De acuerdo a la información que están presentando las autoridades competentes y los expertos, el regreso a la normalidad tendrá que irse dando de manera paulatina en los próximos meses, pero ni duda cabe que las cosas no serán como antes de la pandemia. Todo parece indicar que a la vuelta habrán nuevas obligaciones en nuestras vidas en el corto y mediano plazo que habremos de respetar para hacer posible la convivencia social, de ahí que se hable de una “nueva normalidad”. La vida institucional tambien tendrá que adoptar diversas medidas para hacer posible su desarrollo. De entrada se advierte que el regreso será escalonado, no todas las instituciones retomarán su actividad presencial al mismo tiempo, se dará prioridad a las llamadas actividades escenciales, por lo que más temprano que tarde deberá definirse lo relacionado a las elecciones. Hasta ahora, las actividades electorales no se han considerado escenciales en un contexto donde la prioridad ha sido salvar vidas. Casi 60 países y territorios han anunciado aplazamientos de elecciones nacionales y subnacionales en medio de temores de que las actividades de los procesos electivos pudieran acelerar las tasas de transmisión. Pero si bien estas decisiones estuvieron debidamente justificadas, en la medida en que se empiezan a anunciar estrategias y planes para el retorno a la “normalidad”, tambien se hace necesario analizar bajo que condiciones deberían hacerlo las actividades de la democracia electoral, pues resultan fundamentales para el desarrollo de la vida de las personas, según se encuentra reconocido en las Constituciones y en Tratados internacionales.

En México se mantienen suspendidos los procesos electorales locales en Coahuila e Hidalgo de este año, y en septiembre inicia formalmente el proceso electoral federal para renovar la Cámara de Diputados y en meses subsecuentes los procesos electorales locales para renovar congresos locales y ayuntamientos en casi todas las entidades federativas, por lo que deben tomarse decisiones fundamentales en las próximas semanas, con la mira puesta en garantizar la jornada electoral del próximo 6 de junio de 2021. Para ello habrá de considerarse que la principal forma de transmisión del virus COVID-19 es de persona a persona a través de gotitas de saliva, pero el virus también puede transmitirse a través del contacto con objetos o superficies contaminadas, y la mayoría de las actividades que se realizan en un proceso electoral implican contacto con personas y objetos, por lo que representan riesgos de transmisión de virus si no se toman medidas preventivas. Estas interacciones comunes ocurren durante todas las etapas del proceso electoral y no se limitan al día de las elecciones, y todas ellas tendrían que acompañarse las medidas de salubridad pertinentes.

Lo anterior implica necesariamente la integración de un plan de mitigación de riesgos, sin el cual será imposible organizar las próximas elecciones. Ello requiere haya la necesaria comunicación y coordinación entre las autoridades electorales y las que son competentes en materia de salud pública para analizar e identificar riesgos en cada una de las actividades del proceso y la implementación de estrategias para mitigarlos. En dicho diagnóstico deberá escucharse a los partidos políticos y grupos representativos de la sociedad civil, y considerar las particularidades de cada región y el federalismo electoral. A partir de este ejercicio habrán mayores elementos para saber si se requieren ajustes o modificaciones en los procedimientos y plazos, posibles reformas legales, y la magnitud de materiales de protección y seguridad que deberán adquirirse para que las actividades puean realizarse sin riesgos.

Las instituciones electorales no partirán de cero en su proceso de planeación del próximo proceso, pues a pesar de que se enfrentan circunstancias inéditas, diversas agencias especializadas como IFES (International Foundation for Electoral Systems) O IDEA Internacional (Instuto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral) han realizado estudios y analizado casos a partir de los cuales han emitido previsiones que deberán considerarse para poder organizar las próximas elecciones en el contexto de la pandemia del coronavirus. Será importante tomar en cuenta estas recomendaciones para garantizar elecciones minimizando riesgos de contagio, aunque por supuesto deberán analizarse las particularidades del caso mexicano y las condiciones sociales, culturales, económicas y ahora tambien los niveles de peligro de la enfermedad y la capacidad de respuesta de las instituciones de salud en las distintas regiones, pues en materia electoral el contexto hace la diferencia, como diría el maestro Dieter Nohlen. De tal suerte que organizar elecciones bajo las nuevas circunstancias implica necesariamente sujetarse a las determinaciones y proyecciones sobre los niveles de contagio en las regiones que generen las autoridades competentes en materia de salud, así como de los niveles de respuesta a la enfermedad con la que cuenten las instituciones de salud en cada región. Por ello se vuelve importante asumir la credibilidad de los datos oficiales, estar pendientes de la información y observar la trayectoria de crecimiento de casos el país y en los estados para tomar las mejores decisiones.

En cualquier caso, la planificación debe incluir prevenir o mitigar la interacción persona a persona en las distintas actividades del proceso, como el reclutamiento de personas para la realización de tareas electorales, los programas de capacitación, los registros de electores, candidatos, coaliciones y candidaturas comunes, emisión del sufragio, escrutinio y cómputo de votos en la casilla, y el traslado de los paquetes, la operación del PREP y las sesiones de cómputos de actas de resultados.

En todas ellas, la recomendación es que primeramente se analicen las posibilidades materiales de desarrollarlas a traves de herramientas y mecanismos remotos seguros aprovechando las nuevas tecnologías. Resultaría oportuno transitar al voto vía urna o correo electrónico en las próximas elecciones porque disminuiría escenarios de riesgo al evitar la aglomeración de personas, pero se ve muy complicado que haya condiciones para ello. Muy problamente no habrán aun condiciones en todo el pais para poder implementarlo, aunque seguramente se avanzará proporcionalmente.

Pero hay otras actividades dentro del proceso electoral donde el uso de los instrumentos tecnologícos será posible, en particular en la recepción y revisión de solicitudes de participación en las distintas convocatorias y su documentación correspondiente, así como en los ejercicios de capacitación. En estos casos, se tendrá que garantizar la existencia del equipo informatico necesario, pero además, garantizar la inclusión y accesibilidad de toda la población interesada, considerando opciones como la instalación de centros de captura de información en las regiones donde haya carencia generalizada de equipo y problemas de conectividad que deberían sujetarse a los protocolos de salud, o flexibilizar la medida y adoptar actividades presenciales en algunas regiones tambien bajo protocolo. Asimismo, se deberán incorporar mecanismos que garanticen el seguimiento y la finalización exitosa de estos ejericicios.

Los materiales de capacitación deberán adaptarse a la modalidad en línea, y contener información sobre el COVID-19, especialmente los modos de transmisión y las medidas preventivas. Es por ello, que en el reclutamiento y capacitación de ciudadanos que realizarán tareas de integrantes de consejos electorales distritales y municipales, capacitadores y asistentes electorales o funcionarios de casilla, debería considerarse la pertinencia o no de involucrar a personas que ya tuvieron experiencia en procesos electorales pasados, ello haría menos apremiante el desahogo de la capacitación bajo estos escenarios. También se recomienda evitar contratar para estas actividades a personas que por su edad o condición de salud pudieran estar mas expuestas a la enfermedad, o a trabajadores de la salud para no distraerles de sus tareas de apoyo a la emergencia, asi como coniderar un mayor número de suplentes o reservas ante mayores eventualidades.

Hay actividades o procedimientos que necesariamente deberán llevarse a cabo de manera presencial, en las que deberán implementarse mecanismos para reducir reuniones, mantener el distanciamiento físico requerido entre los asistentes, e incluir materiales y equipo de desinfección y protección; prevenir o mitigar la contaminación de superficies y objetos comunes, protocolos de entrada y salida adecuados, espacio suficiente para que los funcionarios operen en un entorno seguro y de sana distancia; hacer cumplir los protocolos de mitigación de riesgos de contagio en lugares donde hay que hacer fila; tendrá que haber mucha información preventiva sobre el COVID 19 en estos lugares; habrá que promover que la ciudadanía participante traiga y use sus propios bolígrafos.

Se deberán adoptar medidas para reducir el número de personas en las instalaciones al mismo tiempo, para lo cual se pueden ampliar los plazos o los espacios físicos; por lo que en el caso de elecciones presenciales, será importante valorar la posibilidad que la jornada electoral se realice en varios dias para poder controlar de mejor manera la presencia de personas en los centros de votación. De cualquier manera, se deberá preveer mesas y sillas que permitan cumplir con la distancia requerida para los funcionarios electorales, observadores, representantes de partido; eliminar objetos innecesarios de las instalaciones; proporcionar mascarillas translúcidas para la interacción de votantes y funcionarios electorales. Deberán considerarse nuevos factores en la selección de la ubicación de las casillas, que séan áreas lo suficientemente grandes para poder

guardar la sana distancia, con espacios abiertos o varias ventanas y puertas, considerar alejar los centros de votación de las áreas donde se congregan o residen grupos de riesgo. En la verificación de los votantes se pueden evitar toques innecesarios mediante el desarrollo de protocolos a través de los cuales cada votante pueda colocar sus documentos en un área limpia en la mesa de votación antes de moverse la distancia requerida, para que los funcionarios electorales puedan acercarse al documento y, sin tocarlo, verificar nombres, fotos y firmas. Se deberán proporcionar crayones desechables.

Para el escrutinio y cómputo de votos en las casillas, también se deberán hacer ajustes para garantizar la salud de las personas. Una consideración es el espacio en el escritorio requerido para contar las boletas mientras se mantiene la distancia física entre los escrutadores. Como los representantes de partido y los observadores también deben cumplir con sus deberes durante esta parte crítica del proceso de resultados, se les debe mostrar cada boleta individual, sin permitir que la toquen, antes de colocarla en su respectivo grupo. Cada firmante debe usar su propio bolígrafo y firmar el documento de uno en uno, manteniendo la distancia física. Todas las personas involucradas en los mecanismos de recolección de paquetes deberán utilizar materiales de proteccion de salud y mantener la distancia requerida, lo mismo en las sedes de los consejos donde se llevará a cabo la recepcion de los paquetes, la captura de las actas en el PREP, y las sesiones de cómputos finales de resultados. Cada uno de estos procesos implica la entrega de múltiples actas en papel para revisión y firmas, así como el uso de computadoras para la entrada de datos, escáneres para la transmisión de resultados y proyectores, por lo que deberan sujetarse al protocolo de protección y salud para poderse llevar a cabo.

Un aspecto fundamental a considerar en el planeación, es que dependiendo de las determinaciones y proyecciones de las autoridadses de salud, la aglomeración de personas con la que suelen desarrollarse las precampañas o campañas a través de mítines o encuentros masivos estarán restringidos. De llevarse a cabo deberán sujetarse a todo el protolo de mitigación de riesgos de contagio; tendrían que emitirse lineamientos que contemplen la obligación de nuevas reglas para su realizacion que contemplen mucha información previa e in situ sobre las necesarias prevenciones de salud, la realización de foros y talleres con partidos políticos, aspirantes a candidaturas, precandidatos y candidatos sobre la información que generen las autoridades sanitarias, la generación de instructivos para la población. De permitirse su realización, los candidatos y sus equipos deberán asumir la responsabilidad de garantizar que se observe el distanciamiento físico requerido en todas las manifestaciones, que las personas en riesgo estén protegidas y que se observen los protocolos de entrada y salida del edificio para las actividades que tienen lugar en espacios cerrados. Estos protocolos deberán incluir la desinfección de manos antes de la entrada y la salida y el movimiento ordenado de personas dentro y fuera de los edificios para evitar el contacto. Los asistentes también deben usar cubrebocas, evitar estrechar la mano de los seguidores y no participar en ninguna otra forma de contacto directo. Las campañas de casa en casa muy probablemente también estén restringidas, pero de llevarse a cabo deberán emitirse lineamientos para sujetar estas actividades a las medidas de mitigación de riesgos para limitar la interacción de persona a persona y mitigar los riesgos de la transferencia de folletos y otros materiales de campaña.

Lo màs probable es que tenga que haber mayor prevalencia de campañas a través de la radio y TV, así como de las plataformas digitales, lo cual hará aun más relevante garantizar el acceso equitativo a dichos espacios. En México el acceso a la radio y TV no es libre, sino que existe una fórmula proporcional de distribución establecida en la propia Constitución, 30% por igual y 70% de manera proporcional de acuerdo a los resultados obtenidos en la elección anteriuor. A la luz de las nuevas circunstancias quizà se hará necesario revisar la fórmula de distribución, a efecto de garantizar una mejor equidad entre los participantes, y no generar ventajas para nadie que aunque serían legales no serían justas, máxime cuando los candidatos de los partidos en el gobierno se presentarán tras una marcada sobreexposición mediatica derivado de la naturaleza de sus cargos durante la crisis sanitaria. Si la mayoría de los que ocupaban cargos públicos durante la emergencia son varones, tambien se podrán generar mayores desventajas para las mujeres candidatas. Las instituciones electorales deberán organizar más debates televisados y promover su realización en distintos medios de comunicación y plataformas digitales bajo los lineamientos que en su momento se aprueben. Los debates, las sesiones de prensa y otros eventos transmitidos por radio, televisión o en línea deben seguir previciones especiales de mitigación de riesgos.

Tambien deberán considerarse prevenciones para el caso de la ciudadanía que aspira a obtener candidaturas independientes y que necesita recabar el porcentaje de firmas de apoyo ciudadano previstas en la normatividad. Estos respaldos suelen conseguirse a partir de campañas publicitarias en espacios públicos o de casa en casa, pero lo recomendable en las nuevas circunstancias es que todas las firmas de apoyo ciudadano se recaben en línea, para lo cual habrán de garantizarse la seguridad de las plataformas, de emitirse los lineamientos respectivos y de revisar los casos donde el uso de las tecnologías no sea posible para garantizar inclusión.

Finalmente, habrá que considerar que la realización de distintas acciones y el requerimiento de materiales adicionales conllevará mayores costos en el proceso, por lo que las autoridades hacendarias deberán considerar desde este año los presupuestos suficientes, así como atender la necesidad de adquirirlos con anticipación para evitar que escaseen o se encarescan por la alta demanda. Baste señalar que si las instituciones electorales deciden desarrollar algunas actividades en línea para evitar riesgos de contagio, deberán considerar que ello conlleva gastos, como invertir en plataformas en línea, capacitaciones virtuales, formularios y material a enviar y medidas de seguridad para garantizar el uso legítimo de estos recursos. Estas soluciones tambien pueden incluir abrir centros de registro por más días, organizar y facilitar más sesiones de capacitación para trabajadores electorales para permitir grupos más pequeños en cualquier momento dado y alquilar lugares más grandes para cumplir con el distanciamiento requerido.

En las próximas semanas, previo al inicio del proceso electoral federal muchas decisiones habrán de adoptarse, las instituciones electorales saben que tienen distintas opciones de solución para el desarrollo de cada una de las etapas del próximo proceso federal y local, lo importante será garantizar sin pretextos el ejercicio pleno de los derechos políticos y evitar propuestas que incorporen mecanismos distintos a las elecciones para integrar los espacios de representación política de los mexicanos. El desafío logístico requerirá una gran planeación, anticipación, creatividad y coordinacion interinstitucional, pero el éxito organizativo de las elecciones de 2018 resulta esperanzador. En esta ocasión además, se requerirá de mayores y más eficaces estrategias de comunicación y pedagogia para informar y enseñar a todos los actores involucrados en el proceso, partidos, candidatos y sociedad civil, todo lo referente a los riesgos de contagio y las garantías de confiabilidad y seguridad de las medidas que se adopten. Como nunca en la historia de la joven democracia electoral mexicana, el éxito también dependerá de las actitudes republicanas de todos los involucrados, como suele decir mi amigo Lorenzo Córdova, será la prueba del ácido de la vocación democrática de todas y de todos.

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