Por Adela Navarro Bello
Jorge Hank Rhon, sospechoso en la participación intelectual de varios asesinatos, detenido en 2011 por acopio de armas, traficante de aves y artículos de pieles de animales exóticos, entró en una negociación política con Morena en Baja California y dos de sus hijos fueron registrados en el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus aspiraciones para buscar una candidatura al Senado y a una diputación federal.
Hace unos días, cuando se dieron los registros a las candidaturas federales y las estatales concurrentes, trascendió que dos de los hijos del casinero Jorge Hank cumplieron con el requisito de los cursos de formación política de Morena y registraron sendas aspiraciones: Juan Carlos Hank -hoy regidor por el Partido Encuentro Solidario en Tijuana- al Senado de la República; mientras César Hank -actualmente dirigente del PES en Baja California- lo hizo para una diputación federal. No fueron los únicos hankistas en registrarse en el partido oficial. Otros cuatro peones del juego político de Hank también lo hicieron, entre ellos quien fuera dirigente estatal del PRI en el Estado 29.
La dirigencia nacional de Morena ha ocultado los registros, se sabe de quienes aspiran a lograr una precandidatura cuando los protagonistas lo hacen público, pero al preguntarle a los dirigentes partidistas por la lista completa de registros, la respuesta es que éstos se mantienen en secrecía, que están en la cúpula nacional y que serán dados a conocer por ahí del 20 de enero. No más.
El trascendido del registro de los Hank en Morena fue confirmado a través de uno de los hankistas también anotados para participar en la interna oficial. Explicó que no necesariamente significa que hayan dejado el PES (partido que Jorge Hank adquirió en 2021), y que no estando en la alianza registrada ante el INE, Morena, PT, PVEM, su registro y aspiraciones se sustentan en una “alianza de facto” que han acordado con el partido en Baja California.
El acuerdo de Jorge Hank Rhon con Morena equivale a su cuarta transformación. Nacido del profesor Carlos Hank González, un maestro rural que llegó a ser integrante del gabinete, mencionado alguna vez como presidenciable cuando su descendencia extranjera era un inconveniente constitucional, y enriquecido por las negociaciones del poder político y el sector empresarial, el junior vivió los primeros años como tal. Hasta 1985 cuando después de polémicas, excesos y derroches, su padre “logró” la concesión federal del Hipódromo de Agua Caliente en Tijuana, en terrenos nacionales, y lo mandó a vivir a la frontera norte del país para alejarlo de su centro de operaciones políticas y empresariales en el Estado de México, donde tenía como epicentro Atlacomulco.
La primera transformación de Hank fue aquella etapa de junior todopoderoso con padre desenvolviéndose en la alta política mexicana, parte del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional.
En Tijuana el comportamiento de junior de Jorge Hank no cambió. Encontró una tierra fértil para el juego, estableció nuevas redes de poder y se hizo de un grupo de secuaces para continuar con una vida de desenfreno cuyas leyendas han sido confirmadas por él mismo al mostrar públicamente sus excesos, como el tequila infusionado con pene de burro, o el chaleco del mismo miembro que suele portar, por mencionar alguna de sus muchas extravagancias.
En 1988 a tres años de haberse asentado por orden paterna en Tijuana, su jefe de escoltas, Antonio Vera, y uno de sus guardias, Victoriano Huerta, emboscaron y asesinaron al periodista Héctor “el Gato” Félix Miranda, fundador del semanario ZETA junto a J.Jesús Blancornelas. Las armas que utilizaron para acabar con la vida del editor, los vehículos en que lo hicieron, fueron localizados en el Hipódromo Agua Caliente. Sin embargo, Jorge Hank, el principal sospechoso de la autoría intelectual, no fue debidamente investigado. En el 2015, cuando los asesinos de Félix fueron liberados después de cumplir la sentencia que les fue impuesta por el homicidio, regresaron a sus antiguos puestos. Vera Palestina, hasta la fecha, es el jefe de seguridad de Hank.
Obviando los excesos de los años siguientes, como haber sido detenido en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México en 1995 por tráfico de artículos de animales exóticos, la segunda transformación de Jorge Hank es cuando entra a la política. “Soldado del PRI” como su padre en el siglo pasado, el tricolor fue su elección y su poder. En 2004 ganó la alcaldía de Tijuana llevando a la ciudad a una de sus peores épocas en materia de inseguridad y violencia generalizada. Emergieron los comandos blancos y los cárteles de la droga, el de los Arellano y el de Sinaloa iniciaron una terrible narcoguerra.
En 2007 con el PRI por delante, intentó por primera ocasión ser gobernador de Baja California. No lo logró. Lo suyo fue la derrota ante el panista José Guadalupe Osuna Millán. En 2009, el gobierno de los Estados Unidos le retiró la visa de turista para internarse en ese país, ante las múltiples sospechas de su participación en actividades criminales, ligas con cárteles siendo el protagonista de la llamada Operación Tigre. La prohibición persiste a la fecha.
Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, con la guerra contra las drogas y los militares en las calles haciendo labores de persecución y combate a la criminalidad, en 2011 Jorge Hank fue detenido. Le encontraron, a partir de la delación de un testigo protegido, 89 armas, miles de balas y cartuchos. Por un error de debido proceso Hank fue liberado, mientras las indagaciones resultaron en que algunas de las armas localizadas en los terrenos inmediatos a su residencia habían sido utilizadas para asesinar a personas en Baja California. Los gobiernos estatales, el activo en ese entonces y los posteriores a la fecha, no continuaron las indagaciones y los casos permanecen en la impunidad.
En 2021, Jorge Hank vivió su tercera transformación al dejar de ser un “soldado del PRI”, abandonar ese instituto político y adquirir el Partido Encuentro Solidario en Baja California, después de no haber logrado la candidatura de la alianza Va por México, PRI, PAN y PRD. En su etapa post priísta, se inscribió nuevamente para contender por la gubernatura del estado, y una vez más, en esta ocasión por Morena, fue derrotado.
Sin embargo, logró encauzar las carreras políticas de sus hijos. A uno, César, defensor del uso de la mariguana y otras excentricidades, lo hizo dirigente estatal del PES. A otro, Juan Carlos, lo convirtió en regidor del Cabildo de Tijuana.
Marina Ávila Olmeda, la morenista que le ganó la gubernatura a Hank, rápido dejó de considerarlo adversario político. Jorge Hank se ha convertido en asiduo invitado de la mandataria estatal a sus actos preponderantes e incluso en reuniones de corte privadas. Lo sentó en primera fila en su toma de posesión, y hace unos días, cuando presentó su segundo informe de gobierno, fue uno de sus invitados especiales a la ceremonia a la que también acudió el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Y así se da la cuarta transformación de Jorge Hank, en una alianza de facto con Morena para intentar hacerse del poder que con el PRI no logró, y posicionar a sus hijos como legisladores aliados al partido oficial.
La familia Hank es integrante de ese grupo que, con desprecio y aberración, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamaba, en su calidad de candidato, “la mafia del poder”. Ahora ya los tiene en casa de asesores y buscando candidaturas de la mano. A fin de cuentas, en México vuelve a quedar claro que en la búsqueda del poder no existen diferencias ideológicas ni separación de la política y el crimen, cuando lo que impera es ganar posiciones para servirse unos a otros y lo que menos importa es el tan defraudado pueblo.