Dentro de unos días, en este país, cambiará la Historia. A partir del 10 de marzo, tras el paro nacional de mujeres “El Nueve Nadie se Mueve”, México será otro. Dará un paso gigantesco hacia adelante. No volverá a ser el mismo. El sector femenil lo habrá hecho posible. Será el inicio de una nueva revolución. Con conciencia y determinación; organización y en paz, ocupará el lugar que legítimamente le corresponde y, como nunca, se convertirá en protagonista fundamental en el porvenir de la Nación.

Con un ímpetu jamás visto, una visión muy clara y el arrojo que se necesita para desafiar y quebrar tradiciones y costumbres, cánones y relaciones estructurales ancestrales; con sólo quedarse en casa, lograrán lo que muchas veces por otros medios no se alcanza. Con su inteligencia y su razón; su valentía y sus derechos, han tomado el mejor cause por las mejores causas. Nada ni nadie las detendrá. Su movimiento se replicará.

La genialidad de la convocatoria, lanzada por el colectivo Las Brujas del Mar, tiene como antecedente Islandia, donde, en 1975, el 90% de las damas suspendieron sus actividades laborales en todos los ámbitos en reclamo de más derechos civiles y políticos. De eso, derivó que en 1980 pudieran elegir a su primera presidenta.

Empero, “El Nueve Nadie se Mueve” aquí, 45 años después, tiene un mérito incuestionablemente mayor por los antecedentes en que, centralmente, las mujeres han sido tratadas como simple objeto, como instrumento de servicio y de satisfacción de todas las necesidades del hombre. Ese vínculo, altamente lesivo, ofensivo y agresivo en distintos grados y sentidos, se ha acentuado por el machismo desbordado que, hoy en día, ha llegado a extremos inadmisibles en los que los abusos y los excesos ya no tienen freno ni límite. Pareciera que la vieja subordinación tiene como premisa la irracional eliminación.

El clima de violencia en todas las formas como se las hace víctimas de manera frecuente, bestial e inhumana, ha sido el detonador-catalizador de su ánimo para decir: “¡Ya basta”! “¡NO MÁS!” “¡Hasta aquí!”.

Al no ser escuchadas sus justas demandas de seguridad, en general, y de igualdad en su esencial participación en la vida social, pública y privada, con prudencia, talento y coraje, decidieron buscar su identidad, hacerse visibles, haciendo sentir lo imprescindibles que son. De la nada en la que se las ha tenido, serán todo. Y Ser, palabra mayúscula, es lo máximo a lo que se puede aspirar en la vida. Sólo esa es la verdadera condición humana.

El llamado “A un Día sin Nosotras”, será una especie de nacimiento de la mujer mexicana. Se creará a sí misma. Será un día fundacional para ella. En lo sucesivo, estará permanentemente presente en cuanto atañe a la vida nacional. Ya nadie podrá borrarla. Y cada vez más, tendrá el trato y el respeto que le corresponde en el contexto de una sociedad civilizada, presumiblemente democrática, a la que muchos todavía no ajustan sus actos.

Si conciencia es la motivación que la va a desmovilizar-movilizar, conciencia es la que debe hacer el sector masculino de lo absolutamente indispensable que es, asumir su presencia plenamente, darle el lugar que por derecho tiene y no creer que está en una confrontación ni división insalvables. En última instancia, mujeres y hombres somos ciudadanos del mismo país. Todos somos cada uno. Todos somos todos.

SOTTO VOCE…

Obligada y justa, la decisión de la Corte de admitir a trámite la recusación del ministro Luis María Aguilar en el juicio que ha llevado entre El Universal y Ricardo Anaya. La ministra Norma Lucía Piña Hernández, decidirá si deja de conocer del caso, en el que ha observado una patente imparcialidad…Enrique Vargas, alcalde de Huixquilucan, sigue subiendo como la espuma en la percepción y aceptación de los mexiquenses con miras al 23.

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