Para los muertos por informar, ¡justicia!
Para la Prensa para informar, ¡libertad!
El sexenio ya rebasó su primera mitad y muchos de los grandes problemas nacionales aún están por resolverse. Los que reclaman una solución inaplazable y urgente para evitar que se sigan agravando, son los que el país arrastra desde hace décadas. Y el tiempo no se detiene…
La triada formada por la inseguridad, la corrupción y la impunidad, fenómenos lacerantes en los que se ve nítidamente la inobservancia de la ley y su recreación incesantemente, constituyen el nudo gordiano que paraliza, aterroriza y minimiza a la sociedad en sus actividades, acciones y decisiones.
El crimen organizado, que se ha sobrepuesto al Estado por la permisividad con la que se le deja actuar bajo la fórmula de abrazos, no balazos, no sólo no va a ceder el peso ni los espacios que ha ganado; seguirá apelando a las armas y a los métodos más crueles y sanguinarios para mantenerlos, en su previsible objetivo de alcanzar una dimensión totalizadora.
Su fin último está perfilado: quiere el poder completo, que abarque la economía, la política, las instituciones, las leyes, dirección en la que lleva ya mucho terreno andado, si se consideran los alarmantes datos que se han publicado sobre los territorios donde ha sentado sus reales y el grado de penetración que ha conseguido en el cuerpo político-administrativo. En esa perspectiva, ¡qué duda cabe!, tratará de ser factótum en la sucesión presidencial.
Ahí donde hay Estado, hay Derecho, reza una máxima. Es la base del Contrato Social. Mediante esa relación contractual, los gobernantes se comprometen a salvaguardar la vida y las pertenencias de sus gobernados; estos, en correspondencia, se obligan a obedecer las normas, una de las cuales, central, es el pago de impuestos para el sostenimiento de todos.
En México, dolorosamente, no se cumple esa primera premisa; a la segunda, referida al pago de gravámenes, que es legal, se le agregan la coerción, la extorsión, el pago de piso, que ejercen los grupos criminales. El cuadro resultante es que estos se instalan ilegalmente mediante la violencia, mientras el poder constituido legalmente se hace a un lado, deslegitimándose por el abandono de sus facultades y deberes.
Así, el Pacto Social se rompe y empieza a predominar una relación obligada entre la delincuencia y la sociedad con base en la amenaza, la fuerza y la agresión. ¿Qué futuro tienen esta, la democracia y el país con ese peso encima?
Sólo con eso, el panorama es desolador. Pero si se le agrega la connivencia entre el poder político y los delincuentes, que muchos analistas sugieren, y que se da por intereses puramente monetarios, claramente, la población está en estado de orfandad e indefensión imputables a quien debería protegerla.
En esa perspectiva, los asesinatos de periodistas, que en 2022 ya son tres, más un atentado contra otro en Oaxaca, ciertamente son los que más trascienden, pero son igualmente funestos los de ciudadanos, que seguirán incontenibles por la lucha del poder que, como en muy pocos países, cobra las espeluznantes características que aquí presenta.
SOTTO VOCE
Independientemente de la pasarela en Palacio Nacional, Ricardo Aldana se perfila como indiscutible ganador en la contienda por la dirigencia nacional del sindicato petrolero en sustitución formal de Carlos Romero Deschamps… Dante Delgado renunció a la comisión especial del Senado que investigaría excesos político-policiacos en Veracruz, simplemente porque no le vio bases ni futuro… De acuerdo con los resultados de una encuesta que se llevó a cabo en los estados del centro y sureste del país, la mayoría de la población no entiende el significado de las palabras “revocación” y “mandato”. Ese es el nivel educativo que tenemos… Con magníficas expectativas inicia su gestión como presidente municipal de San Luis Potosís, capital, Francisco Galindo Ceballos.