Por Cecily Fasanella
Cuando los tres gobiernos firmaron el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), el hecho fue elogiado por su enfoque integral ante los nuevos y existentes desafíos comerciales. Desde su entrada en vigor, el TMEC ha fortalecido el crecimiento económico en la región de América del Norte, facilitando más de $1.8 billones de dólares en comercio total en 2022.
Sus innovaciones, incluyendo múltiples disposiciones sin precedentes sobre medio ambiente, trabajo e inclusión económica, mostraron signos prometedores de avances hacia la resolución de desigualdades históricas en el comercio, y de cómo podría ser el futuro del comercio - pero las promesas solo son buenas si se cumplen. A medida que el acuerdo se acerca a su cuarto aniversario desde su entrada en vigor, los esfuerzos continuos para promover la equidad e inclusión de grupos históricamente excluidos, incluyendo a las mujeres, serán cruciales.
En el 2023, vimos algunos logros significativos en materia de la equidad e inclusión de las mujeres propietarias de PYMES y mujeres trabajadoras bajo el TMEC. En septiembre, los tres gobiernos organizaron el segundo Diálogo de PYMES, y reunieron a más de 160 representantes de pequeñas empresas en la Ciudad de México para compartir perspectivas, mejores prácticas y orientación empresarial. Según el reporte de la Oficina de la Representante Comercial de los Estados Unidos, el diálogo destacó las experiencias de las mujeres propietarias de negocios. En cuanto a la fuerza laboral, el Mecanismo de Respuesta Rápida del TMEC se utilizó 13 veces en 2023, y ha beneficiado directamente a 27 mil trabajadores desde su primer uso en 2021. La Oficina de la Representante Comercial de los Estados Unidos señaló específicamente en su informe anual de 2023 que el uso del Mecanismo de Respuesta Rápida ha apoyado a un sindicato incipiente liderado por mujeres.
Sin embargo, todavía existen muchos desafíos para garantizar que el acuerdo beneficie a todas las mujeres - especialmente mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes. ¿Cuál es el camino a seguir?
En primer lugar, los tres gobiernos deben aumentar la recopilación de datos desagregados por género, especialmente en lo que respecta a las PYMES y la participación en la fuerza laboral. Ninguno de los tres países, por ejemplo, ha compartido datos actualizados sobre las exportaciones de las PYMES desde 2021. Los datos sobre salarios de los trabajadores en diversas industrias son bastante completos, sin embargo, los tres gobiernos podrían trabajar para recopilar datos desglosados por género sobre salarios en empresas específicamente orientadas a la exportación para identificar industrias donde persisten la brecha salarial entre hombres y mujeres en los mismos cargos. Históricamente, las mujeres en la manufactura orientada a la exportación han sido significativamente menos pagadas en comparación con los hombres.
En segundo lugar, los líderes en el gobierno y el sector privado deben hacer esfuerzos concertados para abordar los problemas que afectan la capacidad de las mujeres para formar sus propios negocios y participar de manera segura y exitosa en sus lugares de trabajo. El acceso a productos financieros, por ejemplo, sigue siendo una barrera significativa para muchas mujeres propietarias de negocios. En 2021, el 74.3% de los hombres mexicanos tenían acceso a productos financieros formales, mientras que solo el 61.9% de las mujeres mexicanas lo tenían. El acoso laboral continúa afectando a las mujeres trabajadoras en todas las industrias, con un aumento en la violencia laboral del 44% de 2016 a 2021, según el INEGI. Las empresas deben tomar esto con seriedad y fomentar una cultura de inclusión.
Finalmente, los líderes en el gobierno y el sector privado en los tres países deben fortalecer los esfuerzos de participación de las partes interesadas. Si bien el Diálogo de las PYMES es un foro valioso, el sector público y privado deberían considerar construir una biblioteca virtual que esté a disposición de las mujeres cuando las necesiten. Acceso a cursos que detallen las diferencias claves en las regulaciones sobre seguridad de productos, procedimientos aduaneros y obligaciones fiscales entre los tres países podría beneficiar enormemente a las propietarias de PYMES que intentan exportar por primera vez. Para todos los trabajadores, entrenamientos frecuentes sobre derechos laborales podrían ayudar a apoyar la implementación de las disposiciones laborales del TMEC, disminuir las violaciones y, a largo plazo, posiblemente ayudar a igualar los salarios de los trabajadores en la manufactura en toda la región. Además, es esencial impartir al personal de todos los niveles de la empresa entrenamientos específicos sobre cuestiones que suelen afectar a las mujeres, como la discriminación, la brecha salarial y el acoso en el lugar de trabajo.
Una política comercial que incluya y empodere a las mujeres, especialmente a aquellas que históricamente han sido marginadas, es algo por lo que debemos esforzarnos. Empoderar económicamente a las mujeres no solo ayuda a garantizar su seguridad individual, sino que tiene efectos importantes para sus comunidades. Según el Banco Mundial, acabar con las prácticas discriminatorias que impiden a las mujeres trabajar o iniciar negocios podría aumentar el PIB mundial en más del 20%.
A medida que se acerca la primera revisión formal del acuerdo en 2026, los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil deben trabajar juntos e invertir tiempo y recursos en el empoderamiento económico de las mujeres. Maximizar los beneficios potenciales del TMEC para todas es una promesa que vale la pena cumplir.
Cecily Fasanella es asociada de la práctica de las Américas de Albright Stonebridge Group, donde asesora a clientes sobre el marco regulatorio, el riesgo político y las relaciones gubernamentales en América Latina. Tiene amplia experiencia en investigación sobre competitividad económica regional, energía y medio ambiente, y política laboral.