Por Yolanda Morales

A Liz la conocí frente al mar, en el muro que divide a México de Estados Unidos, en la esquina más resplandeciente de Tijuana.

A Liz le gusta estudiar y analizar el fenómeno migratorio.

Su nombre es Lizbeth De la Cruz Santana, tiene 32 años de edad. Nació en Los Angeles, California. Es hija de inmigrantes mexicanos que llegaron a Estados Unidos para ofrecerles una mejor vida a sus hijos.

Fue hace más de 3 años que la conocí durante una entrevista sobre el proyecto con el que culminaría su doctorado, se trataba de realizar un mural con los rostros de personas deportadas en la frontera, sobre ese Muro que recuerda la dura acción de la deportación.

Era a través de códigos QR que el turista llegaba a la línea divisoria a conocer un poco más sobre la historia de 5 personas que, siendo mexicanas no conocían su país, deportados, regresados, pero con una vida hecha en Estados Unidos.

Eso es lo que Liz quiere contar a través de sus estudios y también visibilizar el fenómeno de los “dreamers” que en esta administración no ha aumentado el número de estas personas que llegaron siendo muy pequeños a Estados Unidos y que ahora luchan por quedarse en ese país, porque regresar a México no tendría ningún caso ¿Volver a empezar?

Liz se ha especializado en el tema de la migración porque lo ha vivido en carne propia, sus padres salieron de Jalisco y aunque ella y sus hermanos nacieron en Los Ángeles, California sus padres los llevaron al rancho de los abuelos mientras ellos trabajaban y ahorraban dinero para poder ofrecerles educación, techo y alimento.

Recién graduada de UC-DAVIS, Liz tiene como intención trabajar con la gente que ha sufrido la deportación, en especial con la generación de “soñadores” que se gradúan de las preparatorias y se encuentran en una situación difícil ya que no pueden acceder al programa DACA (actualmente cerrado a nuevas solicitudes)

Ahora dejó California y se traslada a NYC donde continuará su investigación sobre la deportación con énfasis en los veteranos, ahora será profesora de Estudios Chicanos y de Frontera en el Departamento de Estudios Latinos y Negros en CUNY-Baruch Collegue, su nueva vida estará en Manhattan.

Liz se ha visto desde pequeña derribando muros, primero el de sus padres, el de sus abuelos, ella da muestra que su fenómeno de estudio es también su forma de sanar, como ella misma me lo comentó.

Felicidades Liz por ser una mexicana que ve desde la empatía los muros y ayuda a otros a derribarlos.

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