Lo aseguran seis extitulares federales de Salud: la pandemia de coronavirus en México está fuera de control. Y nadie podría desmentirlos. Nadie, tampoco, podría decir que su opinión es interesada o que tiene móviles y/o tintes políticos. Su prestigio está por encima de cualquier ambición. Nada los haría más importantes y respetables de lo que ya son. Pero como toda la población, están preocupados por los estragos que está causando la enfermedad, que ya registra casi 70 mil decesos y va para 700 mil contagios. Como humanistas, seguramente les pesan las negras expectativas que ofrece la pandemia.

Así, no hay una sola justificación para no atender sus recomendaciones, expuestas ex bona fide (de buena fe). La incuantificable riqueza científica que totalizan no puede desestimarse, pero mucho menos desaprovecharse. Para ello, es suficiente empezar por escucharlos y, si fuere el caso, agregar otras herramientas o modificar las que ofrecen. La lucha contra la contingencia debe ser en conjunto. Es la salida más rápida a la crisis que ha derivado hacia todos los ámbitos.

La formación, experiencia y especialización de cada cual en distintas ramas médicas, así como los cargos de responsabilidad que han ocupado, permiten excluir equívocos de origen en sus observaciones o inconsistencias en el método que proponen como alternativa para atajar realmente el azote.

Guillermo Soberón Acevedo y José Narro Robles, quienes además fueron rectores de la UNAM por ocho años cada uno; Julio Frenk Mora, Mercedes Juan, Salomón Chertorivsky y José Ángel Córdova, son eminencias en cada uno de sus campos de estudio; juntos, podrían coadyuvar a la solución sanitaria que le urge al país para dar pasos firmes hacia la salida de la larguísima negra noche que representa la amenaza del Covid-19.

Buscar datos de más y mejor calidad, realizar una campaña nacional de pruebas, disponer confinamientos localizados, recomendar a la población que pida asistencia médica ante los primeros síntomas, como sugieren, no es imposible.

Insistir en el uso obligatorio de cubrebocas, evitar los lugares cerrados, concurridos o encuentros cercanos, establecer un Comité Científico de la Política Anticovid, emitir una ley general de cuarentena, preparar una campaña extra de vacunación antiinfluenza, disponer que el Consejo de Salubridad coordine a los gobiernos federal y estatales, e invertir 20 mil millones de pesos en esta estrategia, no es algo que esté fuera del alcance de las autoridades. No hay esfuerzo que deba escatimarse.

Aprovechar sus conocimientos y su disposición y voluntad para aportarlos, sería racional, muy inteligente, oportuno y, sobre todo, es absolutamente necesario.

De otro modo, continuará la incertidumbre generalizada que ha derivado en crisis de todo orden. Pero lo más grave, será el costo de vidas y contagios que van en aumento… y que nadie sabe cuándo se detendrán.

Sotto Voce…


El gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ha probado que, con su atinada y eficaz estrategia, basada en la determinación, la inteligencia y la trasparencia, se pudo restablecer el ambiente de seguridad en el estado, considerado antaño como uno de los más violentos del país. Lo anterior, se ha traducido en la recuperación y atracción de nuevas inversiones para reposicionarlo como uno de los grandes polos nacionales de desarrollo… Sorpresa, indignación y zozobra, ha causado el hecho de que el presidente del Tribunal Universitario, Eduardo López Betancourt, haya firmado un convenio entre la UNAM y un gobierno estatal. Esa era una responsabilidad de la abogada general, quien fue marginada. ¿Sustituirá ese funcionario a Mónica González Contró?, se pregunta la comunidad universitaria, en la que hay temor de que sea encubierto para que no responda por las faltas que se le imputan ante la FGR… Los empresarios están con el gobierno. No son sus enemigos. De eso no hay duda. Deberían ser aprovechados su fuerza, potencial y disposición a contribuir para salir adelante.

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