Donald Trump y Claudia Sheinbaum (previsiblemente) serán presidentes al mismo tiempo. En este escenario y ante la “panacea” del #Nearshoring y el #SuperPeso es prioritario construir rutas para la toma de decisiones empresariales y de inversión bajo esta premisa porque el mundo no es lo que fue: por un lado, EU ya no es sinónimo de libertad y por otro, México sigue peligrosamente jugando a ser solución y amenaza.

El análisis sobre este escenario no se debe limitar a los discursos de Trump sobre México, mucho menos al estilo con el que Andrés y Donald construyeron la relación bilateral; o lo dicho por Sheinbaum ante la American Society. En el #Blindspot de la semana analizamos tres factores de riesgo para los intereses comunes de los “two amigos”.

Primero, China es el principal enemigo de EU, o al menos así lo perciben la mitad de los norteamericanos de acuerdo con una encuesta de Gallup. La cifra aumentó de 11 a 50 por ciento desde 2018.

Esto cobra relevancia si tomamos en cuenta que de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía la IED China en México pasó de 263 a 611 millones de dólares entre 2018 y 2023.

En términos económicos estas son buenas noticias. No así en el terreno de la percepción porque esto fácilmente puede ser usado como eje de la narrativa antimexicana en la campaña de Trump: México, además de fentanilo y migrantes, pone cerca de nuestras fronteras a las empresas de nuestro peor enemigo, China.

Segundo, en México estamos considerando la entrada de capitales vía la relocalización, pero es fundamental incluir dentro de la ecuación la cada vez más tangible posibilidad de que la economía del gigante chino no se recupere y que uno de los factores sea que la demanda del mercado global por sus productos sea más baja. ¿En dónde deja a México esto? Ante una nueva falsa promesa de la #Relocalización. Lo delicado es que, como siempre, nos vamos a congratular por lo que llegue y no esforzarnos por lo que pudo haber llegado, estaremos bien.

Tercero, la confianza de los norteamericanos en las instituciones va en franco declive. Solo tres de cada 10 confían en la Suprema Corte, uno de cada 10 en el Congreso y 26% en la presidencia. Además, solo uno de cada cinco percibe a los periodistas como profesionales con altos estándares éticos y la desconfianza en los medios está en su nivel más alto desde 1972: 39% (Gallup).

Este es el mejor escenario para el estilo presidencial de Trump. También para la continuidad de la #4T que ha probado, sin reservas, que la falta de confianza en las instituciones creadas como contrapesos de poder son motivo suficiente para minimizarlas o desaparecerlas. Ambos países van a consolidar los “poderes ejecutivos” dejando de lado los pesos y contra pesos.

El ruido y los silencios de las campañas de Claudia y Xóchitl, más la jocosidad que le pueda poner Álvarez Máynez buscarán no solo nuestro voto, también alejarnos de analizar a profundidad las consecuencias de lo que casi de forma inevitable viene para México; pero recuerde, tomador de decisiones y empresario prevenido vale por dos.

Analista y estratega en comunicación

@osandovalsaenz

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