Por: Rosa Covarrubias
Hace 100 años, en 1924, París vivió sus últimos Juegos Olímpicos, justo aquí, en donde nació la idea de celebrar un evento deportivo como en la antigua Grecia y gracias al Barón Pierre de Coubertin hoy es posible.
Ha pasado un siglo desde la última vez que París vio como aquellos humanos tocaban el cielo con sus manos y en ellas, guardadas como lo que son, el tesoro más preciado al que un atleta puede aspirar, las preseas olímpicas.
En esta ocasión, a diferencia de hace un siglo, la equidad de género se impuso y la mitad de las deportistas que competirán serán mujeres.
Es semana Olímpica, en cada esquina de París se vive, se respira el ambiente de los Juegos, aunque no todos los parisinos están felices debido al incremento de precios, sobre todo en el transporte, pese a ello y pese a ser una de las ciudades más visitadas del mundo y a estar acostumbrados al movimiento que el turismo genera, en cada esquina de París, se viven los Juegos Olímpicos.
Es impresionante ver como París, esa ciudad turística visitada por millones al año, en la que sus calles están acostumbrados a ver pasar a los turistas, en una parte, debido a los retenes de seguridad, esté vacía, sobre todo en donde se desarrollarán algunas competencias y la ceremonia de inauguración.
El Río Sena luce vacío en algunos sectores, no cualquiera puede acceder al primer cuadro por lo que, conforme se acercan los Juegos Olímpicos, el reto será atravesar de una sede a otra.
La seguridad incrementó en las zonas que albergarán la inauguración de los Juegos, sobre todo en Trocadero y la Torre Eiffel; líneas de metro cerradas, revisiones exhaustivas, desde los que van en auto, deben descender del vehículo y mostrar la cajuela, hasta quienes nos movemos en transporte público, no importa si vives en la ciudad o si eres visitante, nadie se salva de ser revisado.
Poco a poco comienzan a llegar los atletas que estarán en la ceremonia de inauguración y aquellos que serán los primeros en competir, por ejemplo, los arqueros mexicanos, serán los primeros que vean actividad, inician a partir del 25 de julio, ya que son los clasificatorios en individual.
Aún faltan algunos detalles por afinar, sobre todo en algunas de las arenas o estadios que serán testigos de la historia, pero, al igual que ocurre con la ciudad, no todos los estadios ni las arenas pueden ser visitadas, aunque el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel sí.
París está buscando dejar huella, ser un parteaguas en la organización y realización de los Juegos Olímpicos, llevar el evento a las calles en donde comenzó todo, acercarlo al público, pero sobre todo, quieren ser los primeros Juegos Olímpicos que, por cada hombre que compita, una mujer también lo haga.
La ciudad luz comienza a iluminarse, a llenarse de esa energía y magia que solo París tiene y a contagiar a cada uno de sus visitantes con su cultura, su música, su gastronomía, pero sobre todo, con ese espíritu Olímpico del cual, solo los deportistas, pueden salpicar a su gente.
París ultima detalles para celebrar en grande los Juegos Olímpicos, justo a 100 años de la consecución de la última edición que celebraron.
