Por: Laura Manzo
Hay mujeres que aseguran que Trump no es misógino. En verdad, las hay. El triunfo de la desinformación, comentan algunos analistas, como la directora del diario El País, Pepa Bueno. En este 2024, un 7% más de mujeres hispanas votaron a favor de que el republicano regresara a la Casa Blanca, con respecto a hace cuatro años. Este dato es devastador para el feminismo.
Entre más insultos Trump ha propinado a los latinos, más latinos han votado por él. Las encuestas de salida de las votaciones el martes pasado en Estados Unidos indican que 13% más de latinos han votado a favor del republicano frente a las elecciones de 2020. En esta ocasión, los de origen cubano representan el subgrupo más alto, con un 58%, y los mexicanos el más bajo, con un 33%.
La comunidad hispana ha presentado el mayor cambio respecto a otros grupos, como los votantes blancos, que disminuyeron en 3% su apoyo a Trump, o los afroamericanos, que no presentaron cambio en comparación con el 2020. Los hombres latinos, por su parte, aumentaron en un 18% su preferencia por Trump.
Desde el año 2000, cuando las mujeres blancas votaron por igual por Al Gore y George W. Bush, los votos de ellas se han ido desplazando hacia el lado republicano, pasando de 52% en 2016 a 55% en 2020. Sin embargo, este 2024, han disminuido nuevamente a 52%. Esta proporción es mayor entre las mujeres blancas con bajo nivel educativo que viven en las afueras de las ciudades. Por su parte, las mujeres hispanas votaron un 25% por Trump en 2016, un 30% en 2020 y un 37% esta vez. ¿Nada como una conquista del macho, del “pégame, pero no me dejes”?
Toda la xenofobia y la misoginia del hombre acusado al menos por 18 mujeres de acoso y agresión sexual se difumina frente a las mujeres de apellidos Martínez, García, López, González, Sánchez… Toda la xenofobia de Trump emerge en ellas. Toda la misoginia también. ¿Qué importan las mujeres sin recursos que no pueden abortar? Muchos puntos menos para la sororidad. “Trump le deja esa decisión a los estados”, argumentan. Y también toda la misoginia se contagia a los hombres desconcertados o furiosos por el movimiento feminista.
Es la economía, estúpidos. Economía mata sororidad. Al carajo la sororidad. La inflación es más poderosa que los valores y la lealtad que puedas tener hacia tus orígenes, hacia las mujeres bajo el patriarcado. Tampoco es que los millones de migrantes ya asentados en Estados Unidos y con un trabajo deseen que más millones lleguen, quizás a quitarles las oportunidades que a ellos les ha costado tomar, incluso arriesgando su vida. Es más, si como en algunas encuestas esos hispanos no sienten que los insultos xenofóbicos de Trump van dirigidos hacia ellos, quizás el deslinde desde el complejo también se ha producido. Como cuando los mexicanos nos vemos al espejo menos morenos de lo que somos, y como cuando nos comportamos racistas con los más morenos que nosotros, no sea que nos vayan a poner como iguales. Vamos despreciando al que “viene atrás” en vez de echarle la mano. Vamos despreciándonos a nosotros mismos, a nosotras mismas, a pesar de los avances en la conciencia femenina. ¿O es este el ejemplo del no avance?
Lo que sea, menos volver a las andadas de la pobreza que seguramente experimentaron en su país de origen años atrás. A las andadas de la imposibilidad económica de cumplir los sueños de sus hijos. Nadie quiere a una “comunista” como Harris.
Hombres y mujeres de la clase obrera aseguran que los demócratas son los culpables de los altos precios y los presupuestos ajustados. Ya nos despertaremos con la economía que heredará Trump, una inflación más controlada por las acciones que el gobierno actual está ejecutando. Irónicamente, el héroe para muchos votantes volverá a ser Trump.