Fotos: Carlos Mejía
Abraham Trujillo coordina al equipo de México Makers para hacer caretas con acetato que protejan a doctores y enfermeras ante el coronavirus. La idea surgió a partir de conversaciones con personas en España quienes relataron cómo era la situación en aquél país y la forma que encontraron para protegerse del virus.
Las caretas están hechas de acetato , como el que usan en las botellas de PET, y sirven para proteger ojos, nariz y boca de los doctores debido a que estas son las principales vías por donde una persona puede infectarse de covid.
Le dijeron a Abraham que la situación se vivió muy similar a como empezó en México. También tenían problemas de abasto en el sector salud. Con sus recomendaciones empezó a organizar a la asociación.
En la Ciudad de México está integrada por Mark Escobedo quien tiene un taller de diseño donde se imprimen las caretas. Diego Villegas es quien coordina la entrega de donaciones a los hospitales de la ciudad. Pero no solo está en la metrópoli sino también en distintos estados del país donde hay un representante.
Mark asegura que cuando se dio la primera fase de contingencia de coronavirus hubo una baja laboral. Muchos de sus clientes detuvieron los pedidos que ya habían hecho.
Por eso pensaron en buscar alguna opción para aportar algo con mano de obra y sus máquinas. Fue de esa forma en la que se sumaron al grupo que estaba formando Abraham.
“Así se ha ido haciendo una red de otros países porque ya hay contactos con Italia y Ucrania. Ahorita lo están haciendo en todo el mundo, usando sus máquinas y donando material para entregar las caretas al sector salud”, afirma Escobedo.
Acetato contra Covid-19
“La careta que estamos fabricando está hecha en un material 100% reciclable, ecológico y está pensada para que en los médicos pueda ser de un solo uso. Que sea fabricada de una forma rápida y económica”, añade Mark.
Tiene tres elementos, uno que es el visor principal, la frente que sirve para hacer un espacio entre la cara y el plástico. Así marca la distancia para poder usar googgles, lentes o el cubrebocas N95. Abajo también se le puede colocar otro elástico para darle forma a la curvatura de la cara.
Por el tipo de material se puede solo desinfectar o sanitizar con los métodos tradicionales y recomendados. Puede ser directamente con alcohol.
Se puede limpiar con un pañuelo suave y así dura de una a dos semanas. La careta es para proteger las mucosas por el contacto con saliva.
El tiempo de vida si lo usa una persona particular es hasta que el material lo permita, es decir, siempre y cuando no esté maltratado o rayado.
La careta lo único que protege es el contacto de persona a persona con la saliva para que no se esparza y para que la de la otra persona tampoco llegue. Esa es la función principal.
“Por eso se está haciendo llegar con enfermeras y doctores que son la primera línea de contensión porque son los que están en más riesgo. Está pensada para quienes reciben a casos no confirmados o sospechosos de Covid19 ”, dice Escobedo.
Mark asegura que la comodidad es lo primero porque es un artículo que el personal médico usa durante 6 u 8 horas, mínimo, “lo que ellos quieren es sentirse a gusto. Algunos otros modelos son pegados al rostro pero empañan los lentes”.
“Quienes nos han comprado también lo ocupan porque están en contacto con público directo por ejemplo en restaurantes, panaderías y otros lugares de alimentos”, afirma Mark.
La recomendación es que los médicos trabajen con cubrebocas y también con la careta como una barrera de protección. Algunos epidemiólogos con los que el equipo ha hablado resaltaron la importancia de proteger los ojos.
Hay otros modelos de la careta que se están trabajando y son en 3D. Este es exclusivamente para la donación, no para la venta porque su proceso de fabricación es aproximadamente de dos horas. En cambio la que solo es de plástico puede ser hasta una careta por minuto, más el tiempo de armado.
Hay alrededor de 800 miembros de esta asociación en toda la República.En la CDMX son aproximadamente 40 personas las que se encargan de la impresión y distribución.
El diseño se hace en computadora y se manda al corte. Con una placa de acetato pueden salir hasta 12 caretas . El proceso tarda alrededor de 15 minutos en cortar toda la placa.
El material que se desecha es utilizado para otro tipo de objetos como tarjetas de presentación o algunos otros artículos con el fin de reciclar. También se manda a centros de reciclaje.
“Actualmente nosotros estamos trabajando con nuestros propios recursos. La careta que nosotros hacemos aquí tiene un costo de 40 pesos, 20 es lo que nos cuesta hacerla y los otros 20 es lo que garantiza la donación de otra”, comenta Mark Escobedo.
“Caretas que salvan vidas”
Diego Villegas llevó la careta a los doctores de La Raza quienes la probaron y dijeron que sí servía. Incluso preguntaron cuántas les podían hacer. Desde ese momento empezaron a fabricar varias, hace aproximadamente dos semanas.
En entrevista con El Universal, Abraham Trujillo, fundador del proyecto en México asegura que si tuviera que definir con una palabra cómo han recibido los doctores este material sería: “agradecimiento”.
“Estaban sorprendidos. Nos acercamos al director de un hospital, en Guerrero, cuando los fuimos a entregar la gente pensó que los íbamos a vender. Al aclarar que eran donaciones también se mostraron interesados en apoyar”, recuerda Abraham.
Esta labor representa una satisfacción para él, “sobretodo porque con algo tan pequeño y fácil de hacer puedes ayudar a una persona”. El objetivo principal es reducir el riesgo de contagio de coronavirus entre el Sector Salud.
Hasta el momento, 4 doctores han muerto por covid en México, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El equipo asegura que la filosofía con la que empezaron es “hacer algo que sirva para salvarnos la vida o la de nuestros seres queridos. La labor de estos doctores debe ser reconocida y por eso estamos haciendo esto, como una forma de ayudarlos”.
A mediados de mes buscan cumplir con la meta de 3 a 4 mil caretas entregadas, hasta ahora llevan mil 800 que han sido parte de las donaciones. El primer centro de salud a donde las llevaron fue al Hospital de la Raza, de ahí las han distribuido en distintos puntos de la República.
“Lo que tenemos pensado como Mexico Makers es también producir las barreras de protección , hechas también de acrílico”, cuenta Mark.
Quien también asegura que esto muestra, una vez más la solidaridad que caracteriza a los mexicanos y los hace salir adelante de catástrofes y desastres naturales. Así que esta no será la excepción.
