostraron una desaceleración de la economía de México. En ese mismo sentido el indicador coincidente de diciembre parecía respaldar esta tendencia registrando cinco meses consecutivos de baja.
En contrapartida, el indicador adelantado ha presentado tres alzas seguidas hasta enero, revirtiendo dos ligeras disminuciones presentadas en septiembre y octubre, con lo que anticipa un repunte de la actividad económica al menos para el primer semestre del año. En ese mismo sentido, las expectativas de los consumidores sobre cómo estará la situación de sus hogares y del país dentro de 12 meses, si bien, sigue siendo optimista, ya muestran más cautela, especialmente en lo que respecta a la economía en su conjunto.
Los factores de riesgo están asociados a la incertidumbre que ocasiona el tema electoral, especialmente, en Estados Unidos (EU) donde la amenaza del regreso de Donald Trump comienza a ser un factor inquietante. Pero también lo es la percepción de inseguridad pública que el oficialismo insiste en que es alimentada por los medios, negando que en muchas regiones del país el derecho de piso ya se ha normalizado, lo mismo que la violencia.
Las encuestas de opinión pública como la de Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado elaborada por Banco de México presentan desde hace meses al problema de la inseguridad pública como el más preocupante. Incluso, en este último caso, los analistas lo consideran como el principal factor que podría obstaculizar el crecimiento de la actividad económica, seguido por la falta de Estado de derecho y la corrupción. En general, son los temas de gobernanza los que más preocupan a los especialistas y no resulta casual que las candidatas a la presidencia buscan reunirse con el sector privado para tranquilizarlos al respecto.
Respecto a las expectativas de crecimiento, los especialistas esperan un alza del PIB de 2.4% en 2024 y de 1.8% para el próximo año, de acuerdo con la última encuesta. A finales de mes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCP) difundirá los Pre-Criterios de Política Económica para 2025 y el Fondo Monetario Internacional anunciará las Perspectivas de la Economía Mundial (FMI). No se espera que sean diferentes a las anunciadas la semana pasada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a saber 2.5% en 2024 y 2% en 2025.
Por mi parte, estoy más cauteloso: pronosticó un crecimiento de 2% en 2024 y 1.1% en 2025, considerando que la próxima administración comienza en octubre de este año y los principios de gobierno resultan complicados. Es cosa de revisar lo que ha pasado en 2007, 2013 y 2019, para no ir más lejos.
Entre el anuncio de una inversión y que ésta se lleve a cabo hay un trecho. Recordemos lo que pasó con Tesla, que apenas se puso la primera piedra hace unos días. La enorme expectativa sobre el crecimiento de las ventas de los vehículos eléctricos (VE) se ha desinflado, y máxime con el surgimiento de la competencia de las armadoras chinas que los producen más rápido y a menor costo, según nos reporta The Wall Street Journal. La agresiva postura de Trump contra China, puede afectar las cadenas de suministro con las que contaba Tesla. Paradojas de la vida, ¿no? Como tener las ventajas de la globalización anteponiendo posturas proteccionistas. Ese es el dilema que también se tiene en México.
Si bien los indicadores de riesgo de las finanzas públicas no marcan que estén en crisis; sí presentan gran vulnerabilidad en el mediano plazo que obligarían a buscar una reforma fiscal en 2025. Difícilmente se logrará sin consensos políticos y suficiente cohesión social. Esta fue una de las promesas no cumplidas por el actual gobierno, que prometió hacerla después de tres años. Le pasa la factura al siguiente.
La economía mexicana experimentará una desaceleración en 2024, pero menos pronunciada de lo que se pensaba antes. El menor crecimiento ayudará a aligerar las presiones inflacionarias de demanda y será propiciado en parte por un sesgo muy restrictivo de la política monetaria. El corto plazo se ve bastante bien, el mediano no tanto, lamento decirlo.
Adenda
1) La Reserva Federal (Fed) enfrenta el dilema respecto al movimiento de las tasas de interés de referencia: no actuar demasiado tarde y que ello provoque una fuerte caída de la economía; ó hacerlo demasiado pronto y generar un repunte de la inflación considerando que el mercado laboral se encuentra muy robusto. Se descuenta que no habrá baja en la reunión del 21 de marzo.
2) Luego de que por votación unánime la Suprema Corte de Estados Unidos validó que pudiera estar en las boletas, Donald Trump arrasó en las primarias del supermartes obligando a Nikki Haley a bajarse de la contienda por la candidatura republicana. Trump viene con una agenda proteccionista y antiinmigrante que dañará significativamente a México.
3) La inflación de febrero a anunciarse hoy temprano, justificará la postura de reducir la tasa objetivo a un día 25 puntos base. La postura sigue siendo muy restrictiva y por ende no se va a reflejar en el tipo de cambio.
4) La inseguridad pública ha sido el tema dominante de las campañas presidenciales, así como cuáles deben ser las funciones del ejército.
5) Los vehículos eléctricos chinos le están quitando mercado a Tesla en México. Las presiones proteccionistas comienzan a sentirse también en nuestro país.
Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx