Por: Stephanie Henaro
Entre bromas podría decirse que si Donald Trump hubiera nacido en Durango, poco habría cambiado, y seguiría pasando a la historia como el primer presidente latino de Estados Unidos.
Nueva York rima con Duranyork, y eso ya lo hace interesante, pero más allá de todo eso también hubiera sido un caudillo a la Pancho Villa, misógino, y tarde que temprano terminaría dedicándose a la construcción.
De acuerdo con la ENDIREH 2021, la misoginia sigue estando muy presente en Durango, el 69.1% de las mujeres de 15 años o más en la entidad han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida y esto también se refleja en el sector de la construcción en el que Donald de Duranyork hubiera trabajado.
Mujeres del ramo de la construcción en Durango exponen constantemente las limitaciones a las que se enfrentan como agremiadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que va de la mano con los datos revelados a nivel nacional por el INGEI en los que en 2022, los hombres representaron 84.4 % del personal ocupado en el sector Construcción, y las mujeres, 15.6 %.
Más claro, ni el agua, y es que en estas elecciones en Estados Unidos, los votantes dieron un segundo mando en la Casa Blanca a un hombre que ha pasado gran parte de su carrera política insultando y degradando a las mujeres. Además, en EEUU el porcentaje de mujeres en la construcción es del 11.2% y tiene la proporción más baja de mujeres en comparación con otras industrias importantes en el país.
De ahí en el que en estos tiempos que aveces superan por mucho a la ficción, Estados Unidos tenga a su primer Pancho Villa en la presidencia.
Donald Trump es el primer presidente latino porque los representa y se comporta igual que los que lo eligieron.
Así es que la salsa, la cumbia y el gusto por las piñatas no solamente se le sienten en las venas, sino que también se dejan ver en las acciones que ha tomado tanto de presidente electo como de candidato.
Ejemplo de esto son los nombramientos de Marco Rubio y Christopher Landeau al mando de la Secretaría de Estado y de Ronald Johnson como el próximo embajador de Estados Unidos en México.
La política exterior se vuelve parte de la política interior y es que la población latina es cada vez más relevante y constituye el segundo grupo racial con más de 65 millones, de los cuales 36 millones pueden votar, según datos del Pew Research Center.
La fuerza latina parece ser parte de la fuerza de Trump y es que el republicano mejoró con respecto a 2020 en todos los condados con el 70% o más de personas de origen latino y en los siete Estados clave, a pesar de su dura agenda migratoria del magnate.
A esto habrá que sumarle que los resultados por sexo han evidenciado su creciente popularidad entre los hombres latinos. De las tres elecciones a las que se ha presentado, - 2016, 2020 y 2024- esta es la primera en que obtiene la mayoría de votos de hombres latinos, con un 55%.
Las mujeres también demostraron el giro en su preferencia por el que en otra realidad hubiera sido duranguense. En 2016, Hillary Clinton ganó el voto entre las mujeres latinas con 44 puntos de ventaja, y en estas elecciones este grupo favoreció a Harris solo por 22 puntos.
Por lo que todo apunta a que el 20 de enero, EEUU tendrá a su primer presidente latino.
El último en salir, apague la luz.
@StephanieHenaro