“La relación entre el gobierno y los ambientalistas nunca ha sido tersa, pero puede ser muy productiva y colaborativa si logramos entender la complejidad de la dinámica entre el desarrollo económico y la defensa ambiental”

En una entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL, Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), responde a seis preguntas sobre derechos humanos, protección de los pueblos indígenas, asesinatos de ambientalistas, feminicidios y el impacto del Covid-19 en la agenda multilateral de México.

¿Quién es Martha Delgado?

Mi causa es el ambientalismo, y mi pasión es la función pública. Ser ambientalista no significa solo preocuparse por la conservación ecológica, es mucho más que eso: es entender la mutua relación entre la sociedad y el medio ambiente y su intrínseca interdependencia. Hoy en día existen muchos elementos para poder pensar en que el bienestar humano está intrínsecamente ligado a la ecología. Por ejemplo, una de las razones más importantes de la migración es la deforestación y el cambio climático; al defender al medio ambiente debemos pensar primero en proteger a las poblaciones más vulnerables y excluidas.

Soy una ambientalista que por medio del activismo encontré en el servicio público mi vocación, más que la política, y hoy desde la SRE tengo el enorme reto y el privilegio de representar a México en los foros multilaterales, y ejercer nuestra orgullosa tradición diplomática en beneficio de la sociedad, y en particular de las poblaciones más marginadas.

¿Qué espera lograr, concretamente, durante este sexenio en temas como derechos humanos, protección de los pueblos indígenas, equidad de género y los derechos LGBT?

La administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador está sensiblemente comprometida con la protección de los derechos humanos, en particular los de las personas más vulnerables. Por ende, en la SRE la instrucción del Canciller Ebrard ha sido hacer de la defensa de los derechos humanos uno de los siete ejes de la política exterior multilateral. Este año México se convierte en el quinto país del mundo en contar con una Política Exterior Feminista, lo cual implica incrementar las posiciones de las mujeres mexicanas tanto en el exterior como al interior de la Secretaría. También contempla erradicar las conductas de acoso y violencia contra las mujeres y niñas, además de defender la igualdad de género en los organismos multilaterales, como las Naciones Unidas.

Establecimos el procedimiento para que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio en nuestros consulados. Hemos ratificado en el sistema interamericano varios instrumentos trascendentales para erradicar la discriminación, entre la que destaca la discriminación por orientación sexual.

También organizamos, junto con el INPI, la reunión preparatoria de los Pueblos Indígenas para la Cumbre de Acción Climática de la ONU. Esta fue retomada e incorporada en la iniciativa en la Asamblea General de la ONU. Además, gracias al activo papel de México, se logró la aprobación del primer plan de trabajo de la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas, pues sirvió como puente de comunicación con la circunscripción de Pueblos Indígenas. Estos son solo algunos ejemplos de lo realizado en la SRE en esta agenda tan importante.

¿Cómo afecta la pandemia del Covid-19 las prioridades de la agenda multilateral de México, incluyendo la lucha contra el calentamiento global y la protección de los derechos de los migrantes?

La pandemia vino a establecer quizá el más grande reto global en la historia reciente, y los grandes retos globales hacen más urgente y tangible la necesidad del multilateralismo. Las prioridades multilaterales de México, lejos de desvanecerse o reorganizarse, se intensificaron. Lejos de hacerlos secundarios, la pandemia hizo que los problemas preexistentes se agravarán.

Existen estudios de la mayor seriedad que vinculan el cambio climático con las pandemias. Por el Covid-19 la situación de precariedad que viven las poblaciones migrantes se agravó. Y los efectos en la economía global tendrán consecuencias en todo el desarrollo humano. Por estos motivos resulta urgente que la respuesta multilateral a la pandemia cumpla con el precepto de “que nadie quede atrás, y que nadie quede fuera”, y de incrementar el sentido de emergencia de los compromisos compartidos en los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.

México es hoy el cuarto país más peligroso del planeta para las personas que defienden la tierra y el medio ambiente, después de Colombia, Filipinas y Brasil. ¿Porqué? ¿Cómo protege el gobierno federal a los ambientalistas?

En efecto es un asunto crítico. México cuenta con el marco institucional necesario para enfrentar el problema, aunque sin lugar a duda es indispensable continuar fortaleciéndolo. Tenemos el mecanismo de protección de defensores de derechos humanos y periodistas, y en los próximos días estaremos remitiendo al Senado la propuesta de ratificación del Acuerdo de Escazú que garantiza el acceso a la justicia, a la participación social y a la información ambientales. Sin embargo, esto ha resultado insuficiente. Es necesario el diseño de nuevas políticas públicas que garanticen la seguridad de los defensores ambientales y de los derechos humanos.

Más aún, con 976 feminicidios, 2019 ha sido uno de los años más sangrientos para las mujeres en México. Y en los primeros seis meses del 2020 se han registrado casi 500 feminicidios, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. ¿Qué le dicen estas dolorosas estadísticas?

Sin lugar a duda esa es una de las situaciones más trágicas y lamentables por las que atraviesa el país. La magnitud de las cifras y la intensidad del problema requiere de tomar medidas complejas. Estamos frente a un problema que demanda una profunda transformación de la sociedad. Los abusos de los hombres hacia las mujeres se ven exacerbados en un ambiente de marginación y dependencia. Por eso el énfasis que el Presidente ha puesto en la transformación hacia la justicia económica, es el primer paso contra la dolorosa violencia de género cotidiana y el grave número de feminicidios que vivimos.

Adicionalmente es indispensable tener políticas públicas con efectos a corto plazo. Por eso junto con la Unión Europea y la ONU se ejecuta la Iniciativa Spotlight, que es una colaboración mediante la cual se han destinado 500 millones de euros a América Latina, y que se implementa en algunos de los municipios con mayor incidencia de este tipo de violencia en México, como lo son Ciudad Juárez, Chilpancingo, Ecatepec y Naucalpan. Tiene como objetivo que las mujeres y las niñas que sean víctimas de violencia accedan a más y mejores servicios de apoyo y protección, y que cuenten con acceso a la justicia en condiciones de libertad, seguridad y sin discriminación. Busca, además, difundir los derechos con los que cuentan y las instancias a las que pueden acudir en caso de ser violentadas.

Usted tiene una larga trayectoria ambientalista, principalmente en organizaciones de la sociedad civil; pero también en el servicio público como secretaria del medio ambiente del entonces Distrito Federal cuando Marcelo Ebrard era alcalde. ¿Cómo evalúa la relación entre el movimiento ambientalista y el gobierno federal durante estos primeros dos años?

El movimiento ambientalista es, junto con el feminista, uno de los grandes pioneros que previeron desde los años sesenta y setenta algunos de los grandes retos que la humanidad tendría hoy, 50 o 60 años después. Gracias al movimiento ambientalista la sociedad ha logrado avanzar progresivamente en el entendimiento de los muchos y complejos retos ecológicos del planeta. Por ese motivo, y con justa razón, el movimiento ambientalista es uno de los más complejos demandantes de la actualidad: el sentido de emergencia de la situación ambiental es de tal magnitud que no podría ser de otra manera.

La relación entre el gobierno y los ambientalistas nunca ha sido tersa, pero puede ser muy productiva y colaborativa si logramos entender la complejidad de la dinámica entre el desarrollo económico y la defensa ambiental. Estoy convencida de que el crecimiento económico inclusivo y la defensa del medio ambiente son demandas que van de la mano, y de que es indispensable encontrar los mecanismos políticos y de participación ciudadana para hacerlos avanzar conjuntamente.

Agradezco a la subsecretaria Delgado, a quien conozco desde que fue secretaria del medio ambiente del Distrito Federal (2006-2012), por responder a mis preguntas.   

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