De larga data, tres focos rojos están prendidos como graves amenazas para el gobierno, el país y la sociedad. Ya no hay manera de ignorarlos. O se atienden y se apagan ¡ya!, o todos lo lamentaremos más aún.
El primer dato de esa alarmante situación, proviene de las mismas autoridades, que proyectan a 2019 como el año más violento. Reconocen casi 29,600 asesinatos de enero a octubre, cuando faltan 8 días para que se cumpla el primer año de la actual administración.
Admitir esa realidad es loable. El diagnóstico debe servir para asumir decisiones.
Quien conduce al país, no puede eludir esa obligación ético-política. Para salvaguardar a los ciudadanos, no cabe desdeñar ni autoimponerse límites con premisas románticas.
La segunda advertencia ha sido identificada por el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, quien recién advirtió que “el crimen organizado en México tiene gobiernos paralelos en varias zonas del país e incluso su poder continúa expandiéndose a través de todo el territorio nacional (…). Es tan importante el futuro de México que, si no lo combatimos ahora, esto se va a volver mucho peor”.
Con prudencia, severidad y preocupación, el diplomático subrayó que si ese fenómeno no se detiene, “va a empeorar”. Y eso, lo enseña la Historia, no lo va a permitir Estados Unidos.
Por eso Landau habla en plural: “Ninguno de nuestros países está seguro si el otro no lo está; ningún país puede afrontar el crimen organizado por sí solo. Esta es una responsabilidad que compartimos”. Todavía. Por sus intereses y seguridad, Washington puede actuar solo donde sea.
A lo todo lo anterior, se suman las declaraciones del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García, formuladas este miércoles a raíz de la dramática situación que se vive esa entidad, sobre todo, ahora, en Nuevo Laredo. Expresó:
“Los grupos criminales tienen un comportamiento con el que quieren provocar el caos, el pánico y la inseguridad a través de actos de violencia; sobre todo promoviendo el miedo y el terror. Su comportamiento es de narcoterrorismo. Ese es un tema muy delicado y se debe actuar en consecuencia (…). Para restablecer el orden, la paz y el Estado de derecho se debe combatir a los delincuentes. Se tienen que usar todos los instrumentos que tenga al alcance el Estado mexicano”.
Este, es un imperativo categórico. Es una decisión que se tiene que asumir con urgencia. Porque al paso que va el proceso de desplazamiento-apropiación-sustitución del poder legítima y legalmente constituido por parte del poder ilegal-inmoral-delictivo, no pasará mucho tiempo para que éste se convierta en una entidad suprapartes que tenga todas las facultades y funciones estatales en sus manos. Indebidamente, ya cobra impuestos por derecho de piso y extorsión.
Para frenarlo, no hay otro dique que ofrezca más certeza y confianza que la fuerza. Soslayar este recurso, abre la posibilidad de que se forme un Estado dentro de otro Estado, en el mejor de los casos; en el peor, que el Estado de Derecho se convierta en un Estado criminal.
Sotto Voce…
El Presupuesto de Egresos de 2020 se aprueba, pero dejará mucho descontento que deberá tratarse con mucho cuidado… El compromiso del rector de la UNAM, Enrique Graue, de crear un organismo independiente para atender la violencia contra las mujeres, al parecer puede pasar, incluso, por la destitución del presidente del Tribunal Universitario. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ya está en esa línea. Por eso, ayer decretó una alerta de género.
ombeluniversal@gmail.com / @mariobeteta